El Ramad¨¢n m¨¢s amargo
Los musulmanes empiezan su mes sagrado divididos en las instituciones- Sectores musulmanes critican la gesti¨®n de la entidad
El primer iftar -interrupci¨®n del ayuno- de este Ramad¨¢n ha llegado al domicilio de los El Griri puntualmente a las 20.37 horas, cuando el sol se hab¨ªa empezado a poner y en el cielo se vislumbraba el contorno de una luna creciente. Si Ahmed El Griri y su esposa Zara estuvieran en su pa¨ªs natal, Marruecos, habr¨ªan escuchado en aquel momento, y a la vez, el grito potente de un almu¨¦dano convocando a los fieles para la oraci¨®n del Magreb, el estruendo de un ca?onazo anunciando el fin de un d¨ªa de ayuno y el tambor de un pregonero que en la calle invita a los creyentes musulmanes a comer. Pero est¨¢n solos, en su casa de Ripollet (Vall¨¨s Occidental), en el coraz¨®n industrial de Barcelona, junto a sus hijas Norah y Jazmine, celebrando de nuevo el Ramad¨¢n en el exilio.
La oposici¨®n pide la congelaci¨®n de subvenciones a la organizaci¨®n
No son los ¨²nicos. M¨¢s de 300.000 musulmanes, residentes en Catalu?a, empezaron este s¨¢bado a celebrar su mes sagrado, el noveno del calendario musulm¨¢n, durante el cual cumplir¨¢n a rajatabla con uno de los cinco pilares principales del islam: el que les obliga a ayunar desde que amanece hasta que se pone el sol.Este a?o la celebraci¨®n del Ramad¨¢n ser¨¢ especialmente duro para los El Griri, no s¨®lo por las altas temperaturas del verano, si no porque en este periodo del a?o los ayunos, como los d¨ªas, son m¨¢s largos.
"Lo peor es la nostalgia, el recuerdo de los nuestros y de nuestra tierra. La ausencia de la familia. Es inevitable que nos acordemos de ellos" explica Zara, mediadora cultural, de 40 a?os y desde hace cuatro esposa de Ahmed, mientras coloca encima de la mesa otro platillo de d¨¢tiles.
Ahmed El Griri, 54 a?os, propietario de una peque?a empresa inform¨¢tica, no se queja de esta aparente sensaci¨®n de soledad y de aislamiento en que celebran el Ramad¨¢n. Se ha acostumbrado a ello, no en vano lleva 40 a?os viviendo en Espa?a, desde que saliera de T¨¢nger, huyendo de la polic¨ªa, que lo acosaba por su militancia en las organizaciones clandestinas estudiantiles de la Uni¨®n Socialista de las Fuerzas Populares (USFP).
"Las cosas han cambiado. La comunidad es cada vez m¨¢s numerosa. En Catalu?a, es cierto que no tenemos mezquitas, pero tenemos cerca de 170 oratorios. Pero sobre todo tenemos la voluntad de organizarnos y de crear nuestras propias instituciones", insiste El Griri, mientras recuerda que fue uno de los fundadores del Consejo Isl¨¢mico Cultural de Catalu?a, convertido desde hace nueve a?os en la organizaci¨®n m¨¢s importante de la comunidad musulmana en Catalu?a, pero que ahora, seg¨²n ¨¦l, necesita un cambio.
Este Ramad¨¢n en Catalu?a es especialmente amargo porque los sentimientos de a?oranza de la mayor¨ªa de sus practicantes se confunden con los sentimientos de indignaci¨®n originados por una pol¨¦mica surgida en torno al Consejo Isl¨¢mico Cultural. Un sector de la comunidad, agrupado en la Plataforma de los Musulmanes de Catalu?a, acusa a los actuales responsables de esta Instituci¨®n, de haber utilizado el Consejo como "tapadera para supuestamente enriquecerse", creando para ello una agencia de viajes -Travel Tour Consejo Isl¨¢mico de Catalu?a, SL- destinada a organizar, entre otros viajes, peregrinaciones a la Meca.
"Nuestra cr¨ªtica a la actual junta directiva del Consejo est¨¢ fundamentada en su mala gesti¨®n y en la reconversi¨®n de su consejo en una agencia de viajes con ¨¢nimo de lucro, creando un malestar general y desconfianza" afirma Mimon Jalich, 47 a?os, presidente de la comunidad musulmana de Calella.
Mimon Jalich, junto con otros dirigentes isl¨¢micos de Catalu?a, han conminado a la junta del Consejo a dimitir, para dar paso a un sector renovador "din¨¢mico y transparente". Su protesta ha llegado a la Generalitat, donde el pasado 12 de agosto, presentaron un largo informe sobre las supuestas irregularidades cometidas por el Consejo, acompa?ado de un escrito en el que se pide que se congelen las subvenciones y las actividades del Consejo Isl¨¢mico, "hasta que se realicen nuevas elecciones y se cree una nueva asamblea con una junta democr¨¢tica". Los firmantes piden, adem¨¢s, la celebraci¨®n de una reuni¨®n urgente con responsables de Interior, Vicepresidencia y asuntos religiosos de la Generalitat.
"Debemos cambiar la imagen peyorativa y estereotipada que la sociedad actual tiene de nuestra comunidad musulmana y, para ello, necesitamos la renovaci¨®n de la directiva del Consejo Isl¨¢mico, pero salvando la entidad", insiste Mimon Jalich.
Hassan Halhoul Debboun, que es a la vez administrador ¨²nico de la agencia de viajes Travel Tours Consejo Isl¨¢mico de Catalu?a, SL, y secretario general del Consejo Isl¨¢mico Cultural de Catalu?a, desmiente estas acusaciones. En una carta enviada a EL PA?S, Halhoul asegura que las cuentas del Consejo est¨¢n claras y sujetas a control anual y sus ¨®rganos se eligen democr¨¢ticamente. Hassan lamenta en su carta "la extendida costumbre de utilizar los medios de comunicaci¨®n para arrojar miserias, sin pruebas ni fundamento alguno, sobre entidades que cumplen los requisitos legales".
Los l¨ªderes de la comunidad musulmana en Catalu?a tratan de encauzar el debate. Se est¨¢n ultimando los detalles de una gran asamblea de asociaciones isl¨¢micas catalanas, que podr¨ªa celebrarse antes de que finalice el mes del Ramad¨¢n. La reuni¨®n ser¨ªa la continuaci¨®n de un debate iniciado hace dos meses en la capital catalana, en la que representantes del islam empezaron a establecer las bases de un movimiento asociativo musulm¨¢n -Comisi¨®n Isl¨¢mica de Catalu?a- que pueda federarse con organizaciones similares isl¨¢micas del resto de Espa?a.
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