Mejor no frecuentarle
Berlusconi exhibe su confusi¨®n entre lo p¨²blico y lo privado tras una reuni¨®n con Zapatero
Silvio Berlusconi se ha convertido en una compa?¨ªa pol¨ªtica poco recomendable. Lo pudo comprobar ayer Rodr¨ªguez Zapatero, que tuvo que soportar, junto a numerosos ministros de los dos pa¨ªses, las delirantes y bochornosas explicaciones sobre el reclutamiento de j¨®venes mujeres para las listas electorales del Popolo de la Libert¨¤, el partido pol¨ªtico presidencial; sobre sus reuniones y fiestas con decenas de mujeres dedicadas a la prostituci¨®n; y sobre sus descalificaciones a EL PA?S y a la prensa italiana que todav¨ªa se mantiene a salvo de su voracidad como propietario de medios y de su aplicaci¨®n en la limitaci¨®n de la libertad de expresi¨®n.
Lo que est¨¢ convirtiendo a Berlusconi en un personaje impropio de un pa¨ªs serio y de un Gobierno presentable, hurt¨¢ndole cualquier capacidad de dialogar con autoridad con sus hom¨®logos, no es su vida privada, sino precisamente la confusi¨®n delirante entre lo p¨²blico y lo privado con que ha organizado la vida pol¨ªtica italiana. La conferencia de prensa al t¨¦rmino de la cumbre bilateral de ministros es la mejor demostraci¨®n de esta lamentable mezcla de g¨¦neros, que se produce incluso a la hora de ofrecer las explicaciones que leg¨ªtimamente plantean los periodistas. Casi 10 minutos duraron sus prolijas explicaciones, esmaltadas de egolatr¨ªa y de humor machista y rijoso, que iban complic¨¢ndose a medida que se extend¨ªa el bochorno ajeno entre los asistentes espa?oles e italianos.
Sobre Berlusconi recae en estos momentos la sospecha de utilizar su poder personal en la designaci¨®n de altos cargos del Estado y en la formaci¨®n de las listas electorales para obtener favores sexuales. ?l mismo ha documentado y ayer incluso ha exhibido, en vergonzosa explicaci¨®n sobre su propia vida sexual, su vulnerabilidad como hombre p¨²blico al que le pueden presentar j¨®venes hermosas, que naturalmente caen rendidas a sus pies ante sus encantos, para obtener contraprestaciones pol¨ªticas o econ¨®micas. Nada se puede decir de la vida privada de quien sabe preservarla, pero en su caso ha sido ¨¦l mismo, sus propios medios de comunicaci¨®n y su ex esposa quienes iniciaron el destape, y en el caso de esta ¨²ltima se?alando su trato enfermizo con j¨®venes menores de edad, algo que de ser cierto no podr¨ªa ser objeto de persecuci¨®n judicial alguna en Italia debido al blindaje legal construido por ¨¦l mismo en torno a su persona.
Frecuentar la compa?¨ªa de Berlusconi, cuyo pa¨ªs pertenece al G-8, se ha convertido en una dificultad pol¨ªtica adicional en las complejas relaciones internacionales. Pero lo que le descalifica como gobernante es su vulnerabilidad ante cualquier presi¨®n encubierta, fruto de las circunstancias que acepta para dar satisfacci¨®n a su vanidad y a su ego. La Iglesia italiana, profundamente incomodada por sus comportamientos y objeto de sus ataques, ha decidido sacar partido de su debilidad pol¨ªtica obteniendo modificaciones legales precisamente en el terreno de la moral. Y est¨¢ claro que muchos m¨¢s pueden seguir el mismo camino.
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