Vivienda busca salidas para los que logran una VPO y se quedan en paro
Los adjudicatarios que renuncian no pueden participar en sorteos en dos a?os
Rechazar la vivienda de protecci¨®n oficial (VPO) que ha tocado en un sorteo es un trago muy duro para el agraciado. Sobre todo, si tiene que hacerlo porque acaba de perder su empleo, algo relativamente frecuente en los dos a?os en que la crisis est¨¢ sacudiendo la econom¨ªa. Para estos casos, al igual que para cualquier tipo de rechazo a la VPO que ha tocado en el sorteo, la respuesta que en estos momentos ofrece la administraci¨®n resulta tajante: los ciudadanos que renuncien no podr¨¢n volver a entrar en un sorteo en el plazo de dos a?os. El Departamento de Transportes, Obras P¨²blicas y Vivienda que dirige I?aki Arriola est¨¢ analizando esta situaci¨®n para darle otra salida. El consejero asegur¨® a EL PA?S que, "si una persona se queda en paro y le ha tocado una VPO, no se le puede penalizar".
La crisis acarrea m¨¢s renuncias a los pisos protegidos al no poder pagarlos
EA pide un cambio en la norma para no penalizar por razones econ¨®micas
Las renuncias a las viviendas protegidas adjudicadas en propiedad a trav¨¦s de los sorteos de Etxebide han crecido a partir de 2007, coincidiendo con el hundimiento del mercado inmobiliario, el inicio de la crisis econ¨®mica y la posterior restricci¨®n del cr¨¦dito que han impuesto los bancos y las cajas de ahorro. Entre 2006 y 2008, el n¨²mero de afortunados que se ech¨® atr¨¢s antes de formalizar la hipoteca se increment¨® un 70%. Con los ¨²ltimos datos disponibles, a finales del a?o pasado los rechazos supusieron el 11,1% de todas las adjudicaciones que se formalizaron en la comunidad aut¨®noma (558 sobre 5.000). Mientras, en 2006 hab¨ªa rechazado la VPO el 6,7% (328 sobre 4.829).
Seg¨²n Arriola, a la hora de catalogar las renuncias es preciso analizar de manera muy detallada los motivos que aduce el adjudicatario. "Si los motivos son econ¨®micos, porque se ha quedado en paro, no se le puede penalizar. Otra cosa es que no quiera la vivienda por un capricho, porque no le gusta la ubicaci¨®n o le resulta peque?a. En ese caso hay que tomar otro tipo de decisi¨®n".
A finales del a?o pasado, promotores privados de VPO en Vitoria aseguraron que se hab¨ªan encontrado hasta con un 30% de rechazos en las listas de aspirantes facilitadas por el Ayuntamiento. La sociedad municipal que promueve los pisos protegidos en la capital alavesa atribuy¨® la mayor parte de las renuncias a la diferente forma de empezar a financiar la VPO. Al parecer se trataba de pisos sorteados hace dos o tres a?os, una ¨¦poca en la que s¨®lo hab¨ªa que empezar a pagar el piso en el momento en el que se entregaban las llaves. Sin embargo, a partir de 2008 se oblig¨® a los adjudicatarios a adelantar una parte del valor de la vivienda desde que les toc¨® en el sorteo. Este cambio coincidi¨® con el momento en el que empez¨® a estrangularse el cr¨¦dito bancario y pill¨® a muchos adjudicatarios sin los ahorros suficientes.
Por ahora, la proporci¨®n de renuncias resulta relativamente baja si se atiende al total de adjudicaciones, pero el fen¨®meno va a m¨¢s. En la ¨¦poca de bonanza, los motivos para rehusar eran variopintos: desde que a los adjudicatarios no les gust¨® la ubicaci¨®n o la distribuci¨®n, hasta los cambios producidos en sus condiciones de vida desde el momento en que les toc¨® la vivienda hasta que se la entregaron (algunas veces pasan dos o tres a?os). Este tipo de circunstancias fue lo que llev¨® al anterior departamento a endurecer la legislaci¨®n y penalizar con m¨¢s rigor a las personas que rechazan los inmuebles.
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