La pista de Humphrey Slater
Se publican por primera vez en espa?ol las dos novelas del misterioso brigadista
La pista de Humphrey Slater se pierde en 1958 en Espa?a. Nunca se encontr¨® su cad¨¢ver, pero seg¨²n los archivos de los servicios secretos brit¨¢nicos, que desde los a?os treinta le segu¨ªan el rastro por comunista, hab¨ªa muerto en alg¨²n lugar del pa¨ªs en el que a?os antes hab¨ªa combatido como brigadista internacional. Ni un dato m¨¢s. Slater era un soldado, un autor de libros de estrategia militar y un novelista de ¨¦xito que acab¨® viviendo en la semiclandestinidad. Una de sus novelas, El conspirador (1948), fue llevada al cine con Elizabeth Taylor y Robert Taylor. Una historia autobiogr¨¢fica: un hombre que traiciona a su mujer por sus ideas. Poco antes hab¨ªa publicado Los herejes (1946), inspirada en su experiencia en la Guerra Civil y tambi¨¦n en su propia experiencia pol¨ªtica: de comunista a feroz antiestalinista. Cincuenta a?os despu¨¦s de su muerte Galaxia Gutenberg / C¨ªrculo de Lectores edita por vez primera en Espa?a estas dos novelas despu¨¦s de lo que su editor, Joan Riambau, define como "una apasionante investigaci¨®n".
Su rastro se perdi¨® tras pasar por Madrid (sol¨ªa alojarse en el Palace) y Barcelona
"Cuando editamos La mentalidad sovi¨¦tica, de Isaiah Berl¨ªn, nos llam¨® la atenci¨®n una frase en la que citaba a Slater junto a Arthur Koestler y Victor Serge como los tres escritores que mejor hab¨ªan comprendido el verdadero rostro del comunismo", explica Riambau. "Empezamos entonces a buscar sus libros, pero no encontramos nada. Ni en Francia, ni en Inglaterra. Al final, en unas librer¨ªas de viejo de Nueva Zelanda y B¨¦lgica dimos con ellos y empezamos a tirar del hilo de este personaje fascinante".
Nacido en Inglaterra en 1906, Slater pas¨® su infancia en Sur¨¢frica. Ya adolescente regresa a Inglaterra, donde ingresa en una escuela de arte para convertirse en pintor. Son los ¨²ltimos a?os de la d¨¦cada de los a?os veinte y Slater toma dos decisiones que cambiar¨¢n su vida: se casa y se afilia al Partido Comunista brit¨¢nico. La activa militancia de los a?os siguientes se alterna con el nacimiento de sus dos hijos. Aprende ruso, franc¨¦s y alem¨¢n y viaja regularmente a Par¨ªs, Mosc¨² y Berl¨ªn, interviene en m¨ªtines, escribe art¨ªculos y hasta destruye una figura de Hitler en el museo de cera Madame Tussauds de Londres. Es entonces cuando los servicios secretos brit¨¢nicos comienzan a seguirle los pasos ("existe una documentaci¨®n exhaustiva, de m¨¢s de 500 p¨¢ginas en los archivos desclasificados", apunta Riambau) y es tambi¨¦n entonces cuando su mujer se harta de las exigencias del partido. O ella o el comunismo. Se divorcian.
Humphrey Slater lleg¨® a Espa?a por primera vez en septiembre de 1936 como periodista. Meses despu¨¦s regresaba, pero como miembro del batall¨®n pol¨ªtico de Inglaterra de las Brigadas Internacionales. Es en Espa?a donde empiezan sus problemas ideol¨®gicos. Tras la II Guerra Mundial funda con George Orwell Polemics, una revista de la que s¨®lo se publicaron siete n¨²meros y que se defin¨ªa as¨ª misma como "favorable a la ciencia, hostil a las manifestaciones intelectuales del romanticismo y marcadamente anticomunista".
Le expulsan del partido y publica su primera novela, Los herejes. "Slater es uno m¨¢s de esos escritores comunistas ingleses que tras su paso por Espa?a se hace ferozmente antiestalinista, como Auden o como Steven Spender, y que luego adem¨¢s, como Orwell, tendr¨¢ un papel importante en la guerra fr¨ªa", se?ala Niall Binns, autor del libro La llamada de Espa?a. Escritores extranjeros en la Guerra Civil. "Los herejes", contin¨²a, "es una novela interesante, con una estructura curiosa: de la Edad Media en el sur de Francia a la Guerra Civil". Una novela sobre los fanatismos engendrados por el pensamiento ut¨®pico, "y, sobre todo, la novela de alguien que ha vivido muy intensamente la Guerra Civil", a?ade Binns.
El recuerdo de Espa?a no se borr¨® y el escritor volvi¨® al pa¨ªs en el que hab¨ªa despertado su conciencia. Quer¨ªa escribir sus memorias. Pero no lleg¨® a hacerlo. Su rastro desapareci¨® despu¨¦s de pasar por Madrid (sol¨ªa alojarse en el Palace) y Barcelona. Los herejes y El conspirador recuperan ahora su misteriosa huella.
Babelia
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