El hombre pop
Fue uno de los fundadores de Radio Futura y la nueva figuraci¨®n madrile?a - Sus cuadros pueden verse en la muestra del Reina Sof¨ªa 'Los Esquizos'
"Cuando pongo toda la pasi¨®n en una cosa no me sale jam¨¢s", cuenta Herminio Molero (La Puebla de Almoradiel, Toledo, 1948). Lo dice en la terraza de la cafeter¨ªa del Museo Reina Sof¨ªa mientras apura un descafeinado. "He sido hipertenso toda la vida y parte de mi desasosiego art¨ªstico viene de ah¨ª. Soy obsesivo por naturaleza y para sobrevivir tengo que ponerme trampas psicol¨®gicas. Fingir que las cosas no me interesan tanto". Molero tiene estudio en Malasa?a y casa en su pueblo, as¨ª que usa el autob¨²s de l¨ªnea casi como lanzadera. As¨ª ha recuperado, dice, el gusto por Madrid. Viene con mucha frecuencia y se queda en un hotel "de tarifa plana".
Hace un a?o, justo el d¨ªa en que cumpl¨ªa 60, dio con sus huesos en la UVI por una subida de tensi¨®n de dimensiones alpinas. Contra lo que dice el t¨®pico, ¨¦l no se dedic¨® a repasar su vida: llen¨® la lista de todo lo que le quedaba por hacer. Entre otras cosas, recopilar sus grabaciones, desde los tiempos en que estudiaba con Luis de Pablo hasta las primeras maquetas de Radio Futura.
"Nuesta aportaci¨®n fue c¨®mo ser modernos, que era lo que sab¨ªamos ser"
Acaba de grabar un disco de rock y prepara dos exposiciones
Molero es ese hombre con cara algo histri¨®nica que aparece en la portada de M¨²sica Moderna, el m¨ªtico primer ¨¢lbum de un grupo que ¨¦l fund¨® junto a los hermanos Auser¨®n. Terminaron tarifando y en los tribunales por el nombre del grupo, registrado por Molero: "El juez fall¨® en mi contra", dice, "con el argumento de que Santiago estaba m¨¢s centrado en la m¨²sica, que yo era m¨¢s disperso. El m¨²sico (en concreto) frente al artista (en general)". La hipertensi¨®n de nuevo. El juez lleg¨® a pedirle que se definiera: ?pintor, m¨²sico, actor? Misi¨®n imposible.
Pasado el tiempo, el "artista" cuenta que acaba de grabar un disco de rock "como de intelectual de izquierdas italiano de los a?os sesenta, eurocomunista y anarcoide, como Pasolini, nada de cosas de partido". Lo ha grabado con m¨²sicos j¨®venes -"en Madrid siempre ha habido muy buenos guitarristas"- a los que tuvo que explicar el significado de la expresi¨®n "canci¨®n protesta". Ahora busca discogr¨¢fica y recuerda que recobr¨® el gusto por subirse a un escenario con los conciertos -"de muertos vivientes", es decir, de la Movida- que la sala El Sol acogi¨® el a?o pasado. Por esas mismas fechas, un programa de TVE escogi¨® Enamorado de la moda juvenil, una canci¨®n suya firmada colectivamente, entre las 50 mejores de la historia de la m¨²sica espa?ola: "?En el puesto 37!", se r¨ªe. "La ¨²nica de Radio Futura. Gan¨® Mediterr¨¢neo, de Serrat".
Pese a sus flirteos actuales con el rock de concepto y combate, siempre ha sido el hombre pop. "Yo estudi¨¦ dibujo art¨ªstico por correspondencia, con un curso de aquellos de CEAC. Y el pop fue mi licenciatura", cuenta. Su familia hab¨ªa emigrado a Madrid y ¨¦l, adolescente, se colaba en los talleres de los artistas para fijarse en la t¨¦cnica, en los gestos, en el desorden que muchos generaban a su alrededor. En un viaje a Par¨ªs vio en directo por fin la obra de Warhol, Lichtenstein y Rauschenberg, y se convirti¨® en un ap¨®stol laico y descre¨ªdo de un movimiento que en su opini¨®n sigue teniendo algo que ense?ar: "Que un disco puede ser tan obra de arte como una exposici¨®n". De hecho, algunas de las obras de Molero que acoge hasta el 14 de septiembre en el Reina Sof¨ªa la muestra Los Esquizos de Madrid son una recopilaci¨®n de iconos: Lennon, Jagger, Dylan, Jane Birkin... "Para nosotros no hab¨ªa diferencia entre Warhol y Lou Reed".
"Nosotros" son los artistas con los que ¨¦l comparte salas en el museo de Atocha: Manolo Quejido, P¨¦rez Villalta, Javier Utray, Carlos Alcolea y toda aquella tribu figurativa a la que los que la muerte de Franco pill¨® con veintipocos a?os. Cuando se le pregunta cu¨¢l fue la aportaci¨®n de una generaci¨®n de artistas muchas veces desubicados en la historia, Molero no duda: "C¨®mo ser modernos, que era lo que sab¨ªamos ser. ?ramos muy le¨ªdos. Muy culturetas tambi¨¦n. Justo lo contrario que el t¨ªpico pintor espa?ol racial e inculto que, incluso cuando tiene cultura, lo niega".
Durante mucho tiempo, Hermino Molero fue poco comprendido. Por disperso: "Me he pasado la vida y¨¦ndome de los sitios". Saltaba de la poes¨ªa concreta -"poes¨ªa para ver, pintura para leer"- a Los 40 Principales. Y de all¨ª a la televisi¨®n, para la que rod¨® cientos de anuncios como actor. El m¨¢s famoso, tal vez, uno de Trinaranjus firmado por Gonzalo Su¨¢rez. Y otro con Ana Obreg¨®n, y varios de detergentes. Ahora son los m¨¢s j¨®venes los que reivindican su trabajo, empezando por los comisarios de la colectiva del Reina. ?l, no obstante, junto al disco, prepara dos exposiciones para Madrid y Barcelona. Por si alg¨²n d¨ªa le vuelve a subir la tensi¨®n, quiere ordenar su archivo. Y ya tiene t¨ªtulo para una hipot¨¦tica muestra retrospectiva que, dada su hiperactividad, quedar¨ªa incompleta el d¨ªa mismo de la inauguraci¨®n: The one man generation. Eso es ¨¦l, en efecto, la generaci¨®n de un solo hombre.
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