Autorretrato

Memorias. Es lamentable el suicidio de este escritor tan peculiar tras cuyos escritos se deja entrever una persona amable, independiente, solitaria y bastante insobornable. ?douard Lev¨¦ dej¨® tras ¨¦l tres libros de fotograf¨ªa y una obra narrativa que se reduce a cuatro libros breves: Obras, Diario, Autorretrato y Suicidio. En espera de que aparezca la versi¨®n espa?ola de Suicidio, que promete ser el mejor libro de Lev¨¦, podemos disponer en este momento de su Autorretrato: libro de dif¨ªcil clasificaci¨®n y tambi¨¦n libro magn¨ªfico en el que Lev¨¦ hace un dibujo de s¨ª mismo empalmando p¨¢rrafos que le representan (que le retratan), siguiendo el hilo de la memoria involuntaria. Hijo de la estela que est¨¢ dejando por el ancho mundo el procedimiento I remember de Joe Brainard y que Lev¨¦ descubri¨® probablemente gracias a Perec y a su Je me souviens, ser¨ªa sin embargo un error pensar que Autorretrato es solamente una cadena de recuerdos: hay recuerdos, s¨ª, pero tambi¨¦n hay pensamientos, juicios de valor, esperanzas, miedos, presentimientos, acusaciones, revelaciones, estados de ¨¢nimo, dudas, estremecimientos, y sobre todo hay una forma de mirar que abomina del lirismo innecesario y que aspira a hacer un retrato equilibrado de la realidad (ni idealizando nada ni afeando nada). El resultado es vivificante e innovador y al acabar el libro uno tiene la impresi¨®n de haber accedido a una instant¨¢nea poli¨¦drica de Lev¨¦, a una fotograf¨ªa que estuviese proyect¨¢ndose en una pantalla llena de profundidad: algo parecido a un retrato concebido desde el abismo del yo.