Sorpresa desagradable

El d¨ªa 28 de mayo de 2009 al llegar al aeropuerto de Madrid Barajas, recib¨ª la desagradable sorpresa de que me pidieran una carta de invitaci¨®n, de mi familia, para entrar en Espa?a. Mis papeles estaban en regla, inclusive mi billete de regreso, no obstante, la se?orita que me atendi¨® en migraciones me amenaz¨® con la posibilidad de que me enviaran de regreso. Soy una persona mayor que llevaba la ilusi¨®n de conocer a mi nieto y ver a mis hijos, nunca tuve informaci¨®n sobre ese tr¨¢mite, tampoco mis hijos. Despu¨¦s supe que se hace en la polic¨ªa, con demoras de hasta tres meses, y cuesta 100 euros, y lo peor: no se lo piden a todos, parece que depende de la cara y el ¨¢nimo del personal de migraciones.

Yo creo que el Estado, del pa¨ªs que sea, debe asumir la responsabilidad de sus decisiones, y si para Espa?a en este momento es un problema recibir gente que tiene familia all¨¢, aunque est¨¦n legales y cumplan con todas las obligaciones que el pa¨ªs exija, ser¨ªa m¨¢s honesto pedir un visado, y as¨ª nos evitar¨ªan la humillaci¨®n de ser tratados como delincuentes, en un pa¨ªs al que estamos ligados por lazos de sangre y de afectos y dolores comunes. El cari?o de mis seres queridos pali¨®, en parte, el mal momento sufrido, pero no alcanz¨® a borrar mi dolor como nieta de inmigrantes espa?oles que aprendieron a amar Argentina, y fueron amados y respetados por ella.