La voz del ¨¢ngel desdentado
Llega a Espa?a el m¨ªtico filme de Bruce Weber sobre Chet Baker
No era f¨¢cil seguir los pasos por el mundo de Chet Baker, aunque lo realmente dif¨ªcil era no querer estar a su lado. Trompetista desdentado con voz de ¨¢ngel, yonqui errante amante de los coches caros y las mujeres bellas, Chet Baker era un mito escurridizo. Le persegu¨ªan demasiadas leyendas, algunas gloriosas, otras innombrables. A mediados de los a?os ochenta Bruce Weber -ya entonces convertido en uno de los mejores fot¨®grafos de moda del mundo- fue a retratarle para incluir al m¨²sico en una exposici¨®n que preparaba para el Whitney Museum. Aquella sesi¨®n se convirti¨® en un viaje de m¨¢s de dos a?os y en una pel¨ªcula, Let?s get lost. Uno de los documentales m¨¢s hermosos de los que hay noticia, un genial retrato en blanco y negro nacido de la fascinaci¨®n por un hombre con el que era demasiado f¨¢cil perderse.
"No s¨¦ lo que es la belleza; s¨¦ lo que es el respeto", dice el fot¨®grafo y cineasta
Weber presentar¨¢ ma?ana en La Casa Encendida de Madrid aquella pel¨ªcula, que se estrena por primera vez, 22 a?os despu¨¦s, en salas comerciales espa?olas el viernes. Adem¨¢s, un ciclo recuperar¨¢ su singular filmograf¨ªa. "Es inevitable, mis pel¨ªculas nacen de la fotograf¨ªa, es una limitaci¨®n pero tambi¨¦n me permite una libertad extra?a. No me atengo a las reglas del cine, en realidad no hay reglas, no son canciones pop o de rock&roll con principio y fin. Son como el jazz, nunca sabes a donde te va a llevar", explica el fot¨®grafo desde su casa de Nueva York.
Let?s get lost es en realidad el segundo filme de una trilog¨ªa que empez¨® con Broken noses y que se cerrar¨¢ con el documental que sobre Robert Mitchum mantiene in¨¦dito. "Va de tipos duros, sobre hombres como aquellos que conoc¨ª de ni?o en la granja donde me cri¨¦. Llevamos a?os con la pel¨ªcula de Bob [Mitchum] pero nos ocurre lo mismo que con la de Chet. A nadie le interesa. Demasiado dinero para ?un musical de Robert Mitchum!".
Weber recuerda que el actor acept¨® hacer la pel¨ªcula despu¨¦s de ver Let's get lost y despu¨¦s de varios a?os de rondar Weber por su puerta. "Era un tipo duro de verdad, y un terrible pesimista, siempre de mal humor, ten¨ªa una voz maravillosa pero ¨¦l se enfadaba si se lo dec¨ªas. Me recordaba tanto a aquellos hombre mayores de mi familia. No hab¨ªa ninguna mujer que despu¨¦s de conocerle no quisiera saber m¨¢s de ¨¦l al d¨ªa siguiente. Le gustaban las mujeres y los dulces, y yo sol¨ªa pasarme por su casa de Santa B¨¢rbara a saludarle con una tarta y acompa?ado de Christy Turlington, o de otras modelos... ?Y claro, as¨ª me fue tomando simpat¨ªa!"
Let?s get lost se termin¨® en 1987, unos meses despu¨¦s de que la vida de Chet Baker se precipitara desde una ventana de un hotel de ?msterdam. "Est¨¢bamos en la sala de montaje cuando nos lleg¨® la noticia. Durante varios d¨ªas no pudimos volver al estudio. Luego seguimos, sin hablar, sin comentar lo ocurrido, pensando en la belleza que Chet nos hab¨ªa regalado. No ten¨ªamos idea de si lo que hab¨ªamos hecho era bueno, malo o regular, nadie apostaba un duro por nosotros. Pero seguimos adelante".
Para Weber la enorme capacidad de seducci¨®n de Chet Baker nac¨ªa de su "inocencia". "No pod¨ªas dejarle pasar, quer¨ªas vivir a su lado". La extra?a inocencia de un hombre que asegura que el d¨ªa m¨¢s feliz de su vida fue cuando se compr¨® su Alfa Romeo S.S y que el peor fue aqu¨¦l en el que perdi¨® a golpes todos los dientes. "De todas sus historias, falsas o reales, la de su dentadura siempre fue la m¨¢s terrible e inc¨®moda". Le arrancaron una a una las piezas de su boca en un ajuste de cuentas del que nunca cont¨® toda la verdad. Durante seis meses Baker fue incapaz de coger la trompeta y aquel incidente abri¨® la mayor grieta en su carrera musical. Tres a?os en la cuneta, hasta que Dizzie Gillispie volvi¨® a llamarle para que actuara en Nueva York.
El Chet Baker de Let's get lost ya no es el joven James Dean del jazz de las fotograf¨ªas de William Claxton pero en toda la pel¨ªcula no hay un asomo de sordidez. "Suelen preguntarme donde est¨¢ la belleza y yo nunca s¨¦ muy bien qu¨¦ responder. Yo siempre veo belleza a mi alrededor, quiz¨¢ ese es mi don. Hace a?os Larry Clark, el director de la maravillosa Kids, me dijo algo que nunca he olvidado, que ¨¦l nunca se permit¨ªa re¨ªrse de nadie. Me gust¨® esa idea y desde entonces la hice m¨ªa. No s¨¦ qu¨¦ es la belleza, s¨¦ qu¨¦ es el respeto".
Babelia
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