Hedonismo en vena
Dos islas que brillan entre las dos mil de Croacia. Hvar, refugio adri¨¢tico de Bill Gates, y Korcula, que reclama a Marco Polo como su hijo m¨¢s c¨¦lebre
En el muelle no dejan de alinearse yates relucientes, despampanantes, cada cual con m¨¢s metros de eslora. Los curiosos hacen como que no, pero s¨ª, remolonean y se quedan a ver qui¨¦n baja. Si no es a pie de escalerilla, saben que en la terraza del hotel Riva, justo enfrente, podr¨¢n cazar a alg¨²n famoso; y si no, unos pasos m¨¢s all¨¢, en Carpe Diem (ya saben, la m¨¢xima de Horacio, y de Ronsard: agarra el instante, corta las rosas de la vida, mientras puedas). Es posiblemente la discoteca m¨¢s famosa del Adri¨¢tico y desde luego el hotspot de Hvar, donde no es raro tropezarse con una princesa, o con Bill Gates, que suele fondear en las calas de las islas Pakleni.
Hvar (pron¨²nciese Juar) es la m¨¢s famosa y tal vez la m¨¢s hermosa de las casi dos mil islas que tiene Croacia. El puerto y la ciudad de Hvar no pueden tener mejor escudo. Los islotes Pakleni, deshabitados, forman una especie de mampara protectora frente a la bocana. La d¨¢rsena se cuela hasta la plaza mayor, que parece un decorado de ¨®pera, o una vedutta de Canaletto, con la catedral de perfil veneciano al fondo, palacios y casas de piedra lechosa en los flancos, y el Arsenal (astillero) en cuyo piso alto se encuentra uno de los teatros m¨¢s veteranos de Europa (1612).
D¨¢rsena y plaza parten en dos a la ciudad, que se arrellana sobre dos colinas; por una ascienden callejuelas cuajadas de casas patricias y palacios g¨®ticos, hasta el llamado Fuerte Espa?ol (que es un fuerte veneciano, levantado al parecer por dos ingenieros espa?oles). De d¨ªa, es el mejor mirador; de noche, una discoteca al aire libre. En la colina de enfrente, casas y emparrados se van desparramando hasta el convento de los franciscanos, cuyo refectorio est¨¢ presidido por un gigantesco lienzo de un pintor de escuela veneciana llamado Matteo Roselli.
Las referencias a los venecianos son continuas. Fueron los que m¨¢s huella dejaron en la isla. Mucho antes hab¨ªan estado los griegos, y en la ¨¦poca de las Cruzadas Hvar hab¨ªa sido una especie de estaci¨®n de servicio para la tropa caballeresca. Con la Rep¨²blica Seren¨ªssima alcanz¨® tal opulencia que los venecianos no consintieron que los turcos fueran m¨¢s all¨¢ de sitiarla y pillarla fugazmente. Tambi¨¦n estuvo de moda bajo el imperio austroh¨²ngaro, por su clima: los m¨¦dicos la recetaban a arist¨®cratas pachuchos. Despu¨¦s sigui¨®, de lejos como quien dice, los destinos del pa¨ªs: Tito, la guerra reciente...
Una isla tranquila. Pura estampa mediterr¨¢nea, aunque se refleje en el Adri¨¢tico: pinos, carrascos y sabinas cubren el lomo salvaje de esta serpiente marina de 80 kil¨®metros de largo y apenas una veintena de pueblos. Los campos de lavanda son como su imagen de marca (la lavanda de Hvar es m¨¢s fragante que la de Provenza, ya que la ausencia de humedad produce mayor concentraci¨®n de esencias). En bancales asomados al mar se escalonan olivos y vi?as; el paisaje de vi?edos entre Jelsa y Stari Grad fue declarado por la Unesco patrimonio mundial.
Stari Grad fue la antigua capital, llamada por los griegos Pharos (de ah¨ª deriva la palabra Hvar). Ahora es una poblaci¨®n m¨¢s tranquila que Hvar, pero no carece de calles y rincones de piedra pulida y blanquecina llenos de encanto, y un mont¨®n de exquisitos restaurantes y bares en la zona del puerto deportivo. Algunos de los pueblos est¨¢n semi abandonados, recompuestos a veces por chiflados por la vida rural. Hay un pueblo, Vrboska, que es una deliciosa miniatura; lo llaman la peque?a Venecia porque tiene un canal y, eso s¨ª, muchos puentecitos de piedra, y muy buen ambiente.
Lo que ocupa todo el tiempo el horizonte septentrional de Hvar es la isla paralela de Brac, igual de agreste en su paisaje, pero sin poder competir con Hvar en cuanto a linaje y hermosos edificios. Eso s¨ª, tiene tambi¨¦n vinos notables y buenas playas; la m¨¢s c¨¦lebre es la de Zlatni Rat (Cabo Dorado), que aparece en casi todos los folletos del pa¨ªs, como se?uelo.
'La negra'
Al sur de estas dos islas, conectada con ellas por l¨ªnea regular de barcos, est¨¢ Korcula (pron¨²nciese C¨®rchula), otra isla bautizada por los griegos: K¨®rkyra Melaina, "la negra", por sus bosques. La llegada en ferry es como colarse en la c¨¢mara blindada de un banco. Por si la protecci¨®n natural no bastara, la capital, Korcula, est¨¢ completamente amurallada. Ocupa una pen¨ªnsula que semeja el caparaz¨®n de una tortuga: en lo alto est¨¢n la catedral y nobles edificios, y una ret¨ªcula de callejas desciende en picado hacia las puertas y murallas. La catedral est¨¢ consagrada a San Marcos, luce en la entrada un le¨®n y tiene por retablo un enorme lienzo de Tintoretto. No hace falta aclarar que ¨¦sta fue otra ni?a mimada de la Rep¨²blica Seren¨ªssima. De sus bosques salieron muchos troncos que sirven de cimiento a los palacios de la laguna veneciana.
Al margen de su riqueza monumental, lo que a muchos hace peregrinar a Korcula tiene que ver igualmente con Venecia. En una de esas callejuelas que ruedan hacia el mar hay una casa que aseguran fue el solar familiar de Marco Polo. Algunos isle?os se jactan a¨²n de ser parientes del mercader medieval. No se sabe con certeza si Marco Polo naci¨® o no en esa casa, lo que s¨ª est¨¢ fuera de duda es que el hombre hab¨ªa regresado de su largo periplo de 24 a?os, contaba a la saz¨®n 44, y comandaba una galera veneciana el d¨ªa en que se libr¨®, ante los muros de Korcula, una batalla naval contra la gran rival de Venecia, la rep¨²blica de G¨¦nova, en 1298. Los genoveses apresaron a Marco Polo, lo llevaron a G¨¦nova y all¨ª, en la prisi¨®n, Polo dict¨® a un tal Rustichello de Pisa las memorias de su viaje fabuloso hasta Catai (China) y el regreso por Malaca, Ceil¨¢n, la India y Persia. Rustichello lo redact¨® en un dialecto franco-v¨¦neto y el libro se titul¨® Devisement dou monde (Descripci¨®n del mundo), aunque pronto empezar¨ªa a conocerse como Il Milione o Libro de las mil maravillas.
Korcula, al igual que Hvar, disfruta de casi tres mil horas de sol al a?o. Y cuando dos isle?os se cruzan, se saludan con s¨®lo una palabra: zdravi (sano), a lo que el otro responde veseli (feliz). Que est¨¦s bien, y t¨² que seas dichoso. Sin haber le¨ªdo a Horacio ni a Ronsard, los parientes lejanos de Marco Polo practican de forma espont¨¢nea la sabidur¨ªa del carpe diem; ese hedonismo que ha puesto de moda a estas islas d¨¢lmatas.
M¨¢s propuestas viajeras en la Gu¨ªa de Croacia
C¨®mo ir e informaci¨®n
? El aeropuerto m¨¢s cercano a Hvar es el de Split.
? Desde Split o Trogir hay ferries y catamaranes de l¨ªnea que tardan una hora en llegar a Hvar. Una de las principales l¨ªneas mar¨ªtimas es de www.jadrolinija.hr.
? M¨¢s informaci¨®n y navieras en la web tur¨ªstica de Hvar (www.tzhvar.hr), donde tambi¨¦n se encuentra un listado de hoteles con links.
? Turismo de la costa d¨¢lmata (www.dalmatia.hr).
? Turismo de Korcula (www.visitkorcula.net), isla que pertenece a la regi¨®n de Dubrovnik-Neretva (www.visitdubrovnik.hr).
? Turismo de Croacia en Madrid (917 81 55 14; www.visitacroacia.es).
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