Caldo de navizas made in Brasil
Ferrol ense?a los secretos de la cocina gallega tradicional a los inmigrantes
En la cocina, tres horas dan para mucho. Empanada de at¨²n, un caldo de navizas y unas torrijas con canela. Con este men¨² cien por cien gallego y un chaparr¨®n que no dio tregua, se estrenaba ayer el primer curso de cocina tradicional para inmigrantes que promueven el ayuntamiento de Ferrol y Adra, una entidad de car¨¢cter humanitario vinculada a la iglesia adventista.
El objetivo del curso es triple, explica la edil de Servicios de Ferrol, la socialista Mar¨ªa L¨®pez. Busca la integraci¨®n social de los inmigrantes a trav¨¦s de la gastronom¨ªa, ofrecerles una formaci¨®n culinaria que les abra puertas en el mercado laboral y a la vez, educarlos en unos h¨¢bitos de vida m¨¢s saludables.
Mar¨ªa Mella, la cocinera, estira la masa de la empanada mientras explica a sus once alumnas, todas mujeres, un truco para averiguar cu¨¢ndo est¨¢ en su punto despu¨¦s de levedar. La tira contra la mesa y la despega con suavidad. "No falla", asegura.
El curso busca corregir h¨¢bitos malsanos y mejorar la calidad de vida
"Les d¨¢bamos leche y harina, pero no sab¨ªan hacer croquetas"
Como si de un canal de cocina se tratase, Mar¨ªa y su equipo de ayudantes y dietistas se revuelven entre fogones detr¨¢s de una mesa enorme adornada con navizas y tocino. Sentadas, once alumnas suramericanas toman notas y preguntan continuamente por las caracter¨ªsticas de los ingredientes y otras formas de cortar y cocer.
El curso, que financia el Instituto Galego de Consumo (IGC) con 1.600 euros, se impartir¨¢ semanalmente durante dos meses en los locales de Adra, junto a la Iglesia Adventista del S¨¦ptimo D¨ªa. "Lo religioso no tiene que ver con lo humanitario", aclara la coordinadora del curso, ?ngela Sixto. "Somos una entidad independiente con nuestro propio estatuto y nuestras cuentas bancarias. Hacemos un trabajo humano y social".
Lamenta que ninguno de los cinco hombres inscritos se presentaran ayer a la primera clase. "Ser¨¢ la lluvia", dice resignada. Son 24 alumnos para 30 plazas y proceden de pa¨ªses tan dispares como Polonia, Mauritania, Italia, Marruecos, Ecuador y Chile, con mayor¨ªa de Brasil y Colombia. La m¨¢s peque?a, Amaia, tiene nueve a?os y naci¨® en Euskadi y se agarra al brazo de su madre, que se deshace en elogios con la gastronom¨ªa gallega. "Mi ni?o mayor hace atletismo y quiero aprender a alimentarlos correctamente" explica.
La idea surgi¨® de la necesidad de ofrecer soluciones culinarias a las familias extranjeras con escasos recursos. "Les d¨¢bamos leche y harina, pero no sab¨ªan hacer croquetas", explican desde la directiva de Adra en Ferrol. Detectaron que muchos ni conoc¨ªan productos t¨ªpicos como la berza ni sab¨ªan hacer recetas sencillas y econ¨®micas. Asegura Sixto que, en general, arrastran unos h¨¢bitos alimenticios p¨¦simos heredados del fast food americano. Pone de ejemplo a una familia polaca con cinco ni?os que desayuna salchichas, come carne y cena galletas a diario.
M¨¢s que un curso de cocina, esta actividad quiere corregir h¨¢bitos malsanos para mejorar la calidad de vida, ayudando a prevenir enfermedades como la osteoporosis, la hipertensi¨®n o la diabetes. "La alimentaci¨®n es educable", asegura Esperanza Garc¨ªa, la dietista. Les habla de los beneficios de la soja y las ortigas en la mesa para equilibrar el sistema hormonal de las mujeres y apuesta por la "cocina natural" desde el ingenio casero.
Lea lleg¨® de Brasil hace 8 a?os y trabaja en un restaurante ferrolano. Cuenta que todav¨ªa le quedan muchas recetas por aprender y bromea diciendo que otras tantas ya las ha probado. "Cuando llegu¨¦ era un palillo, aqu¨ª no se para de comer", r¨ªe. Aunque la clase es te¨®rica, todos prestan atenci¨®n a la parte pr¨¢ctica de degustaci¨®n.
Este curso se enmarca dentro de otra propuesta impulsada por el gobierno ferrolano para promocionar el mercado tradicional y la cocina sana y sabrosa a base de productos frescos, autoct¨®nos y de temporada. As¨ª, explica la edil ferrolana, el consumidor gana en calidad, el vendedor suma clientela y el productor no ve encarecida la mercanc¨ªa. Adem¨¢s, y de forma peri¨®dica, se organizan jornadas gastron¨®micas tem¨¢ticas que van desde la sardina al mejill¨®n, que se regalan a los clientes. "Para las pr¨®ximas ya pensamos en los callos, los pinchos y las casta?as", avanza L¨®pez.
En uno de los puestos del mercado central de A Magdalena, el ayuntamiento ha instalado una moderna cocina que sirve como taller de men¨²s saludables. El encargado de estrenarla fue el alcalde de Ferrol, Vicente Irisarri, que hace unos d¨ªas se calz¨® el mandil para elaborar un pastel¨®n de puerros y queso de su recetario privado. La intenci¨®n del gobierno local es que personajes populares den ejemplo mostrando a los vecinos el placer de cocinar y comer sano por poco dinero. Todas las recetas se recopilar¨¢n en un libro que se repartir¨¢ entre los aprendices de cocinero y los vecinos de la ciudad.
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