Llenapistas con remite de La Habana
Un disco ¨²nico junta a productores internacionales de 'dance music' con j¨®venes m¨²sicos cubanos
Sigue ardiendo la pol¨¦mica por el concierto que Juanes y Miguel Bos¨¦ pretenden celebrar en La Habana. El exilio de Miami, con su inefable habilidad para dispararse, se ha opuesto frontalmente a lo que sospechan podr¨ªa ser "diplomacia musical". Los agobiados protagonistas hablan de compartir el escenario con figuras emblem¨¢ticas de la Cuba revolucionaria, Silvio Rodr¨ªguez y Los Van Van, con cuarenta a?os de trayectoria musical. Uno y otro bando parecen ignorar que existen creadores cubanos que intentan conducir la m¨²sica de la Isla Grande hacia el siglo XXI, fuera del drama pol¨ªtico.
No es tarea f¨¢cil. El pasado a?o, en unos estudios habaneros, se convoc¨® a m¨²sicos locales para invitarles a trabajar con ilustres productores anglosajones de pop y m¨²sica de baile. Acudieron cuarenta instrumentistas y cantantes... que no mostraron demasiado entusiasmo. Cuando descubrieron que all¨ª no estaba un nuevo Ry Cooder, con una varita m¨¢gica capaz de sacarlos de la oscuridad, casi todos se marcharon.
Para el brit¨¢nico Zack Winfield, responsable de la idea, fue descorazonador. Visitante de Cuba desde 2001, conoc¨ªa el efecto Buena Vista: "Hay demasiados m¨²sicos condenados a interpretar los ¨¦xitos de sus abuelos. Se desahogan haciendo jazz, pero quise imaginarles acerc¨¢ndose a la m¨²sica electr¨®nica". En el momento de la verdad, su plan parec¨ªa irrealizable. No obstante, un pu?ado de m¨²sicos se qued¨® en el estudio y comenz¨® a descargar sobre Praise you, el ¨¦xito de Fatboy Slim. "Tocaban demasiado", recuerda Winfield, "hasta que entendieron la onda que invita a bailar, el hipnotismo de los ritmos".
Al final, se form¨® un grupo alrededor de miembros de la respetada familia L¨®pez-Nussa (el pianista, Harold, ejerce ahora mismo de acompa?ante de Omara Portuondo). Para las voces, se cont¨® con el d¨²o de rap An¨®nimo Consejo y el cuarteto femenino Sexto Sentido. Todo aprobado por la discogr¨¢fica estatal EGREM, ya que se quer¨ªa usar su legendario estudio en la calle San Miguel. Seg¨²n Winfield, "pretend¨ªamos que no hubiera suspicacias sobre nuestras intenciones. Aunque EGREM nos ofreci¨® sugerencias de posibles colaboradores cubanos, no las seguimos".
A la aventura se prestaron seis productores de primera l¨ªnea, incluyendo a Guy Sigsworth (Bj?rk, Bebel Gilberto), Marius De Vries (Rufus Wainwright, PJ Harvey), Jan Kybert (The Prodigy, Paul Weller) o el citado Fatboy Slim. Todos ellos sufrieron un choque cultural. Winfield y su socio, Ado Yoshizaki, ya les hab¨ªan advertido: "Cuba recibe influencias de Miami, desconoce lo que gusta en Europa: all¨ª no significa nada que hayas triunfado con Massive Attack o Portishead. Aparte de Fatboy Slim, s¨®lo pod¨ªan conocer previamente a Poet Name Life, que participa en discos de Black Eyed Peas. Pero, al ser estadounidense, se supone que estaba all¨ª como turista, no como profesional".
El proyecto tambi¨¦n se enfrent¨® a carencias tecnol¨®gicas. "Estamos hablando de productores hipertecnificados. Algunos llegaron con samplers modern¨ªsimos y disquetes pregrabados que no funcionaban en La Habana. Tras el disgusto inicial, aprendieron a trabajar con lo que hab¨ªa y, sobre todo, con el material humano. Cuba te seduce y algunos se olvidaban de su modus operandi, llegaban al hotel al amanecer y te dec¨ªan: 'He estado escuchando a los mejores m¨²sicos del mundo".
Al proyecto se sumaron estrellas como Orishas, el tr¨ªo cubano de hip-hop, y Roisin Murphy, ex vocalista de Moloko. Tras rematar la faena en estudios brit¨¢nicos, se edita el resultado como The Revolution presents Revolution (Rapster/Popstock!). El nombre no tiene connotaciones pol¨ªticas: "Se refiere a una revoluci¨®n musical. Ellos s¨®lo han conocido el castrismo y quieren m¨¢s oportunidades profesionales. Est¨¢n en un circuito orientado al turismo, que no alienta la creatividad. Se hace m¨²sica electr¨®nica para el reggaet¨®n o el rap pero son producciones de baja calidad, no exportables".
Winfield procede del mundo del cine y film¨® el encuentro de productores y m¨²sicos, dentro y fuera del estudio. "Podr¨ªamos hacer ya un buen documental, aunque esperaremos a ver los resultados del disco. Desear¨ªamos que The Revolution presents Revolution fuera la semilla de un nuevo movimiento o que llevara las producciones cubanas a otro nivel. Pueden hacer una dance music muy potente, s¨®lo les falta informaci¨®n y acceso al mercado internacional. De momento, la influencia se mueve en sentido contrario: Cuba nos ha marcado a todos los que viajamos".
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