C?MO SOBREVIVIR AL H1N1 ESTE INVIERNO
Vale, el H1N1 est¨¢ aqu¨ª para quedarse. Pero ?c¨®mo va a afectar a nuestras vidas? La respuesta corta es "como la gripe de todos los inviernos". Aunque no exactamente. El virus s¨®lo se conoce desde hace cinco meses, y eso hace que no se pueda afrontar con la seguridad de otras epidemias de gripe. Claro que eso no quita para que ya se sepa mucho sobre ¨¦l y su impacto -por lo menos a corto plazo; digamos durante el pr¨®ximo invierno-.
?S¨ªntomas. Aqu¨ª s¨ª puede aplicarse al pie de la letra lo de que ser¨¢ "como la gripe de cada invierno". Fiebre, malestar, dolor de cabeza y muscular... lo de siempre. Con alg¨²n matiz. Parece que este virus es, en general, m¨¢s leve, as¨ª que mucha gente lo pasar¨¢ sin enterarse. Otros se creer¨¢n que tienen una gripe m¨¢s. Y muchos tendr¨¢n una gripe normal y la confundir¨¢n con la (mal) llamada gripe "nueva" o "A".
?Tratamiento. Visto lo expuesto en el apartado anterior, en el fondo da igual cu¨¢l de los virus (se calcula que habr¨¢ por lo menos cuatro circulando) nos infecte. La mayor¨ªa de las veces los m¨¦dicos ni se molestar¨¢n en hacer un an¨¢lisis para determinar cu¨¢l es. Supone gastar en tiempo y dinero sin consecuencias pr¨¢cticas: la inmensa mayor¨ªa pasar¨¢ la gripe en casa, con un antit¨¦rmico y algo de reposo. El resto, si est¨¢ grave, recibir¨¢ un seguimiento hospitalario, que incluir¨¢ antivirales: oseltamivir (comercialmente, Tamiflu) o el otro de la misma familia que no es tan conocido, el relenza (Zanamivir). Como en todas las enfermedades v¨ªricas, no se recomienda usar antibi¨®ticos.
?Gravedad. De momento, el virus est¨¢ siendo menos grave que la gripe de cada invierno. En Espa?a, oficialmente (datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica) mueren cada a?o unas 60 personas directamente por gripe. Pero esta cifra es muy baja. S¨®lo recoge los casos en que el certificado m¨¦dico dice expresamente que la persona ha muerto de gripe. Por eso no incluye las entre 3.000 y 8.000 defunciones que est¨¢n relacionadas con la infecci¨®n. Aqu¨ª entran en juego los famosos grupos de riesgo. Simplificando, lo son todos los enfermos cr¨®nicos. En el caso de las personas con patolog¨ªas respiratorias, el porqu¨¦ es claro, porque la gripe afecta m¨¢s a esos ¨®rganos. En el resto (de diab¨¦ticos a obesos) es una pura prevenci¨®n: si ya de por s¨ª tienen un peor estado de salud, otra enfermedad a?adida nunca puede venir bien. Adem¨¢s, probablemente est¨¦n ya medicadas o inmunodeprimidas.
?Embarazadas. Las mujeres en estado no son enfermas, pero su situaci¨®n no es la habitual. Por un lado, su organismo ha tenido que adaptarse para acoger al embri¨®n que se est¨¢ desarrollando dentro de ellas. Esto implica desde procesos bioqu¨ªmicos (hay que evitar el rechazo ante un cuerpo extra?o) hasta f¨ªsicos (al hacer hueco al feto los ¨®rganos de la mujer, incluidos los pulmones, se desplazan y contraen). Por eso son m¨¢s vulnerables ante todas las gripes -tambi¨¦n a ¨¦sta-. Por otro lado, por cuestiones ¨¦ticas los tratamientos y las vacunas no se prueban en embarazadas. No es lo mismo que un adulto asuma que puede sufrir un efecto adverso, que pedirle que acepte que ¨¦ste perjudique a su futuro hijo. As¨ª que, en caso de duda, m¨¢s vale prevenir. Todo en medicina funciona en funci¨®n del equilibrio entre riesgos y beneficios. Durante las ¨²ltimas d¨¦cadas se ha visto que el riesgo de una gripe fuerte es peor para las embarazadas que el de su vacuna o tratamiento, y por eso se las incluye sistem¨¢ticamente en la poblaci¨®n que necesita una especial atenci¨®n.
?Centros escolares. Probablemente sean los lugares que van a estar m¨¢s vigilados estos meses. Como son un sitio de convivencia intensa, son un lugar donde los contagios son frecuentes. Pero no son los ¨²nicos sitios de estas caracter¨ªsticas. Un jard¨ªn, un parque, un centro comercial o la propia casa tambi¨¦n son lugares por los que pasa mucha gente. Por eso se dice que en caso de epidemia no son menos seguros que otros. Aqu¨ª tambi¨¦n vale lo que ser¨ªa apropiado para la gripe -o las paperas, la varicela, el sarampi¨®n, las otitis, las bronquitis o las diarreas v¨ªricas- de cualquier a?o: extremar la higiene y evitar el contacto con los enfermos. Pero sin exageraciones. Si no, los ni?os nunca podr¨ªan ir a clase: siempre habr¨¢ alg¨²n compa?ero que tenga algo. Hay excepciones, pero no son la gripe. Todos los a?os hay centros que se cierran unos d¨ªas si se detecta un brote de meningitis o de salmonela, por ejemplo. Las autoridades sanitarias y educativas ya saben c¨®mo tratarlos. Es lo mismo que va a pasar este invierno.
?Centros de trabajo. Se les puede aplicar casi al pie de la letra lo mismo que a los colegios. Lo mejor si se tiene una enfermedad contagiosa es no ir a trabajar para proteger a los compa?eros. Claro que eso muchas veces no se hace (ya se sabe que todos somos imprescindibles). Por eso las empresas deben prever c¨®mo cubrir las bajas. Eso no es nuevo. Pasa cada a?o.
?Vacunas. Espa?a es un pa¨ªs donde la gente no suele poner pegas a vacunarse. La tasa de inmunizaci¨®n ante la gripe com¨²n es de las m¨¢s altas de Europa entre los mayores (la poblaci¨®n de riesgo por excelencia, aunque no suceda as¨ª con la nueva gripe porque su sistema inmunitario guarda memoria de un virus similar al actual que circul¨® hace m¨¢s de 50 a?os). Todo hace prever que este a?o los porcentajes de vacunaci¨®n batir¨¢n r¨¦cords. Todo el mundo quiere inmunizarse. Eso cambia el panorama: ya no se trata de que las autoridades tengan que convencer a la gente para que se ponga la inyecci¨®n. Estamos ante el caso contrario: al principio por lo menos (hablamos de finales de octubre o primeros de noviembre) faltar¨¢n dosis. Por eso se han establecido grupos prioritarios. Dos de ellos ya se han comentado antes: embarazadas y personas con enfermedades cr¨®nicas. El tercero es de sentido com¨²n. Son los llamados servicios esenciales (personal sanitario, polic¨ªas, bomberos, miembros de Protecci¨®n Civil, militares). Ellos son los encargados de cuidar al resto, y por eso conviene que est¨¦n sanos. De hecho, estos tres grupos -m¨¢s los mayores- son los prioritarios ante cualquier epidemia de gripe. Otra vez puede decirse que "la gripe de este a?o va a ser como la de los dem¨¢s".
?Prevenci¨®n. Que no haya vacunas no quiere decir que no se pueda hacer algo para evitar coger y pegar la gripe. No estornudar o toser encima de los dem¨¢s, usar pa?uelos desechables y lavarse las manos despu¨¦s de hacerlo o si se va a tocar algo que otras personas vayan a usar despu¨¦s (desde picaportes al teclado de un ordenador). No podemos evitar respirar aire con virus de los dem¨¢s, pero s¨ª no dejarlos a su alcance y que luego, cuando el vecino se lleve las manos a la boca, la nariz o se frote los ojos, se infecte. Todo muy obvio. Pero efectivo.
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