R¨¦quiem por la cara B
La compra de canciones por Internet est¨¢ acabando con los 'singles'. En ellos, los m¨²sicos pon¨ªan, tras los ¨¦xitos, sus canciones m¨¢s experimentales
![Xavi Sancho](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F78eb82e5-c1bd-45cf-8af5-2bc456acc2ae.jpg?auth=d80f8930221b178e48579613b7b927319c09184df206300d9ad2e9f4eff59024&width=100&height=100&smart=true)
I will Survive de Gloria Gaynor, We will rock you de Queen, I saw her standing there de The Beatles, Maggie May de Rod Stewart, The buttrefly collector de The Jam, Acquiesce de Oasis, Groove is in the heart de Dee Lite...
?Qu¨¦ tienen en com¨²n todas estas canciones? Pues todas son caras B, ese formato que naci¨® como ente f¨ªsico en 1910 -antes, los discos de piedra conten¨ªan m¨²sica s¨®lo en una de sus caras- y como realidad pop en los cincuenta, cuando los sellos discogr¨¢ficos decidieron priorizar una de las dos canciones que los singles de 7 pulgadas pose¨ªan, diferenciando la que pensaban que ser¨ªa un ¨¦xito (cara A) de la que pod¨ªa ser un regalo, una curiosidad o una presentaci¨®n de lo que uno se pod¨ªa encontrar en el larga duraci¨®n del artista. Hoy, con las descargas digitales disparadas y el CD single en peligro de muerte por inanici¨®n, el concepto cara B est¨¢ a punto de desparecer definitivamente. Muchas grandes superficies ya no venden CD single y el mes pasado la banda brit¨¢nica Florence and The Machine alcanzaba el puesto 16 de las listas de su pa¨ªs con su single Rabbit Heart. S¨®lo vendieron 64 copias en CD de la canci¨®n. Seg¨²n estimaciones recientes, la banda que alcanza el n¨²mero uno de la lista de sencillos en el Reino Unido no coloca m¨¢s de 500 copias f¨ªsicas. De alguna manera, podr¨ªamos decir que el CD single pudo ser el principio del fin comercial del sencillo como concepto. Tan dram¨¢tico como previsible. "Supongo que era un paso l¨®gico: del LP en vinilo al CD y del 7 pulgadas al CD single", comenta Pepo M¨¢rquez, miembro de la banda madrile?a The Secret Society, periodista musical y empleado de la industria musical durante m¨¢s de un lustro. "Lo que ocurre es que, mientras que en el 7 pulgadas no cabe m¨¢s que lo que cabe, el CD single es un formato inventado: es el mismo CD con el potencial de almacenar 70 minutos de m¨²sica, pero donde s¨®lo se han grabado 2 o 3 canciones. Es l¨®gico que no tenga futuro: ?para qu¨¦ pagar cinco euros por un CD de tres canciones si por 12 euros me puedo llevar las 15 canciones del disco?". Para tratar de dotar de cierto sentido al formato, durante los a?os noventa, sobre todo en Reino Unido, todos los CD singles conten¨ªan varias versiones, incluyendo remezclas y diferentes caras B en lo que ser¨ªa el m¨¢s claro precedente del actual tratamiento intensivo de ediciones de lujo y formatos especiales al que se somete a los m¨¢s sonados lanzamientos con el fin de multiplicar los ingresos de los artistas estrella. La ¨²nica manera de lograr que un disco que antes hubiese vendido 20 millones de copias y hoy es un ¨¦xito sonado si alcanza los tres millones, es editarlo, como m¨ªnimo, dos veces.
Con la inevitable desaparici¨®n del CD, algo ciertamente valioso puede morir
El CD single dio el primer diagn¨®stico y la descarga de MP3 termin¨® por confirmar la enfermedad. Darle la vuelta a una descarga digital no es posible ni de forma metaf¨ªsica. "El actual estado de la industria y los formatos en boga actualmente -ya sean descargas en MP3 o en tonos reales para m¨®viles- s¨ª han supuesto un duro golpe para nuestro amado B-side: ahora el concepto de sencillo se diluye, y la canci¨®n se vende suelta, lo que a mi entender hace da?o a la larga a la industria", comenta Pepe Verde, coleccionista de vinilo y ex miembro de la banda Protones. En este actual contexto, y seg¨²n M¨¢rquez, corremos el peligro de perdernos para siempre "esas buenas caras B; siempre es un experimento que ha hecho el artista y que no sinti¨® que deb¨ªa incluirla en el disco. Eso, o lo ¨²ltimo que ha grabado. Y tanto una cosa como la otra, tienen valor por s¨ª mismas".
"El sello nace de las t¨ªpicas conversaciones en bares con mesas de formica donde se sueltan cosas como: los CD son los posavasos del futuro, los CD son el australopitecus de la m¨²sica, el eslab¨®n perdido...", apunta Miqui Otero, del sello Doble Vida, un ente recientemente creado que edita s¨®lo singles de 7 pulgadas, recuperando otro formato en peligro de extinci¨®n: el del split, un vinilo en el que un grupo distinto se encarga de llenar de m¨²sica cada una de las dos caras. "Los seis integrantes de Doble Vida compartimos desde siempre esa necesidad de disfrutar del formato perfecto: la canci¨®n de pop. Hasta hace poco reivindicar eso era recibido con la misma comprensi¨®n como pretender apostar a tope por el quinqu¨¦ en detrimento de la bombilla", sentencia. Y es que el actual estado esquizofr¨¦nico de la industria musical, a diferencia de la pol¨ªtica, ha provocado un abandono general de cualquier postura centrista. La m¨²sica se compra en el Carrefour, por el m¨®vil durante los intermedios de S¨¢lvame, o en oscuras tiendas de barrio de firmes posicionamientos l¨²dicos. "La pena es que si miramos al mainstream fuera de Espa?a y lo comparamos con lo que tenemos aqu¨ª, la gran diferencia es que hasta Metallica saca sencillos en vinilo con canciones in¨¦ditas, mientras que Pereza, Amaral o Nena Daconte nunca han editado uno. En Espa?a no se tiene aprecio por este formato y las nuevas generaciones no saben ni lo que es un single", apunta M¨¢rquez.
Nadie va a echar de menos el CD, pero hasta hace bien poco muchos no se han dado cuenta de que con su inevitable desaparici¨®n, algo ciertamente valioso puede morir, algo que ha sido parte vital de la cultura pop de los ¨²ltimos 50 a?os. Luke Lewis, periodista del semanario musical brit¨¢nico NME, resume as¨ª sus sentimientos ante esta amenazadora realidad: "Disfruto de iTunes y no voy a sentir pena por la muerte del CD. Lo que me preocupa es la desaparici¨®n de la cara B, que ha sido muchas veces ignorada y que, m¨¢s que una grabaci¨®n no deseada, siempre ha supuesto ese espacio neutral entre el sencillo y el ¨¢lbum, un lugar en el cual a las bandas se les permit¨ªa experimentar sin la presi¨®n de deber de entregar un ¨¦xito. Conocer las caras B de un artista es y ser¨¢ el m¨¢s claro ejemplo de devoci¨®n".
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