La clase no puede con la garra

Osasuna y Villarreal est¨¢n condenados a encontrarse y a empatar, al menos en lo que a los arranques ligueros se refiere. Una temporada m¨¢s, el conjunto navarro batall¨® contra el submarino amarillo en la primera jornada obteniendo el mismo bot¨ªn que en la pasada. El final del curso coloc¨® a ambos en distintos lugares, eso s¨ª. A unos, cerca de recoger el diploma (la Liga de campeones). Y a otros, cerca del abismo. Pero de aquello no quieren acordarse en Pamplona y por ello Camacho ha reajustado un equipo capaz de sobreponerse a la versatilidad y la elegancia de conjuntos como el Villarreal.

Como en todo comienzo de ejercicio, los nervios llaman a las imprecisiones y de ellas se derivan los atascos. Le sucedi¨® al cuadro de Valverde en la primera parte. La esencia del Txingurri no dista mucho de la de su predecesor, Pellegrini, por lo que los apuntes de la pasada campa?a no han quedado obsoletos para la presente. Apenas el cromo de Nilmar hac¨ªa diferente la foto actual de la pasada. La m¨¢quina cuenta con las mismas piezas, que, claro, han de engrasarse para dar m¨¢s br¨ªo a un equipo coqueto y que aspira a seguir recolectando piropos una temporada m¨¢s. Enfrente, la bestia, una fiera rojilla que quiere dejar al margen las inyecciones de trankimaz¨ªn a las que tantas veces tuvo que echar mano Camacho en la anterior. En su estreno, Osasuna no se traicion¨®. Volvi¨® a tirar de garra y presi¨®n para tratar de acobardar a un Villarreal que resisti¨® los ataques con una defensa improvisada tras las bajas de los que ser¨¢n sus puntales en ella, Gonzalo y Marcano. Pandiani y, sobre todo, un enorme Aranda, que, en su debut con Osasuna, intimid¨® y dej¨® muy buenos detalles, como el pase que sirvi¨® para que su alter ego uruguayo empatase el partido, angustiaron a otro debutante, el visitante Kiko, y a God¨ªn durante todo el encuentro. Antes, Cazorla recogi¨® los galones del equipo tras la inoportuna lesi¨®n muscular de Senna y super¨® a Ricardo con un potente zurdazo que desvi¨® Pu?al.

A pesar de que el bal¨®n se intercambiaba de due?o con facilidad, el peligro asomaba por las botas visitantes. Ibagaza, que entr¨® al campo por el lesionado Senna, desatasc¨® el nudo visitante y meti¨® en el partido a un desaparecido Nilmar, que, con el paso del tiempo, demostr¨® el porqu¨¦ de la inversi¨®n hecha en ¨¦l. Monreal sac¨® bajo los palos un remate de cabeza del ariete brasile?o, que se top¨® tambi¨¦n una y otra vez con un inspirado Ricardo, que parece haberse hecho de nuevo con la titularidad de la meta navarra.

Osasuna lo intent¨® con sus armas, la presi¨®n y el juego a¨¦reo, y con Camu?as, que, junto a Juanfran y Masoud, ha convertido a los rojillos en un peligroso adversario al contragolpe.

Dos estilos distintos para equipos con objetivos dispares.