La prensa estorba al eje bolivariano
El acoso contra los medios se agrava en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua - La censura y las amenazas a los periodistas disparan las alarmas en la regi¨®n
Ocurri¨® el jueves en Santa Cruz, la capital del oriente boliviano. Dos reporteros de la cadena de televisi¨®n Unitel filmaban la detenci¨®n de un agricultor en pleitos de tierras con el Estado. Un grupo armado lo trasladaba, maniatado y encapuchado, al aeropuerto, para enviarlo a La Paz. Los dos periodistas segu¨ªan al convoy, hasta que una de las furgonetas embisti¨® su veh¨ªculo. Tres hombres de paisano los obligaron a bajar, los golpearon y ametrallaron la c¨¢mara, que se llevaron consigo, destrozada. Los reporteros identificaron a los asaltantes como miembros de la unidad de ¨¦lite de la polic¨ªa.
Se trata del m¨¢s reciente de los incidentes con los medios que han jalonado el mandato de Evo Morales, cuya alergia a los periodistas es compartida por sus aliados bolivarianos. Este mismo s¨¢bado, el Gobierno venezolano anunciaba la clausura de 29 emisoras de radio -que se unir¨¢n a las 34 ya cerradas en agosto- y nuevas sanciones contra la asediada Globovisi¨®n. Tambi¨¦n el canal ecuatoriano Teleamazonas y varias radios podr¨ªan tener los d¨ªas contados si prospera la cancelaci¨®n de licencias exigida el domingo pasado por el presidente Rafael Correa. Y en Managua, Daniel Ortega arremet¨ªa ayer de nuevo contra los periodistas, acus¨¢ndolos de servir "a los enemigos del pueblo".
"Se toman medidas para asfixiar a la prensa", explica el presidente de la SIP
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que agrupa a 1.300 publicaciones del continente, ha dado la voz de alarma. "En los tres ¨²ltimos a?os se est¨¢ imponiendo un patr¨®n de acoso sistem¨¢tico a los medios independientes en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y, en menor grado, Argentina", explica desde Bogot¨¢ Enrique Santos, presidente de la SIP. "Los presidentes emplean contra ellos un lenguaje agresivo y beligerante, lig¨¢ndolos a compl¨®s, minando su credibilidad. Todo ello acompa?ado de medidas espec¨ªficas para asfixiarles".
En otros lugares, como M¨¦xico, Centroam¨¦rica, Brasil o Colombia, la violencia contra los periodistas est¨¢ ligada sobre todo al crimen organizado o la corrupci¨®n. Lo preocupante con Hugo Ch¨¢vez y sus aliados, insiste la SIP, es que se han embarcado en una ofensiva de Estado contra la libertad de expresi¨®n.
Da la impresi¨®n de que la prensa estorba al Socialismo del Siglo XXI. Los medios, afirman los dirigentes bolivarianos, responden a "intereses de la oligarqu¨ªa y el imperialismo" y "tergiversan la realidad". "Hay una serie de vicios que tiene la prensa, que son un atentado a los intentos de cambio para bien de nuestra Am¨¦rica", declaraba recientemente Rafael Correa, que ha anunciado que, desde la presidencia de turno de Unasur, propondr¨¢ un organismo regional para "vigilar" a los medios.
?Tienen alg¨²n fundamento esas denuncias? ?Est¨¢ la prensa demasiado "politizada"?
"En Venezuela, Ecuador, Bolivia o Nicaragua vivimos un proceso de polarizaci¨®n extrema, y es inevitable que eso se refleje en los medios", asegura Marco Dipp, presidente de la Asociaci¨®n Nacional de la Prensa de Bolivia. Adem¨¢s, la falta de una oposici¨®n articulada y la fragilidad institucional han convertido a la prensa "en uno de los principales instrumentos de fiscalizaci¨®n del poder". Y eso tiene sus riesgos.
"Claro que hay errores y excesos", afirma Enrique Santos, pero son parte "de la din¨¢mica de la libertad de informaci¨®n, de la lucha de opini¨®n. Para eso est¨¢n los instrumentos legales". Sin embargo, las acciones emprendidas por los mandatarios bolivarianos van mucho m¨¢s all¨¢ de los roces tradicionales entre el poder y los medios, y apuntan a una estrategia de control de la informaci¨®n y limitaci¨®n de la libertad de prensa.
Una estrategia que repite el mismo esquema: empieza con insultos y descalificaciones, sigue con agresiones f¨ªsicas por parte de grupos de choque oficialistas (sobre todo en Venezuela, Bolivia y Nicaragua), acoso judicial, medidas de asfixia (como el reparto de pautas publicitarias o los impuestos al papel fijados en Ecuador) y el cierre de medios. Simult¨¢neamente, estos Gobiernos, denuncia la SIP, est¨¢n conformando poderosas redes de prensa con fondos p¨²blicos para usarlos como aparato de propaganda.
Venezuela marca la pauta. La clausura de Radio Caracas Televisi¨®n y de 34 emisoras, el acoso a Globovisi¨®n o la "ley mordaza" que el Gobierno col¨® en la reciente de ley de educaci¨®n, generan un panorama de paulatino silenciamiento de los medios.
Rafael Correa se ha convertido en el alumno m¨¢s aventajado de Ch¨¢vez. Desde su programa semanal de radio, a imagen del Al¨®, Presidente, recomienda cosas como esta: "Apaguemos el televisor y tengamos la mente limpia. No es necesario leer peri¨®dicos". "Nunca antes un presidente hab¨ªa convertido a la prensa en su principal enemigo", dice Emilio Palacio, editor de Opini¨®n del diario El Universo, en la mira del Gobierno.
Correa apuntaba maneras cuando en 2007 se refiri¨® a una reconocida periodista ecuatoriana como "gordita horrorosa", porque le hab¨ªa hecho unas preguntas que le incomodaron. De los insultos pas¨® a los hechos y desempolv¨® una ley expedida durante la dictadura, en 1975, que ha servido para emprender procesos judiciales contra varios medios, algunos por "atentado contra la seguridad nacional". Al mismo tiempo, las autoridades han iniciado un proceso de revisi¨®n de las licencias de radio y televisi¨®n, como en Venezuela, y ya han advertido que van a caer "algunas vacas sagradas". Los efectos se empiezan a sentir y la autocensura, detecta la SIP, est¨¢ anidando en muchos medios ecuatorianos.
En Bolivia se han registrado 90 agresiones a periodistas en los ¨²ltimos nueve meses, se?ala Marco Dipp. "De momento no hay leyes mordaza, pero el temor es que, despu¨¦s de las elecciones de diciembre, se incluyan en la anunciada reforma judicial". Evo Morales ha suspendido las conferencias de prensa y sometido a escarnio p¨²blico a algunos reporteros. "S¨®lo el 10% de los periodistas son dignos", ha dicho. El resto, miente. "?Diremos la verdad si hablamos bien del Gobierno?", se pregunta la periodista Silvia Padilla.
Su hom¨®logo Daniel Ortega no se queda atr¨¢s. Seg¨²n la SIP, el Gobierno ha concentrado pautas publicitarias en medios de comunicaci¨®n pertenecientes a la familia del presidente, adem¨¢s de recurrir a un poder judicial controlado por el sandinismo para asediar a los periodistas inc¨®modos, como Carlos Fernando Chamorro. Otra veces son las turbas oficialistas las encargadas de poner orden a base de asaltos y palizas.
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