El orgullo de Pepe Gri?¨¢n
Tiene Jos¨¦ Gri?¨¢n una seguridad en sus propias fuerzas que algunos confunden con soberbia. ?l prefiere llamarlo orgullo intelectual.
Lo dec¨ªa el pasado domingo en este peri¨®dico: cuando se habla de m¨²sica, de libros, de cine o de f¨²tbol, "normalmente me s¨¦ el dato", le dec¨ªa a Karmentxu Mar¨ªn.
?Eso es soberbia intelectual, le pregunta Karmentxu? No, responde Pepe Gri?¨¢n. Es orgullo. El sano orgullo, apunto yo, de alguien que ha aprovechado el tiempo y cultivado sus aficiones, la lectura, la m¨²sica, el deporte, y sobre todo su gran pasi¨®n: la pol¨ªtica.
Desde que en 1975 se jug¨® su plaza de inspector de trabajo por oposici¨®n por firmar un manifiesto exigiendo al dictador Franco que se largara y convocara elecciones democr¨¢ticas, Gri?¨¢n apost¨® por la democracia y por la izquierda. Sus credenciales pol¨ªticas no pueden ser m¨¢s contundentes. Es parad¨®jico que el l¨ªder de la derecha andaluza, Javier Arenas, acuse a Gri?¨¢n de construir un nuevo r¨¦gimen. ?El mundo al rev¨¦s!
Sus credenciales como gestor son tambi¨¦n impecables: ha sido consejero y ministro de diversas carteras (Trabajo, Sanidad, Econom¨ªa) y diputado en Madrid y Sevilla. Sabe de n¨²meros tanto o m¨¢s que de ¨®pera o cine.
Pero nunca hab¨ªa estado en la primer¨ªsima fila. Hasta el 22 de abril, fecha en la que fue investido presidente de la Junta, en sustituci¨®n de su ¨ªntimo amigo Manuel Chaves.
?ste es pues su primer curso completo como m¨¢ximo responsable del Ejecutivo. Sobre sus hombros descansa un pesado fardo: una crisis que muestra su rostro m¨¢s dram¨¢tico en esos 800.000 parados que amenazan con convertirse en un mill¨®n.
Gri?¨¢n ha iniciado el curso con una acertada presencia en los medios de comunicaci¨®n.
En La Ventana de Andaluc¨ªa (SER), se?al¨® a Fernando P¨¦rez Mongui¨® los ejes sobre los que girar¨¢ su acci¨®n pol¨ªtica. El principal, la educaci¨®n. Ya lo hab¨ªa advertido en su discurso de investidura: hablar de educaci¨®n es hablar de econom¨ªa.
La entrega de ordenadores port¨¢tiles gratis a los 173.595 ni?os de quinto y sexto de primaria y a sus 17.000 profesores a partir hoy es una inversi¨®n m¨¢s que acertada. Como lo es la concesi¨®n de becas de 6.000 euros anuales a los hijos de las familias con rentas m¨¢s bajas, que estudian bachillerato o formaci¨®n profesional de grado medio. Se pretende frenar el abandono escolar, que supera en Espa?a el 30%.
Las otras dos palabras que resumen el programa del presidente Gri?¨¢n para este curso son austeridad y pactos. Austeridad en el gasto p¨²blico, pero sin olvidar la preocupaci¨®n de un Gobierno socialista por los m¨¢s desfavorecidos: as¨ª, por s¨¦ptimo a?o consecutivo, la Junta aumentar¨¢ un 4% la ayuda complementaria de las pensiones no contributivas -sobre las que s¨ª tiene competencias-.
Desde que hace siete a?os Chaves instituy¨® esta medida, recurrida sin ¨¦xito por Aznar, esa ayuda se ha incrementado un 38%. Lo mismo que la pensi¨®n m¨ªnima: en los ochos a?os de gobierno popular, los tres primeros con Arenas como ministro de Trabajo, la pensi¨®n m¨¢s baja subi¨® un 28% (107 euros). En los primeros cinco a?os de gobierno Zapatero, esa subida ha sido de un 43% (174 euros).
La otra palabra del diccionario de Gri?¨¢n es pactar. Adem¨¢s de la educaci¨®n, Gri?¨¢n propone a la oposici¨®n consenso sobre la ley de R¨¦gimen Local y la Ley del Agua. Con los sindicatos y empresarios habr¨¢ de cerrar el VII Acuerdo de Concertaci¨®n Social.
Pero la tarea no es sencilla. Porque algunos de sus interlocutores no se muestran muy partidarios de firmar acuerdos que, piensan, les perjudicar¨ªan electoralmente. Deber¨¢ el presidente aplicar todo su orgullo intelectual para derribar esos obst¨¢culos. El casi seguro mill¨®n de parados que puede haber a final de a?o se lo merecen.
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