El matrimonio presidencial argentino maniobra para controlar los medios
La guerra al grupo Clar¨ªn deriva en una batalla contra todo el sector
Los Kirchner se han lanzado en Argentina a una dura batalla contra el principal grupo de comunicaci¨®n del pa¨ªs, Clar¨ªn. Acaban de presentar un proyecto de ley que afecta a los intereses de ese grupo y, de paso, otorga al Gobierno un mayor control sobre todos los medios privados de televisi¨®n y de radio, y sobre sus contenidos.
En todas las ocasiones, los intentos para aumentar el control o, directamente, de acallar a determinados medios de comunicaci¨®n latinoamericanos han coincidido con actitudes fuertemente cr¨ªticas de esos grupos de comunicaci¨®n, lo que invalida los llamamientos presidenciales a la defensa de ?la informaci¨®n veraz? y la ?aut¨¦ntica libertad de expresi¨®n?. ?Hist¨®ricamente, los movimientos populistas de la regi¨®n han mantenido relaciones conflictivas con los grandes medios de comunicaci¨®n?, escribe el comentarista argentino Julio Brudman, ?porque tarde o temprano esos medios dejan de apoyar a esos Gobiernos, bien sea porque ya no aprecian sus pol¨ªticas populistas o, simplemente, porque interpretan el creciente malhumor de la opini¨®n p¨²blica?.
El primer d¨ªa de debate en el Congreso argentino, el pasado jueves, fue tumultuoso, con gritos y hasta empujones. Los kirchneristas tienen prisa para lograr que la ley se apruebe antes de que tomen posesi¨®n, en diciembre, los nuevos diputados que ganaron las elecciones parciales de junio. La oposici¨®n, por el contrario, intenta retrasar el proceso, y conf¨ªa en que el Senado d¨¦ carpetazo a un proyecto que califica de fuertemente estatalista.
La batalla se inici¨® con la repentina decisi¨®n de la Asociaci¨®n de F¨²tbol Argentino (AFA) de suspender su contrato con el grupo Clar¨ªn por los derechos de televisi¨®n del f¨²tbol de primera divisi¨®n. La AFA firm¨® a toda prisa un nuevo acuerdo con el Gobierno por el que los partidos pasaron a retransmitirse en abierto por el Canal 7, de propiedad p¨²blica. ?F¨²tbol gratis y para todos?, prometi¨® la presidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, aunque se trata de una met¨¢fora porque el f¨²tbol lo pagar¨¢n religiosamente todos los argentinos: la asociaci¨®n cobrar¨¢ cada a?o 600 millones de pesos que saldr¨¢n, naturalmente, de los impuestos y no del pay per view, como antes. ?En un pa¨ªs con una terrible historia de secuestros, se ha acabado el secuestro de los goles?, afirm¨® la presidenta, para estupefacci¨®n de los supervivientes de la dictadura militar.
El segundo acto fue la presentaci¨®n del nuevo proyecto de ley de Servicios de Comunicaci¨®n Audiovisual, un largo texto de 168 art¨ªculos, que proh¨ªbe que un mismo due?o pueda tener un canal de televisi¨®n en abierto y otro por cable en la misma zona, que se supere el 35% de la audiencia y que se disponga de m¨¢s de 10 licencias de radio en todo el pa¨ªs (24 en el caso de televisi¨®n por cable). La primera consecuencia ser¨ªa que el grupo Clar¨ªn se ver¨ªa obligado a desprenderse de su televisi¨®n en abierto o a dejar de lado el negocio del cable. ?Cuidado, la libertad de prensa no puede ser confundida con la libertad de los propietarios de la prensa?, explic¨® confusamente la presidenta.
Lo que deber¨ªa haber sido una ley que se limitara a dar un nuevo marco legal a la comunicaci¨®n audiovisual, ampliara el n¨²mero de licencias de televisi¨®n en abierto e incorporara medidas consensuadas para regular una eventual concentraci¨®n excesiva, se convirti¨® en una ley anti-Clar¨ªn, de car¨¢cter fuertemente estatalista, que dibuja un sector privado atomizado y dependiente de la renovaci¨®n m¨¢s o menos arbitraria de las licencias, v¨¢lidas exclusivamente para 10 a?os. ?Esta ley crear¨ªa un sistema basado totalmente en la discrecionalidad pol¨ªtica. Nace de un Gobierno que no est¨¢ legitimado para reclamar transparencia porque ¨¦l mismo es extraordinariamente opaco y puede ser refrendada por un Parlamento que ya no representa la voluntad popular, porque las elecciones dise?aron una nueva situaci¨®n?, advierte Ricardo Kirschbaum, director del diario Clar¨ªn.
El proyecto tiene el apoyo de los grupos de izquierda argentinos, entusiasmados con la idea de distribuir las posibles licencias de cable en tres grandes grupos y que s¨®lo uno de ellos corresponda al sector privado. Los otros dos se reservar¨¢n para los poderes p¨²blicos y para los distintos grupos sociales, desde agrupaciones vecinales a universidades, grupos religiosos o comunidades ind¨ªgenas. En la pr¨¢ctica, afirma Kirschbaum, esa pretendida pluralidad de voces no ser¨¢ tal, porque estar¨¢ tambi¨¦n controlada por el Gobierno, due?o de las licencias y de las subvenciones.
En su af¨¢n por demostrar que se trata de una regulaci¨®n ideol¨®gicamente inspirada en la izquierda, los Kirchner explicaron que el proyecto de ley ha sido ya discutido en 24 foros p¨²blicos y 80 ?charlas-debate? por todo el pa¨ªs, gracias a lo cual se incorporaron al texto 139 ?nuevas aportaciones?, firmadas desde la agrupaci¨®n vecinal Comandante Andresito hasta el grupo estudiantil El Andamio, pasando por facultades de comunicaci¨®n, grupos feministas, religiosos e ind¨ªgenas.
La propuesta afecta igualmente a las emisoras de radio ?el Grupo PRISA, editor de EL PA?S, dispone actualmente de 10 licencias? que han expresado tambi¨¦n su protesta. ?Esta ley?, afirma la Asociaci¨®n de Radiodifusi¨®n Argentina, ?consagra el fuerte control del Gobierno de turno sobre los medios privados y sus contenidos, afecta a la seguridad jur¨ªdica de los actuales licenciatarios, genera un sistema dependiente del Estado y otorga un poder discrecional al Ejecutivo?.
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