Vallvidrera medir¨¢ los latidos del coraz¨®n para cobrar el peaje

"Todos los corazones humanos se comportan de un modo similar, pero por causas gen¨¦ticas e influencias ambientales al inicio de la vida, se crean diferencias entre las electrose?ales del coraz¨®n de cada persona". Esas diferencias son uno de los elementos que la Generalitat quiere medir para saber cu¨¢ntas personas ocupan un veh¨ªculo y hacerle un descuento en el peaje si en el mismo viajan tres o m¨¢s personas. No es el ¨²nico sistema analizado, pero es uno de los dos que han superado las diversas pruebas realizadas hasta el momento, aunque la decisi¨®n definitiva no est¨¢ tomada.

Cuando el Gobierno catal¨¢n decidi¨® reformar el sistema de peajes y aplicar descuentos en funci¨®n de los ocupantes lo hizo porque se trata de un sistema utilizado ya en otros lugares y que ha dado resultado. Con frecuencia, lo que se hace en estos casos es adaptar un carril para estos veh¨ªculos. Si circula por ¨¦l un coche con menos usuarios, se le sanciona por fraude. Pero la Generalitat, como otros organismos en otros pa¨ªses, est¨¢ buscando un m¨¦todo que permita a los veh¨ªculos pasar por cualquier punto del peaje, con tal de que tenga Teletac. Es decir, un mecanismo que reconozca autom¨¢ticamente el n¨²mero de usuarios del veh¨ªculo, de forma que la aplicaci¨®n de la rebaja sea tambi¨¦n autom¨¢tica.

T¨²neles de Vallvidrera es la empresa p¨²blica que el Departamento de la Generalitat eligi¨® para realizar las primeras pruebas. El objetivo, que hoy no parece alcanzable, era disponer del sistema implantado en enero de 2010 e iniciar la campa?a de informaci¨®n a los usuarios en octubre de este a?o. No ser¨¢ as¨ª, porque todo est¨¢ muy verde. "A finales de a?o esperamos tener los resultados de dos a?os de trabajo para tomar decisiones", se?al¨® un portavoz de Pol¨ªtica Territorial para a?adir que hasta ese momento no se aplicar¨¢ medida alguna.

Los sistemas analizados eran de todo tipo. Uno, por ejemplo, consist¨ªa en poner c¨¢maras infrarrojas en los coches. Inconvenientes: coste elevado, alto consumo de energ¨ªa y falta de software adecuado. Para colmo, el pasaje s¨®lo es reconocido si est¨¢ sentado en determinada posici¨®n. Otro sistema era el reconocimiento de voz. Problema: es f¨¢cil enga?ar al detector enronqueci¨¦ndola o ani?¨¢ndola. M¨¢s dif¨ªcil parec¨ªa la trampa comprobando las huellas dactilares. Pues no: las m¨¢quinas identificaban como perteneciente a diferentes individuos los distintos dedos de una misma persona. Leer el iris de los pasajeros es lento y costoso. Eso s¨ª, admite pocas posibilidades de trampa.

C¨¢mara exterior

Finalmente, se opt¨® por dos m¨¦todos: las mediciones de los latidos del coraz¨®n o una c¨¢mara exterior al coche. Este segundo sistema es el m¨¢s simple, aunque no est¨¢ exento de problemas. Sin ir m¨¢s lejos, no reconoce con facilidad el pasaje de los asientos traseros y falla si los cristales est¨¢n tintados. En alg¨²n lugar se ha detectado una picaresca a?adida: instalar mu?ecos como pasaje, pero se trata de casos muy aislados.

El sistema de detecci¨®n de latidos exige un sensor que percibe el coraz¨®n por la presi¨®n de dos dedos y que emite una se?al hasta el perceptor del Teletac. Es, con todo, m¨¢s caro que la c¨¢mara exterior.

El informe de T¨²neles de Vallvidrera deja, con todo, algo muy claro: "La mayor¨ªa de soluciones est¨¢n sujetas a trampas".