Magali No?l vuelve otra vez a Boris Vian
Jules Dassin con Rifif¨ª (1955) lanz¨® su carrera cinematogr¨¢fica y vocal y puso sobre la pantalla una de las escenas musicales m¨¢s sensuales del cine de los a?os cincuenta. Un a?o despu¨¦s, Magali No?l conoc¨ªa a Boris Vian gracias a Jacques Canetti, promotor, director discogr¨¢fico y hermano del autor de Las voces de Marrakech. Magali No?l se convertir¨¢ en la portavoz femenina de los textos l¨ªricos y provocadores del escritor. A los cincuenta a?os de la muerte del escritor y en medio de los homenajes, la actriz y cantante ha hecho o¨ªr su voz como la depositaria art¨ªstica en vida de la obra musical del autor de La hierba roja. Una amistad fraternal que quedar¨¢ forjada en una serie de t¨ªtulos que Vian, con participaci¨®n musical de Alain Goraguer y Michel Legrand, le servir¨¢ en bandeja de plata. A mitad de los a?os cincuenta, Michel Legrand se ha tra¨ªdo de un viaje ultramarino el nuevo ritmo del rock and roll y Vian, en compa?¨ªa de Henri Salvador, bautiza el naciente rock tricolor acentu¨¢ndolo por su lado m¨¢s absurdo y par¨®dico. Magali No?l debuta con un rock and roll rebozado de sexualidad y destinado a convertirse en piedra angular de la obra vianiana, Fes-moi mal, Johnny. La canci¨®n, cantada con la complicidad de Boris Vian, topar¨¢ con la censura radiof¨®nica estupefacta ante esta ins¨®lita declaraci¨®n femenina, sexual y sadomasoquista. A pesar de la censura, la composici¨®n har¨¢ su camino, y las audacias y otros descubrimientos literarios de Vian ser¨¢n recogidos por su heredero, Serge Gainsbourg, nueva encarnaci¨®n del dandi narcisista. Anotemos como curiosidad que el tema hasta mereci¨® entre nosotros una relectura a cargo de Guillermina Motta y Joan Manuel Serrat.
Como otras int¨¦rpretes del vecino pa¨ªs -Jeanne Moreau, Brigitte Bardot, Marie Laforet, Anna Karina, Vanesa Paradis-, Magali No?l contabilizar¨¢ con ductilidad las grabaciones y actividades cinematogr¨¢ficas y teatrales. Si su carrera en Francia nunca pas¨® de una discreta serie B aunque se cruz¨® entre otros con Ren¨¦ Clair y Jean Renoir, tuvo el acierto de que el maestro Fellini llamar¨¢ tres veces a su puerta, y a la tercera, la vencida. Su papel de la Gradisca de Amarcord quedar¨¢ entre los fantasmas inmortales del director mientras pasea su pompis y talla de pin-up por las calles de un Rimini de cart¨®n y piedra. Hoy a los 78 a?os presume de no tener una cana importunando su larga caballera de leona en invierno. El nombre y el aniversario de Vian la han hecho salir de su madriguera provenzal para recordar historias como cuando sal¨ªa del cabar¨¦ y a la puerta esper¨¢ndola ten¨ªa el clan formado por Vian, Jacques Pr¨¦vert y Raymond Queneau. Regard sur Vian, su homenaje ahora reeditado, re¨²ne a medio camino entre jazz y chanson aquellas canciones escritas por el hombre que prefiri¨® el sarcasmo y la iron¨ªa como armas de defensa y, entre otros textos, le dej¨®, Rue Watt, la calle por donde Magali No?l sigue paseando sus sue?os.
Regard sur Vian. Magali No?l. Dreyfus Records.
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