La derecha m¨¢s 'ultra' de Europa
El partido h¨²ngaro Jobbik cuenta con tres europarlamentarios y un brazo paramilitar con m¨¢s de 1.300 miembros
El partido de ultraderecha m¨¢s activo y amenazante de Europa est¨¢ en Hungr¨ªa. Se llama Jobbik (Movimiento para una Hungr¨ªa mejor) y tiene tres representantes en el Parlamento Europeo. Del 36% de h¨²ngaros que acudi¨® a las urnas en las elecciones europeas de junio, casi un 15% decidi¨® darles su voto. Aparte de sus parlamentarios, el Jobbik cuenta con un brazo paramilitar, la Magyar G¨¢rda (Guardia H¨²ngara), fundada en 2007. Antes de ser prohibida por la justicia en julio por incitar al odio -hecho que ha servido a Jobbik para convertirlos en m¨¢rtires-, sus m¨¢s de 1.300 miembros sol¨ªan patrullar por barrios mayoritariamente gitanos asustando a sus habitantes con un aspecto marcial y esl¨®ganes racistas. Visten botas militares, pantalones negros y una insignia, conjunto que parece inspirado en el uniforme de la Cruz Flechada, el partido fascista h¨²ngaro de la ¨¦poca nazi.
La polic¨ªa sospecha que el grupo est¨¢ detr¨¢s de la muerte de varios gitanos
Hay sospechas de que est¨¢n detr¨¢s de 16 ataques con c¨®cteles molotov y armas de fuego contra la comunidad gitana registrados desde julio de 2008 y que han causado seis muertos y varios heridos, entre ellos ni?os y mujeres. Jobbik basa su campa?a para las elecciones generales de 2010 en promesas como la de tomar medidas dr¨¢sticas contra lo que llaman "la delincuencia de los gitanos". Esta estrategia fundada en un lenguaje violento cuenta con un apoyo de entre un 11% y 12% de los votantes, seg¨²n sondeos recientes.
Las caras p¨²blicas de Jobbik son Krisztina Morvai y G¨¢bor Vona. La primera, una catedr¨¢tica de Derecho que en su tiempo gan¨® el premio Mercury por su compromiso con los enfermos de sida. El segundo, un joven historiador. Ambos descalifican las cr¨ªticas por ret¨®rica antigitana y antisemita como t¨®picos de una prensa europea que se alimenta de prejuicios aunque de hecho sus discursos p¨²blicos se nutren de ideas como la conspiraci¨®n mundial jud¨ªa y la delincuencia gitana.
Para Gy?rgy Dalos, historiador h¨²ngaro afincado en Berl¨ªn, esta derecha "se encuentra en el nivel m¨¢s bajo que ha producido la pol¨ªtica h¨²ngara desde la ca¨ªda del tel¨®n de acero. Es gente que luce una ignorancia primitiva, que con su lenguaje sexista y racista convence sobre todo a la poblaci¨®n m¨¢s desencantada".
"Acabaremos con el sistema de prisiones que permite que los criminales vayan al gimnasio y vean la tele antes y despu¨¦s de cometer los delitos". Con este lema el Jobbik gan¨® popularidad para las ¨²ltimas elecciones europeas. Es un mensaje que no para de difundir en la web jobbik.com. No solo en h¨²ngaro sino tambi¨¦n en ingl¨¦s, alem¨¢n y franc¨¦s, quiz¨¢s con la pretensi¨®n de estrechar lazos con el resto de la extrema derecha europea.
La lucha del partido en la pol¨ªtica europea gira en torno a una supuesta discriminaci¨®n y violaci¨®n de los derechos de la minor¨ªa h¨²ngara, de varios millones, en los pa¨ªses vecinos. Detr¨¢s de esas acusaciones se esconde un impulso nacionalista cuyo mantra de fondo es la supuesta injusticia del tratado de Trianon, que reestableci¨® las fronteras de Hungr¨ªa tras la I Guerra Mundial, y que dio origen a una di¨¢spora en los denominados "territorios perdidos".
A?adido a los viejos odios, la peor crisis econ¨®mica de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas en Hungr¨ªa, con una ca¨ªda esperada para 2009 del 6,7% del PIB, ha puesto de manifiesto las tensiones raciales latentes. La integraci¨®n social de los gitanos, que representan entre un 6% y 7% de una poblaci¨®n de 10 millones, es una tarea pendiente de la clase pol¨ªtica magiar.
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