Maestro de bi¨®grafos
Plutarco dice que el bi¨®grafo debe actuar como un buen pintor que observa y resalta la expresi¨®n de los ojos y el rostro para reflejar sus rasgos personales de su modelo. Escudri?a "los signos del alma", esos gestos en los que el car¨¢cter individual se revela en el decurso de una vida e imprime su huella en la historia. Una biograf¨ªa es un fino retrato post mortem, que permite evaluar psicol¨®gica y ¨¦ticamente una trayectoria vital, y recuerda un perfil humano irrepetible. Biograf¨ªa es palabra griega, pero no de ¨¦poca cl¨¢sica (aparece tarde, en el siglo V despu¨¦s de Cristo); los antiguos denominaban b¨ªos (vida) a este g¨¦nero literario. Plutarco se?ala con acierto que al bi¨®grafo le interesan menos los sucesos externos que las palabras, las vivencias y los actos singulares de sus h¨¦roes; al historiador le deja la descripci¨®n de las batallas y conflictos sociales. Una biograf¨ªa debe albergar las mejores an¨¦cdotas, los gestos decisivos, el ingenio y el talante que definen para siempre a sus protagonistas, ejemplares h¨¦roes en el teatro de la historia. Gran lector de textos hist¨®ricos, Plutarco trat¨® de ser s¨®lo un buen bi¨®grafo, es decir, un retratista de las grandes figuras del pasado de Grecia y Roma. A la vez fue un moralista que eval¨²a conductas, analiza virtudes y defectos, y resalta la aret¨¦ heroica y el destino tr¨¢gico de sus personajes. Situ¨® h¨¢bilmente en parejas las vidas de griegos y romanos, en la variada serie de sus Vidas paralelas (Alejandro y C¨¦sar, Dem¨®stenes y Cicer¨®n, Demetrio y Antonio, etc¨¦tera) para contrastar sus perfiles en sus contextos hist¨®ricos.
Vidas paralelas. VII (Demetrio-Antonio, Di¨®n-Bruto, Arato-Artajerjes-Galba-Ot¨®n)
Plutarco. Traducci¨®n de J. P. S¨¢nchez
y Marta Gonz¨¢lez
Gredos. Madrid, 2009. 636 p¨¢ginas. 40 euros
Esas casi cincuenta Vidas paralelas forman una galer¨ªa de retratos de vivaz dramatismo e intenso patetismo, lo que no s¨®lo proviene de la turbulenta escena y sus grandes actores, sino tambi¨¦n del talento narrativo del escritor. En ¨¦l culmina el arte de la biograf¨ªa. Plutarco ha sido uno de los cl¨¢sicos m¨¢s editado y le¨ªdo desde el Renacimiento hasta finales del siglo XIX, y tuvo numerosos y grandes admiradores -desde Erasmo, Montaigne y Shakespeare hasta Goethe, Rousseau, Napole¨®n y muchos m¨¢s, que admiraron la antig¨¹edad como el escenario de los grandes h¨¦roes de Plutarco.
Ahora tenemos, por fin, una traducci¨®n actualizada de las Vidas paralelas (y de las Moralia) de Plutarco. Acaba de publicarse el tomo VII y se anuncia el ¨²ltimo, el VIII, de la versi¨®n completa, anotada y bien prologada en la Biblioteca Cl¨¢sica Gredos. Traducir la extens¨ªsima obra es una ardua tarea, incluso cuando se hace entre varios. ?sta sustituye a la meritoria versi¨®n de Ranz Romanillos (de 1830) y pone al alcance de los lectores una traducci¨®n fiel, precisa y anotada, como el gran autor se merec¨ªa.
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