Qu¨¦ hacer 24 horas en Le Havre, el ave f¨¦nix de Normand¨ªa

A Le Havre se puede llegar en barco, procedente de Inglaterra; en tren desde la Gare Saint-Lazare de Par¨ªs ¡ªcomo lo hac¨ªan los parisinos a principios del siglo XX¡ª; o en coche, despu¨¦s de recorrer 210 kil¨®metros desde la capital francesa y de cruzar el puente de Tancarville, una obra de ingenier¨ªa civil que se eleva sobre el Sena. R¨ªo al sur de Le Havre y punto en el que arrancan los cruceros fluviales que lo navegan en direcci¨®n este. Hacia el oeste ponen rumbo los barcos que cruzan el canal de la Mancha.

Esta ciudad en la regi¨®n de Normand¨ªa se encuentra en el estuario en el que se mezclan las aguas del Sena y del canal de la Mancha. Esa ubicaci¨®n geogr¨¢fica y su puerto le dieron una posici¨®n estrat¨¦gica para los objetivos de los ej¨¦rcitos nazi y aliado. Estos ¨²ltimos la bombardearon y liberaron de los primeros tres meses despu¨¦s del desembarco de Normand¨ªa. Y, a partir de ese momento, comenzaron unas obras de reconstrucci¨®n que se prolongaron 20 a?os y que dirigi¨® el arquitecto y urbanista Auguste Perret, influido por el trabajo del bar¨®n Haussmann. Antes de la II Guerra Mundial a Le Havre iban los parisinos a disfrutar de los ba?os de ola y del turismo de balneario. Despu¨¦s de la contienda, la ciudad se convirti¨® en un laboratorio en el que se ensay¨® con nuevas tecnolog¨ªas de la construcci¨®n, como la estandarizaci¨®n y la prefabricaci¨®n. M¨¦todos que Perret llev¨® a cabo con el uso del hormig¨®n, un material accesible y econ¨®mico. La practicidad y la armon¨ªa con la que levant¨® el centro urbano de sus cenizas hizo que la Unesco lo declarase patrimonio mundial en 2005. Una de las excusas para venir a verla, es su puerto. M¨¢s presente que visible y la otra fuente de ingresos local.

10.00 Paseo por el reconstruido centro urbano

El centro urbano actual (1) es la reconstrucci¨®n que se hizo, conservando la ubicaci¨®n original de cada edificio, durante los 20 a?os posteriores a la II Guerra Mundial bajo la direcci¨®n de Perret. Una de esas viviendas modulares que construy¨®, el Appartement t¨¦moin Perret (181, Rue de Paris), se puede ver gracias a la compra de uno de los apartamentos por parte del municipio. Se trata de una residencia lujosa, amplia ¡ªlas hay de 90 y 150 metros cuadrados¡ª y luminosa. Adem¨¢s, gracias al arquitecto, los propietarios ganaron en confort, puesto que est¨¢ provista de agua caliente y electricidad.

La azotea del Ayuntamiento (2) es un sitio con la altura id¨®nea para ver y entender c¨®mo es el trazado urbano de Le Havre posterior a la guerra. A los pies del mismo se encuentra una plaza ajardinada desde la que arrancan tres arterias: la Avenue Foch hacia el oeste, el Boulevard de Strasbourg hacia el este y la Rue de Paris hacia el sur.

11.00 La versi¨®n local de los Campos El¨ªseos

La avenida Foch (3) es larga y su aspecto tipo paseo recuerda a los Campos El¨ªseos de Par¨ªs. Aqu¨ª hay espacio para los coches, los peatones, el tranv¨ªa y los edificios. En estos ¨²ltimos, las viviendas son modulares y est¨¢n articuladas en torno a vigas. En el exterior, las columnas infunden un estilo clasicista a los inmuebles. En la planta baja est¨¢n los comercios y en la entreplanta se encuentran las oficinas y/o espacios para las tiendas de los bajos. Todo ello a la sombra del balc¨®n corrido del primer piso, que separa las viviendas de los negocios. La distancia entre cada columna, cada poste, cada viga, es siempre la misma: 6,24 metros. Es la representaci¨®n de la carga ¨®ptima de la viga. Adem¨¢s, 6,24 se divide bien entre 2 o 3, lo que se usa para calcular distancias dentro de las viviendas. 12 o 13 metros es la distancia ideal de profundidad para que la luz natural ilumine el interior de un piso en los que, adem¨¢s, no hay obst¨¢culo para el paso de la luz.

11.45 La iglesia que gu¨ªa como un faro

La ciudad se identifica tanto con su puerto que incluso la iglesia de San Jos¨¦ (4) parece un faro, si bien uno espiritual. De 107 metros de altura y con un estilo clasicismo estructural, es obra del maestro Perret y fue construida a partir de 1951. Tambi¨¦n ejerce de monumento en memoria de las v¨ªctimas de la guerra. M¨¢s bonita por dentro que por fuera, en su interior apenas hay s¨ªmbolos cat¨®licos y s¨ª unas vidrieras de casi 13.000 vidrios de colores que adquieren diferentes tonos y significados en funci¨®n del punto cardinal. Por ejemplo, en el norte predomina el azul, color que simboliza el cielo y a la Virgen. La iglesia es un templo religioso neutro que combina fuerza, poder y elegancia; y cuya fachada de hormig¨®n desnudo habla de una econom¨ªa de gastos reducida. Este templo es lo primero y lo ¨²ltimo que se ve al llegar e irse de Le Havre.

12.30 La playa

La playa de Le Havre (5) se encuentra al oeste. Es un arenal urbano de agua fr¨ªa, de guijarros y en la que se habilitan caba?as como vestuarios y unos contenedores de barco hacen las veces de restaurante en la temporada de verano. En invierno se desmontan, contribuyendo a crear un paisaje diferente seg¨²n la estaci¨®n del a?o. En el paseo que discurre junto a la playa, en direcci¨®n sur al puerto, se encuentra el Museo de Arte Moderno Andr¨¦ Malraux (MuMa) (6). Este alberga una importante colecci¨®n de pintura impresionista y, por dentro, es una especie de caja de luz desde la que hay muy buena vista al puerto por el que entran los barcos de carga. Cabe destacar que Le Havre est¨¢ muy cerca de Honfleur, cuna de este estilo pict¨®rico.

A la hora de comer, una buena idea es ir a la vecina localidad costera de Sainte-Adresse y tomar asiento en una mesa frente al mar en la Brasserie Eug¨¦nie (7).

16.00 En los barrios de San Francisco y San Nicol¨¢s

Al sur se encuentran el puerto (8) y los barrios de San Francisco y San Nicol¨¢s. El primero es una presencia que se siente m¨¢s de lo que se puede ver. Y el barrio de San Francisco es la cuna de la ciudad. La antigua casa del armador es hoy Le Grand Quai Mus¨¦es, un museo sobre las exploraciones que zarparon desde aqu¨ª y sobre el rol de este puerto en el comercio de esclavos. Adem¨¢s, su referencia visual es un gran arco hecho con contendores de carga de colores.

Al sur de las v¨ªas del tren se encuentra el barrio de San Nicol¨¢s, un lugar en el que antes del a?o 2000 no hab¨ªa nada. Hoy es una zona de trabajo, de estudio y residencial. Hay viviendas para estudiantes hechas con contenedores de barco de nueve metros de largo por seis de ancho, por 320 euros al mes. All¨ª tambi¨¦n se puede nadar en unos largos en Les Bains des Docks (9), la piscina ol¨ªmpica obra del arquitecto Jean Nouvel, quien la concibi¨® como un ba?o romano. Muy cerca se encuentra Le Hangar Zero (10), un antiguo almac¨¦n convertido en un espacio polivalente.

19.30 Un volc¨¢n urbano

Muy cerca del Ayuntamiento se encuentra Le Volcan (11), sede de la Sc¨¨ne Nationale du Havre, un espacio para la representaci¨®n de manifestaciones art¨ªsticas en directo. Su dise?o tiene el nombre de otro reconocido arquitecto: el brasile?o Oscar Niemeyer. Junto a este tranquilo volc¨¢n se encuentra el restaurante Bouchon Normand (12), una buena opci¨®n en la que cenar, cerca del Art H?tel (13), donde terminar la jornada.