"Ahora o nunca. El cambio no puede esperar"
Los j¨®venes votan masivamente para conseguir un Gobierno que tenga en cuenta sus problemas
Kojiya, en el extremo sur de Tokio, es lo m¨¢s opuesto a la t¨ªpica imagen de esta megal¨®polis de 30 millones de habitantes. Diminutas casas, peque?os negocios familiares y calles por las que circulan en bicicleta parejas con beb¨¦s colgados a la espalda, por delante o en sillines que sustituyen a las cestas de compra. Algunas bicicletas llevan incluso dos. La mayor actividad de esta ma?ana gris y ventosa de domingo se vive en el colegio electoral. A las 13.00 (siete horas menos en la Espa?a peninsular) ya ha acudido a votar el 28,2% de los 10.287 votantes registrados. "Ahora o nunca: Jap¨®n necesita un cambio y no se puede esperar", afirma Toyoda Yukie, de 31 a?os y empleada en una empresa maderera, para indicar por qu¨¦ ha votado por el Partido Dem¨®crata de Jap¨®n (PDJ).
"Queremos tener vacaciones como los extranjeros", afirma una joven de Tokio
Como Toyoda, millones de j¨®venes acudieron ayer a las urnas con la esperanza de que el nuevo Gobierno les tenga en cuenta. "Queremos tener vacaciones como los extranjeros; que el Gobierno se preocupe por los problemas de los ciudadanos y por ayudar a quienes queremos tener hijos", sostiene. Para Toyoda, m¨¢s que los 2.300 euros por cada ni?o que el PDJ pretende dar a las familias, lo importante es la promesa electoral de la gratuidad de la escolarizaci¨®n hasta la Universidad.
Conservadores por naturaleza, algunos de los entrevistados afirman que aunque apoyan al PDJ, finalmente se inclinaron por votar al gobernante Partido Liberal Democr¨¢tico (PLD), ante el temor a que se produzcan "cambios radicales" si no hay una oposici¨®n fuerte. "Me preocupa mucho la deuda nacional [a finales de a?o duplicar¨¢ el PIB japon¨¦s] y la pol¨ªtica social del PDJ cuesta mucho dinero. Si obtiene dos tercios de los diputados, no habr¨¢ quien le detenga y puede ser muy peligroso", afirma un economista de 29 a?os de la mayor empresa de videojuegos del pa¨ªs.
Nakagawa Seiki, de 33 a?os, no puede evitar la risa al comentar su elecci¨®n: "He votado por el partido de la Realizaci¨®n de la Felicidad. Creo que tiene una pol¨ªtica muy estimulante y servir¨¢ para espolear al Gobierno", dice sobre esta nueva formaci¨®n pol¨ªtica, con pocas posibilidades de hacerse con uno de los 480 esca?os del Parlamento.
Despu¨¦s de media hora de complicados cambios de metro, tren de cercan¨ªas y trenes privados se llega a Ookoyama, un barrio de clase media alta, con viviendas individuales y cuidados jardines. Salta a la vista que est¨¢ habitado sobre todo por pensionistas. Una hora a las puertas del colegio electoral revela la realidad del pa¨ªs m¨¢s longevo del mundo, cuya media de vida, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, es de 83 a?os (86 para las mujeres y 79 para los hombres).
"Tengo m¨¢s de 80 a?os", afirma coqueta una votante, "y no quiero cambios. Se puede progresar, pero no hay que modificar un sistema que nos ha dado estabilidad y convertido a Jap¨®n en una potencia", se?ala al destacar su apoyo indiscutible al PLD, que ha gobernando Jap¨®n casi ininterrumpidamente desde 1955.
Los ancianos miran con cierta desconfianza a la periodista extranjera y la mayor¨ªa rechaza las insistentes disculpas y reverencias de la int¨¦rprete antes de formular la primera pregunta. Quienes aceptan se niegan a ser identificados, como este antiguo empleado de una financiera en la que comenz¨® cuando ten¨ªa 23 a?os y de la que se jubil¨® cuando ten¨ªa 67, hace ya m¨¢s de tres lustros. "Dedicar toda una vida laboral a la misma empresa es lo mejor", dice, aunque reconoce que los tiempos han cambiado.
Millones de japoneses que pensaban como ¨¦l han sido expulsados de sus trabajos por las crisis econ¨®micas que encadena Jap¨®n desde el estallido de la burbuja inmobiliaria, a principios de la d¨¦cada de los noventa. El Gobierno anunci¨® el viernes que la tasa de desempleo se hab¨ªa disparado en julio hasta el 5,7%, la m¨¢s alta desde la Segunda Guerra Mundial.
"El PLD ha cometido algunos errores pero, en comparaci¨®n con los dem¨¢s partidos, sigue siendo la mejor opci¨®n. Cambios se necesitan en todos los pa¨ªses y no s¨®lo en Jap¨®n", sentencia para echar por tierra la consigna que ha llevado al PDJ a ganar las elecciones.
Encorvada sobre su andador, esta antigua maestra de 85 a?os, tambi¨¦n lo tiene claro. "Voto al PLD porque lo he hecho desde mi juventud. Porque los liberales saben conservar la tradici¨®n japonesa y porque siempre les he apoyado. No me importa que gobierne el PDJ, pero no con mi voto".
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