La fiesta tambi¨¦n se disfruta en silla de ruedas

"Con lo que m¨¢s disfruto es con los bertsolaris. S¨®lo hace falta escuchar y, como no hacen gestos, no tengo ning¨²n problema". Inma, de 45 a?os, tiene una deficiencia visual, lo que nunca le ha impedido disfrutar de la Aste Nagusia como una bilba¨ªna m¨¢s. A su esp¨ªritu de superaci¨®n se suman las medidas que el Ayuntamiento, junto con una decena de asociaciones, ponen en marcha cada a?o para acercar las fiestas a todas las personas, aunque tengan discapacidades f¨ªsicas o ps¨ªquicas.

"Empezamos a trabajar con el consistorio hace diez a?os y lo primero que pedimos es que hubiese un programa en braille", recuerda el vicepresidente de la ONCE en Vizcaya, Aitor Gonz¨¢lez. En esta d¨¦cada al programa adaptado a los ciegos se han ido sumando otras iniciativas, como un cartel de la Aste Nagusia en relieve, un int¨¦rprete de la lengua de signos durante el preg¨®n y el saludo inaugural de las fiestas, espacios reservados en los conciertos y una rampa adaptada a ni?os con discapacidades en Gargant¨²a, entre otras iniciativas.

Las principales cr¨ªticas se las lleva el transporte p¨²blico

A pesar de estas apuestas por la integraci¨®n, Inma y Antonio, de 67 a?os, y tambi¨¦n con una deficiencia visual, resaltan que para vivir las fiestas influye de forma fundamental a lo que est¨¦ acostumbrado cada uno. "Suelo salir de fiesta. No me agobio si estoy en las toxsnas y me pierdo o no encuentro a mis amigas. Si de normal no vas a bares, es una locura meterte en plena Aste Nagusia en el Arenal", sentencia ella.

Es mediod¨ªa, y Jos¨¦, de 55 a?os, paral¨ªtico en silla de ruedas, acompa?ado por otras cuatro personas en su misma situaci¨®n y tres cuidadoras, atraviesa el puente del Arenal. La hora permite que puedan cruzar una de las partes m¨¢s concurridas de la ciudad durante estos d¨ªas sin ning¨²n tipo de problema. "En fiestas el objetivo es disfrutar; hay que hacer cualquier cosa", apunta. Durante esta Aste Nagusia ha ido, sobre todo, al teatro y a los conciertos. "Es lo m¨¢s c¨®modo". Con todo, reconoce que todav¨ªa hay actividades que le gustar¨ªa hacer y que no puede.

Las mayores cr¨ªticas se las llevan el transporte p¨²blico y la aventura que supone acceder con ¨¦l al recinto festivo. "Las estaciones de metro con ascensor son pocas, por lo que muchas veces tenemos que dar un rodeo absurdo para ir de un sitio a otro", explican las voluntarias que acompa?an a Jos¨¦. "Adem¨¢s, las rampas de los autobuses no suelen funcionar. Tienes que esperar al siguiente, y estos d¨ªas con la cantidad de gente que hay por la calle significa perder m¨¢s de media hora", abundan.

A pesar de las limitaciones, recuerdan que su objetivo es disfrutar de las fiestas y que no quieren que se les dispense un trato de favor en detrimento del resto de ciudadanos. "No pedimos que haya una persona a las doce de la noche en el Arenal apartando a la gente para que una persona en silla de ruedas pueda pasar", aclara Rosa, una de las chicas que acompa?a a Jos¨¦. "Si se reservan espacios en los conciertos y otras actividades para personas con alg¨²n tipo de discapacidad es para que puedan disfrutar del espect¨¢culo. Es inadmisible que, pensando que tienen una silla reservada, vayan con s¨®lo cinco minutos de antelaci¨®n y que todo el mundo se tenga que levantar para que pase", sentencia Aitor Gonz¨¢lez.

Una vez terminadas las fiestas, el Ayuntamiento y la Universidad de Deusto redactar¨¢n un informe para evaluar las medidas adaptadas. Para ello se realizar¨¢n encuestas y entrevistas y se formar¨¢n grupos de trabajos con representantes de asociaciones de discapacitados, el consistorio y el sector privado. El objetivo es recoger otras iniciativas que posibiliten la equiparaci¨®n de oportunidades en otras celebraciones festivas como la Cabalgata de Reyes o el desfile del Olentzero, adem¨¢s de en Aste Nagusia.