Las dos vidas del jardinero
Este inmigrante de Bangladesh recorri¨® cuatro pa¨ªses, escap¨® de un centro de internamiento y sobrevivi¨® en un monte de Ceuta antes de llegar a Madrid
En Dhaka, a 8.600 kil¨®metros de Madrid, Jahid (26 a?os) creci¨® planeando un futuro lejos de su pa¨ªs, Bangladesh. A los 22 a?os se subi¨® a un avi¨®n rumbo a Europa. O eso cre¨ªa. "Pagu¨¦ 10.000 euros. El compromiso era que me mandaran a Italia. Luego cambi¨® la ruta".
Jahid Uddin habla con calma para elegir bien las palabras en espa?ol. Cuenta su historia en su restaurante indio preferido de Lavapi¨¦s. Por el barrio camina saludando a compatriotas y conocidos. En el ¨²ltimo a?o se ha asentado, ha conseguido un contrato temporal de jardinero y, con ¨¦l, el ansiado permiso de trabajo. Pero su odisea empieza en 2005, en N¨ªger. ?sa fue la primera parada de un viaje que le iba a llevar durante tres a?os por cuatro pa¨ªses africanos, el desierto del S¨¢hara, un centro de internamiento de inmigrantes y un monte de Ceuta. En una hora resume tres a?os de miseria.
"Estuvimos encerrados en una casa de Marruecos durante un mes"
"Pasamos a Espa?a en una patera muy peque?a, tumbados unos sobre otros"
"El avi¨®n me dej¨®, con otros cuatro compa?eros, en N¨ªger, donde estuvimos un mes. De all¨ª viajamos a Mal¨ª en coche. Pasamos un control de fronteras, pero los militares no nos preguntaron, s¨®lo hablaron con la mafia". As¨ª se refiere Jahid a los traficantes que organizaban el trayecto. Despu¨¦s de tres meses en Mal¨ª lleg¨® el momento de cruzar a Argelia. "Fue un viaje muy duro por el desierto del S¨¢hara, donde estuvimos una semana de ruta. All¨ª no hay agua, ni casas, ni gente. S¨®lo arena. Ten¨ªa mucho miedo. Ellos saben d¨®nde est¨¢n los controles militares y por eso ten¨ªamos que andar por la noche".
Tras Argelia vino Marruecos. "El coche nos dej¨® cerca de la frontera y la tuvimos que pasar corriendo, por la noche. Llegamos a una casa y ¨¦se fue el ¨²ltimo d¨ªa que pude ver el cielo. Desde entonces estuvimos encerrados all¨ª un mes. No pod¨ªa ni hablar, porque si lo hac¨ªa me gritaban y, a veces, me pegaban...".
Tras varios intentos fallidos de entrar en territorio espa?ol y otros cinco meses recluidos, por fin una de las expediciones lleg¨® a buen puerto. "Pasamos con otras 12 personas en una patera muy peque?a, tumbados unos encima de otros. Llegamos a Ceuta y preguntamos por la polic¨ªa. Ellos nos dieron un permiso para entrar al CETI", concluye.
Pero el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) no era lo que imaginaban. Ellos, que ni siquiera sab¨ªan que Ceuta no estaba en la Pen¨ªnsula, se tuvieron que acostumbrar a vivir con el continuo temor a la deportaci¨®n. Durante dos a?os.
"Un d¨ªa fue gente de nuestra embajada para identificarnos. Todos los banglades¨ªes nos escondimos en el bosque", recuerda Jahid. Durante la segunda mitad de 2007 se convirtieron en 37 supervivientes en el monte de Ceuta, en el mismo lugar donde ahora acampan unos indios que siguieron su ejemplo cuando ellos se fueron. Dos cineastas de Madrid, Alberto Garc¨ªa Ortiz y Agatha Maciaszek, trabajan en un documental sobre las historias nacidas en aquel monte, que han bautizado Los Ulises (losulises-documental.blogspot.com).
A muchos kil¨®metros de all¨ª, en Lavapi¨¦s, E'ah¨ª, un compatriota, conoci¨® su historia y removi¨® cielo y tierra para que alguien ayudase a los banglades¨ªes. La red de Ferrocarril Clandestino, una plataforma de ayuda a inmigrantes del barrio, tom¨® las riendas. Despu¨¦s de varios viajes, recogidas de firmas, un encierro y varias reuniones con el Ministerio del Interior, lograron permisos para todos. "Se hab¨ªa tramitado su expulsi¨®n y repatriaci¨®n", explican desde el ministerio, "pero en ese momento, y por la situaci¨®n excepcional de su pa¨ªs
[donde hab¨ªa lluvias torrenciales e inundaciones], se les concedi¨® un permiso de residencia de un a?o por motivos humanitarios".
La mayor¨ªa recalaron en Lavapi¨¦s, donde vive m¨¢s del 70% de los 3.686 banglades¨ªes empadronados en Madrid en 2008. Una veintena de ellos aseguran haber renovado los papeles como Jahid. ?l vive ahora con uno de los compa?eros de Ceuta, otros dos paisanos, y E'ah¨ª, cuya pasi¨®n por ayudar a los suyos le ha llevado a crear la asociaci¨®n Valiente Bangla. Desde ella trabajan por solucionar sus problemas laborales y de todo tipo. Ahora se han embarcado en una nueva "lucha", palabra que E'ah¨ª repite casi en cada una de sus frases. "El 27 de abril entregamos 15.000 firmas al Ministerio del Interior para conseguir papeles para otros 63 banglades¨ªes que llevan tres a?os en el CETI de Melilla". Pero Interior afirma que se est¨¢n siguiendo los tr¨¢mites para devolverles al pa¨ªs del que huyeron.
Jahid no ha vuelto a ver a su familia desde que dej¨® su tierra. Les env¨ªa todo el dinero que puede para saldar los pr¨¦stamos que le hicieron para salir de Bangladesh. En el futuro le gustar¨ªa montar una tienda de material inform¨¢tico en Lavapi¨¦s. Qui¨¦n sabe. Tambi¨¦n so?¨® de ni?o con vivir en Europa.
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