"Me encontr¨¦ a familias maltratadas"
Seis a?os despu¨¦s de la tragedia, casi cuatro tras el trance de desenterrar los cuerpos sobre los que hab¨ªan llorado para comprobar que su duda era cierta, que no eran los de sus maridos, hijos, hermanos, padres... sino los de otro; tres jueces, dos archivos y cuatro ministros de Defensa despu¨¦s, las familias de las v¨ªctimas del Yak-42 obtuvieron el pasado 19 de mayo una sentencia contra los responsables de aquella dolorosa chapuza. El juez de la Audiencia Nacional Javier G¨®mez Berm¨²dez conden¨® a tres militares que, en el mejor de los casos hab¨ªan dedicado menos de siete minutos por cad¨¢ver a identificar a las v¨ªctimas, a pagar por ello penas de hasta tres a?os de prisi¨®n.
"La sentencia es un triunfo", explica el abogado de las familias, Leopoldo Gay. "Sabe a poco porque la justicia no llev¨® a la sala a los protagonistas, a quienes gestionaron todo aquello: Aznar, Trillo, Javier Jim¨¦nez Ugarte -que escrib¨ªa cartas intimidatorias a los padres de las v¨ªctimas cuando manifestaron dudas sobre las identificaciones-, pero es un triunfo porque pese a todo, la verdad se ha desparramado por la sala".
"Hay enemigos de los que presumir y peque?as victorias que valen un triunfo"
Cuando Gay recibi¨® en su despacho a dos hombres rotos, los hermanos del comandante Jos¨¦ Manuel Ripoll¨¦s, hace seis a?os, supo que iba a ser un caso dif¨ªcil. "Me encontr¨¦ a unas familias maltratadas y el maltratador era una instituci¨®n como las fuerzas armadas amparada por un Gobierno. Sab¨ªamos que aquel caso nos colocaba en el disparadero, que asum¨ªamos un gran riesgo, pero no lo dudamos. Un caso como el del Yak justifica la profesi¨®n". Entonces no imaginaba cu¨¢ntas veces tendr¨ªa que sentarse con las familias para "explicarles lo inexplicable" despu¨¦s de cada portazo judicial.
"Eduardo Fungairi?o, entonces fiscal jefe de la Audiencia, dijo que all¨ª no hab¨ªa delito antes incluso de que nuestra denuncia se repartiera en los juzgados. Dos jueces, Teresa Palacios y Fernando Grande Marlaska, archivaron el caso. La ¨²ltima vez, con unas palabras que dolieron mucho a las familias, a las que dijeron que la muerte de los suyos era algo 'inane, inocuo e intrascendente'. Incluso cuando nos hicimos con el acta turca en la que queda patente que hab¨ªa 30 cuerpos mal identificados -la que finamente ha servido para condenar a tres militares por falsedad documental- , la juez Palacios pidi¨® el archivo".
El caso Yak-42 se convirti¨® en paradigma de todo lo que rodea a la justicia sin tener nada que ver con ella. Los jueces instructores no llamaron a los familiares a declarar. Tampoco a los que entonces daban las ¨®rdenes a los militares que finalmente han sido condenados. "No hay una sola prueba que no hayamos llevado nosotros", explica Gay. Fueron las familias las que se hicieron con el acta turca y las que trajeron a Madrid a los forenses de Turqu¨ªa que hab¨ªan intervenido en las identificaciones con la esperanza de que en el juicio oral, Berm¨²dez, accediera a escucharles por fin.
"?se fue el d¨ªa m¨¢s feliz del juicio. Las familias aplaudieron y el juez las reprendi¨®. El fiscal nos ayud¨® mucho", recuerda Gay. En esa misma jornada tambi¨¦n se produjo "el momento m¨¢s tenso" cuando Berm¨²dez expuls¨® de la sala a Francisco Cardona por llamar "impresentable" al abogado del general Navarro. "Empez¨® a hablar de un cad¨¢ver sin cabeza. A Cardona le hab¨ªan dicho que hab¨ªan identificado a su hijo por los rasgos faciales y luego se demostr¨® que hab¨ªa sido decapitado. Por eso se enfad¨® tanto. En cuanto se lo expliqu¨¦ al juez sali¨® corriendo a buscarle".
Por todo esto, Gay mantiene hoy que hay "enemigos de los que se puede presumir", multas que se pagan con orgullo -como la que le impusieron a su despacho, Gay-Vendrell, por hablar de "afrenta moral" en un escrito tras el segundo portazo judicial- y peque?as victorias, como la condena al general Navarro y los comandantes Jos¨¦ Ram¨ªrez y Miguel S¨¢ez, que merecen celebrarse como un triunfo.
Aunque no est¨¢n totalmente satisfechos. "Las familias no entienden c¨®mo la justicia ha sido tan restrictiva. S¨®lo se ha juzgado a tres militares por falsear un documento p¨²blico; se le ha hurtado al juicio como prueba la declaraci¨®n de los protagonistas. Las familias se preguntan por qu¨¦. Yo tambi¨¦n me lo pregunto y creo que es lo que debe preguntarse un Estado de derecho". Su batalla contin¨²a en el Tribunal Supremo.

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