ETA cambia los Pirineos por los Alpes
La presi¨®n policial y el desprestigio social fuerzan a la banda terrorista a esconderse en el norte de Francia y cerca de la frontera con Suiza e Italia
ETA se esconde en el norte. Pero no en el de Espa?a, sino en el de Francia. Y, adem¨¢s, est¨¢ sufriendo los efectos de la crisis econ¨®mica, que les obliga a economizar en vivienda e incluso a reciclar las balas ya disparadas. La operaci¨®n policial que permiti¨® descubrir a finales de agosto 14 zulos con armas y explosivos de la banda ha confirmado un cambio en los h¨¢bitos de ETA, forzado por la incesante presi¨®n policial, el desprecio social que padece en el sur de Francia, la crisis econ¨®mica e incluso el desprestigio entre el mundo criminal.
La captura el 19 de agosto de Aitzol Etxeburu, Alberto Machain y Andoni Sarasola hizo saltar una pregunta. ?Qu¨¦ hac¨ªan estos tres etarras alojados en pleno verano en una estaci¨®n de esqu¨ª de los Alpes franceses? Le Corbier-Villarembert est¨¢ cerca de las fronteras con Italia y Suiza, una zona donde, por ejemplo, se lleg¨® a situar el escondite de Josu Ternera. Los tres terroristas, encargados del suministro a los comandos, llegaron all¨ª siguiendo las etapas del Tour de Francia, uno de ellos siempre cargado con su perro. Y mientras animaban a los ciclistas tambi¨¦n iban visitando zulos (y otras cosas), mientras los agentes de la SDAT francesa y de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n que iban tras sus pasos tomaban nota, como tambi¨¦n lo hicieron en junio y julio mientras segu¨ªan a Itziar Plaza, antecesora de Etxaburu en la jefatura del aparato de suministro.
Tres etarras viajaron por los Alpes en julio camuflados entre aficionados al Tour
Los terroristas recogen las balas para recargarlas y utilizarlas de nuevo
As¨ª llegaron todos a los Alpes, algo que no extra?¨® excesivamente a los servicios antiterroristas. Ya antes hab¨ªan comprobado c¨®mo los etarras se escond¨ªan cada vez m¨¢s lejos de sus tradicionales nidos ecol¨®gicos en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s y cerca de la frontera franco-espa?ola. Hay varios ejemplos. Este a?o, antes de la operaci¨®n de los 14, fue localizado otro zulo en Grenoble. A finales de 2007, la banda hab¨ªa subido hasta Lorette, entre Lyon y Saint Etienne, para robar 2.000 litros de nitrometano. M¨¢s al norte a¨²n fue detenido el falsificador de ETA, Ekaitz Sirvent Auzmendi, a quien se le ech¨® el guante en Par¨ªs, tras mudarse por seguridad desde Burdeos. Los detenidos, adem¨¢s, hab¨ªan robado el coche en Saint Bonne le Froid, cerca de donde sustrajeron el nitrometano.
La mayor¨ªa de los zulos localizados ahora est¨¢n en la que deber¨ªa ser la ruta para entrar en Espa?a procedente de esa nueva zona de escondrijo de etarras. Once de ellos estaban entre Toulouse y Montpelier. Otros dos estaban en zonas m¨¢s tradicionales para la banda. El decimocuarto escondite descubierto est¨¢ pr¨®ximo a Breta?a, otra ¨¢rea que se encuentra entre los nuevos escondrijos de los terroristas. Una vez m¨¢s, empujados hacia el norte. La ubicaci¨®n de los zulos tiene su l¨®gica. Est¨¢n situados all¨ª donde los comandos y otros aparatos de la banda los pueden recoger justo antes de intentar atentar en Espa?a. De hecho, el hallado en Lacoste se sospecha que albergaba la carga criminal utilizada en los ¨²ltimos atentados etarras, en concreto los perpetrados en Baleares.
El hallazgo de los zulos ha supuesto un severo corte en las l¨ªneas de suministro etarra, pero tambi¨¦n otra comprobaci¨®n de que las cosas ya no son tan f¨¢ciles para ETA. E incluso de que la crisis les est¨¢ pasando factura. Tras el ataque de Capbreton (dos guardias civiles desarmados fueron asesinados por la espalda), dos de los terroristas huyeron sin apoyos, durmiendo por el monte, hasta que se estrellaron con un coche. ?ste estaba repleto de vainas de balas percutidas. Entonces no se supo por qu¨¦ llevaban eso.
La respuesta estaba en el zulo de Cabrerolles, hallado el d¨ªa 25 de agosto: una prensa para recargar munici¨®n, p¨®lvora y 83 vainas de munici¨®n percutida y preparadas para ser recargadas. Es lo que suelen usar los tiradores ol¨ªmpicos para ahorrar, para poder ensayar sin freno. Y eso que un deportista federado puede comprar donde quiera, con su carn¨¦ y su licencia. ETA, no, y acaba de perder 13.000 cartuchos. Tiene que ahorrar o volver a robar, porque ni tiene tanto dinero como antes (sus fuentes de financiaci¨®n no est¨¢n cortadas, pero ya no fluyen con la facilidad) ni su acceso al mercado negro de armas es tan f¨¢cil. "No se f¨ªan de ellos y, adem¨¢s, en Europa ya casi nadie quiere aparecer asociado o traficando con terroristas", aseguran fuentes de la lucha antiterrorista.
Ahora, pese a todo, los que luchan contra ETA temen una reacci¨®n para demostrar fortaleza. Saben que la banda tom¨® hace tiempo la decisi¨®n estrat¨¦gica de diseminar los arsenales, y tambi¨¦n de duplicar sus estructuras, por si acaso. Y saben que hay al menos dos comandos que est¨¢n abastecidos. Uno de ellos es el autor del ataque de Burgos del pasado julio, en el que s¨®lo un milagro evit¨® la muerte de decenas de personas. El otro mat¨® a dos guardias civiles en Mallorca. Pobre o rica, en el norte o en el sur, ETA mata cuando puede y si le interesa.
El taller, el mercurio y el edred¨®n
Los zulos han mostrado un modo de vida un tanto cutre de los etarras. Porque sin duda es cutre que escondan bajo tierra un edred¨®n y su funda como los que fueron hallados en uno de los dos escondites localizados en la zona de Rivieres, donde tambi¨¦n guardaban, por ejemplo, un receptor de TDT.
Los servicios antiterroristas suponen que ese material procede de una mudanza, al igual que los componentes del taller que fue localizado en Lacaune Les Bains. En este escondite se localizaron caballetes y tableros de madera, estanter¨ªas y un fluorescente. Los investigadores aseguran que se trataba de material para establecer un taller de montaje de bombas. La impedimenta para componer explosivos la ten¨ªan guardada en otro zulo, el de Camplong, en el que se localiz¨® un impresionante arsenal electr¨®nico para montar m¨¢s de un centenar de bombas lapa, dentro de recipientes de pl¨¢stico tipo tupper de 40 por 30 cent¨ªmetros.
Esas bombas se activan con iniciadores de mercurio como los requisados en Minerve, un material que ya no es f¨¢cil de conseguir. La toxicidad de este material ha llevado a retirar los term¨®metros de este metal y a imponer en la UE fuertes restricciones para la compra de este componente. ETA se ver¨¢ as¨ª obligada a cambiar de sistema de activaci¨®n por movimiento de las bombas.
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