Lenin, Per¨®n, Ch¨¢vez
La revoluci¨®n rusa de 1917 tuvo un efecto sobre la izquierda socialista que m¨¢s tarde hab¨ªa de repetirse en Ir¨¢n para el islamismo: el sue?o se convirti¨® en realidad tangible. Pese a las dificultades experimentadas, ambos reg¨ªmenes acabaron consolid¨¢ndose y sirviendo de ejemplo y de aliciente a quienes compart¨ªan su modo de pensar. Para los comunistas de todos los pa¨ªses, la simple existencia de la patria del socialismo constituy¨® un factor decisivo de movilizaci¨®n y tal expectativa se multiplic¨® a partir de 1945, en una siembra de para¨ªsos imaginarios, de la China de Mao a la Cuba de Fidel Castro.
Paralelamente, en un marco de libertades pol¨ªticas, la socialdemocracia contribuy¨® a transformar las condiciones de vida de las capas populares, hasta crear la figura del affluent worker, del trabajador opulento, ampliando el campo de la ciudadan¨ªa pol¨ªtica hasta la ciudadan¨ªa social. En los 70, despunt¨® la posibilidad de una v¨ªa democr¨¢tica al socialismo, con el refuerzo eurocomunista, justo cuando el cambio econ¨®mico, al tiempo que sum¨ªa en una crisis irreversible al socialismo real, socavaba los pilares de la socialdemocracia, desde entonces hasta hoy a la defensiva. Tras las grandes movilizaciones de 1968-69, la clase obrera desapareci¨® como protagonista de la historia. La consigna de Mayo, Ce n'est qu'un debut, continuons le combat! se desvaneci¨® para siempre.
Adem¨¢s el desplome del "socialismo real" revel¨® los horrores del sistema, observables desde Mosc¨² a Pek¨ªn y a Phnom Penh. Pero la izquierda de procedencia comunista evit¨® reconocerlo. Eximente: la globalizaci¨®n suger¨ªa m¨¢s que nunca la b¨²squeda de una alternativa, ahora ampliada por el tema crucial del calentamiento del planeta. Solo que la soluci¨®n no consist¨ªa en repintar las ideas que sustentaron reg¨ªmenes de dictadura y terror. Millones de v¨ªctimas del estalinismo son comparables a las del capitalismo, absuelven los turiferarios de Ch¨¢vez. Y para el caso a?aden la siniestra estupidez de que a m¨¢s poder personal corresponde "mayor empoderamiento (sic) del pueblo". Cuando con todas sus insuficiencias, "el voto es el instrumento m¨¢s eficaz y piadoso que han imaginado para su conducci¨®n los hombres" (Jos¨¦ Mart¨ª dixit).
El desprecio de la democracia viene siendo un rasgo distintivo del neosocialismo. Desaparecido el referente concreto del bloque sovi¨¦tico, queda el recurso a los rechazos primarios. Hasta Obama, el antiamericanismo fue de gran utilidad (otra cosa es la cr¨ªtica a las pol¨ªticas made in USA), y la globalizaci¨®n, sin m¨¢s matices, sirvi¨® de chivo expiatorio. Curiosamente con un tambi¨¦n constante olvido de la premisa fijada por Marx: el proyecto revolucionario ha de fundarse sobre un conocimiento cient¨ªfico de la realidad. De ah¨ª la nula contribuci¨®n de estos radicales al conocimiento de la din¨¢mica econ¨®mica que aboc¨® a esta crisis. Dibujar blanco contra negro no es analizar.
Olvidada la exigencia de Marx, hay que aferrarse a los s¨ªmbolos. Ejemplo: el culto del Che. O la defensa de un r¨¦gimen como el castrismo, que lleva medio siglo empobreciendo y sojuzgando a la isla. Con proclamarse antiimperialista todo est¨¢ resuelto. Las esperanzas se ponen en un "socialismo del siglo XXI" a la sombra del populismo autoritario de un demagogo. Partiendo de un peronismo falsamente bolivariano, reencontramos la f¨®rmula de Castro dirigida a eliminar escalonadamente la libertad pol¨ªtica y ensayar ocurrencias anticapitalistas cuya ineficacia cubrir¨¢n las exportaciones petroleras. Y como ¨²ltimo refuerzo ideol¨®gico, un c¨®ctel ca¨®tico de citas, legado del joven Fraga, ensalzando al Islam revolucionario y antiimperialista.
Opera una solidaridad selectiva. Al modo de Moratinos, palad¨ªn dem¨®crata para Honduras y abrazado luego al tirano Obiang, con movilizarse por Palestina, contra Israel, m¨¢s respaldar a Cuba y a Ch¨¢vez, se cubre la cuota de progresismo. Nada de cr¨ªticas a Rusia y China, tal vez por antiguos parentescos. Ante T¨ªbet y Xingiang, indiferencia generalizada, como ante las tragedias birmana e iran¨ª. Quebrada la utop¨ªa, la identidad izquierdista deviene as¨ª curiosamente pragm¨¢tica, trepadora incluso por lo que contemplo, al ce?ir su prop¨®sito a consolidar la propia autolegitimaci¨®n, eludiendo la compleja lucha contra las opresiones y por la democracia, cuya exigencia sigue viva. Lo recordaban en TVE-2 las reflexiones propalestinas de un veterano actor progresista sobre los "hermanos palestinos" y los "hermanos israel¨ªes", o las estrofas de We shall overcome entonadas en fars¨ª por Joan Baez para recordar que Ir¨¢n, como Suu Kyi, nos concierne a todos. ?se es el ¨¢spero camino de la izquierda democr¨¢tica, que aprendi¨® en el siglo pasado a detestar la dictadura.
Entretanto Oliver Stone celebra exultante a Ch¨¢vez. ?Hubiera podido criticarle? Va de dictador en dictador.
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