Asalto a la comisar¨ªa de Pozuelo
La primera noche de fiestas patronales deriva en una batalla con 10 polic¨ªas heridos
La primera noche de las fiestas patronales de Pozuelo se convirti¨® en una batalla campal. Una airada reacci¨®n de los j¨®venes que hac¨ªan botell¨®n en el recinto ferial deriv¨® en un mot¨ªn como consecuencia del cual 20 personas fueron detenidas, siete de ellos menores; y diez polic¨ªas necesitaron ayuda m¨¦dica, dos por contusiones graves.
Los agentes de la Polic¨ªa Municipal y Nacional perdieron el control de unos disturbios que comenzaron en el recinto ferial alrededor de las dos de la ma?ana del domingo y se traslad¨® por buena parte de la ciudad hasta llegar a la comisar¨ªa de la Polic¨ªa Nacional. Ante la imposibilidad de contener a los j¨®venes, unidades de antidisturbios trasladadas desde Madrid llegaron en su apoyo. Ni los destellos ni los avisos por megafon¨ªa surtieron efecto contra los miles de implicados en la reyerta. Los agentes cargaron con porras y pelotas de goma y dispararon varias salvas al aire. Aun as¨ª, un grupo de 200 j¨®venes fue capaz de completar los diez minutos de camino que hay hasta las dependencias policiales y la asaltaron con piedras y botellas. Por el camino dejaron ardiendo un coche policial y destrozaron una furgoneta de antidisturbios. Se?ales de tr¨¢fico, marquesinas, contenedores y papeleras desaparecieron a su paso. El suelo de la avenida que une la comisar¨ªa con el recinto ferial les provey¨® de adoquines para su asalto.
Enclaustrada en la comisar¨ªa, la polic¨ªa sufri¨® para repeler a los atacantes, algunos de los cuales intentaron atravesar los muros perimetrales. La situaci¨®n pareci¨® a punto de tomar un giro dram¨¢tico, pero finalmente los agresores fueron reducidos. La batalla dur¨® en total m¨¢s de tres horas. Los servicios de limpieza recogieron todo en poco tiempo para continuar con las fiestas.El Chorizo y sus colegas estuvieron hasta las siete de la ma?ana del domingo dando carreras por Pozuelo y lanz¨¢ndo botellas a la polic¨ªa. Cuando la borrachera les pes¨® demasiado, se fueron a dormir a casa de sus padres. En cuanto se despertaron, ocuparon un banco en el parque junto al recinto ferial, abrieron unas cervezas y comentaron la batalla. "Ah¨ª es donde le dimos fuerte a la poli con las botellas", se?ala orgulloso uno de los adolescentes.
Durante tres horas un millar de j¨®venes pusieron a la Polic¨ªa Municipal y Nacional contra las cuerdas. Con botellas y piedras convirtieron en un mot¨ªn el primer d¨ªa de las fiestas patronales del pueblo conla renta per capita m¨¢s alta de Espa?a.
Los responsables de los disturbios se mov¨ªan espoleados por la furia y el alcohol, pero demostraban precisi¨®n de relojes suizos. "Parec¨ªan guerrillas. Los cabecillas los distribu¨ªan de un lado a otro. Les dec¨ªan. 'T¨² ve a cortar aquella calle, t¨² esa", explica Mari Carmen, una vecina. S¨®lo pudieron controlar a los agresores las unidades de antidisturbios que se trasladaron desde Madrid ante la llamada desesperada de sus colegas de Pozuelo. Se estaban viviendo momentos dram¨¢ticos, con agentes derribados en el suelo recibiendo patadas. Diez de ellos fueron atendidos por los servicios m¨¦dicos. Siete pertenec¨ªan los antidisturbios, uno a la Polic¨ªa Nacional y otro a la Municipal. Ninguno segu¨ªa ingresado anoche.
"Esto hay que darles a los maderos", muestra un petardo El Chorizo. Tiene 17 a?os y un brazo tatuado de letras chinas. En su grupo son todos menores. "Fue la poli la que se lo busc¨®", explica uno. "A las tres de la ma?ana, cuando est¨¢s con lo mejor del pelotazo, te echan", explica.
Las versiones del inicio del conflicto que circulan por Pozuelo divergen. Unas hablan de una pelea que encendi¨® la chispa, otras de una reacci¨®n desmedida de los agentes ante las primeras provocaciones. Sin embargo, todas coinciden en algo: el aut¨¦ntico detonante de la batalla campal fue la orden de terminar la fiesta. Estaba previsto que a medianoche las atracciones apagasen las luces y que abandonasen el recinto ferial los grupos de j¨®venes que hac¨ªan botell¨®n en torno a coches con la m¨²sica a tope. Cuando los agentes plantearon que se terminaba la diversi¨®n, los ¨¢nimos se encendieron.
Los feriantes avalan la versi¨®n policial de que todo empez¨® cuando unos agentes intentaron auxiliar a un herido en una pelea. Ayer paseaban entre sus atracciones busc¨¢ndoles las cicatrices. "?A ti te han roto algo?", preguntaba el encargado de los coches de choque a su colega de la nube. "Unas luces. Son unos salvajes", respond¨ªa ¨¦ste. El due?o del tren de la bruja, frente a donde se gener¨® la pelea, repasaba con los dedos los bollos que le hab¨ªan dejado las botellas.
Un reguero de cristales de botella nac¨ªa en las v¨ªas de su tren y se extend¨ªa por m¨¢s de un kil¨®metro hasta llegar a la comisar¨ªa de la Polic¨ªa Nacional. Iba jalonado de marquesinas reventadas y papeleras derretidas. Ardieron hasta las talanqueras de la entrada de la plaza de toros.
El equipo de limpieza se aplic¨® en despejar las calles a primera hora del domingo. "Ha sido un turno doble espantoso", se quejaba un operario medio dormido sobre su escoba. La celeridad con la que se barrieron las pelotas de goma y los adoquines ha provocado suspicacias sobre la voluntad del Ayuntamiento de sepultar el conflicto.
Lo que resultar¨¢ dif¨ªcil de sepultar es el recuerdo de algunos vecinos. Detr¨¢s del parque, un coche de polic¨ªa ardi¨® formando llamas de tres metros. Los v¨¢ndalos destruyeron otra furgoneta de antidisturbios, le quitaron el freno y la acercaron al coche para que prendiera. La polic¨ªa y los bomberos no pod¨ªan llegar hasta el incendio con las calles cortadas por los v¨¢ndalos. Una pareja residente en el inmueble ante el que ard¨ªa el coche sali¨® con mangueras para apagar el coche antes de que ardiera el dep¨®sito de gasolina de todos los veh¨ªculos aparcados en la calle. Como premio, recibieron las pedradas de los atacantes, que llegaron a saltar la valla de su casa. Fue un adelanto del asedio a la comisar¨ªa que protagonizaron 200 asaltantes, un episodio de western que se sald¨® con 20 detenidos.
El Chorizo y sus colegas dicen que se han quedado con ganas de juerga. Han descubierto que hay algo m¨¢s divertido que los tiovivos a los que sub¨ªan s¨®lo hace un par de a?os.
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