Ronaldo enmascara una goleada sin f¨²tbol
Dos goles del portugu¨¦s propician la avalancha final de un Madrid sin juego trenzado frente a un Xerez tan meritorio como angelical - Pese a tanta estrella, la baja de Xabi Alonso evoca al equipo del ¨²ltimo curso
A falta de juego, el Madrid tiene tal grupo de tenores que es capaz de maquillar con una goleada una tarde plomiza. En esta Liga tan clasista, las diferencias jer¨¢rquicas son tales que de nada le sirve a equipos como el Xerez un notable ejercicio de supervivencia. El angelical equipo de Ziganda se dio un masaje de autoestima durante 75 minutos. Le discuti¨® con empe?o a su her¨¢ldico adversario el gobierno del juego, la posesi¨®n, los remates, los c¨®rneres. Sin embargo, el peor Madrid del inicio del curso le atropell¨® en el tramo final, cuando los andaluces se creyeron en disposici¨®n de negociar el resultado. Para entonces, Pellegrini, el t¨¦cnico local, ya hab¨ªa amueblado el equipo con Granero y Guti, dos centrocampistas que cambiaron la arquitectura del equipo, hasta ese momento, a pies de Gago, sin geometr¨ªa alguna. La baja de Xabi Alonso desordena al Madrid, que se entrega a los solistas sin concierto. Alrededor del pivote donostiarra, el equipo encuentra un orden natural que no adivina con el argentino, cuyo juego desnortado deja al Madrid sin otra br¨²jula que la de sus estrellas, que se buscan la vida de forma nada gremial. A estas alturas de la temporada y ante contrarios como el Xerez, no hay penitencia; pero llegar¨¢n retos de altura.
Sin Alonso, el equipo juega dos partidos: uno junto a Casillas y otro ante el meta rival
La entrada final de Granero y Guti equilibr¨® al Madrid y el Xerez se rindi¨®
CR y Kak¨¢ volaron por libre y la actuaci¨®n de Benzema result¨® deprimente
La grandeza del Madrid, y m¨¢s de este Madrid que pretende ser un incunable, impide juzgar al equipo desde lo evidente: la segunda goleada de la semana y el liderato en la Liga. De la contundencia de semejante batall¨®n no hab¨ªa duda alguna. ?Estar¨ªa bueno! Pero de una pasarela semejante se espera algo m¨¢s que 75 minutos de birria ante un rival con aire de cenicienta que se asoma a la ¨¦lite por primera vez en su historia. Un adversario que a¨²n gestionaba el intercambio final de camisetas cuando se top¨® con un gol de Cristiano Ronaldo a los 40 segundos. El pase¨ªllo al portugu¨¦s, que resolvi¨® el mal posicionamiento de la defensa andaluza con un trallazo al hueco que defend¨ªa Renan, pronosticaba una tarde de serpentinas. No fue as¨ª. El Xerez aterriz¨® poco a poco mientras que en el cuadro local unos cuantos desplegaron el abanico. Distensionado por completo, el Madrid pas¨® el rato a la espera de otro brochazo de CR, de una partitura de Kak¨¢, de un emboque de Ra¨²l o de alguna huella de Benzema. Nada de nada. La dimisi¨®n del ariete franc¨¦s result¨® escandalosa. Nadie le vio ni ¨¦l se cit¨® con nadie. Por mucho que cerrara la goleada, su tr¨¢nsito por el encuentro fue deprimente. Como el de Gago, cuyas intervenciones s¨®lo contribuyeron a multiplicar la a?oranza por Xabi Alonso. Con ¨¦ste, el equipo encuentra a los violinistas de forma natural; sin ¨¦l, todos vuelan por libre. En d¨ªas como ayer, el Madrid juega dos partidos: uno delante de Casillas y otro frente al portero rival de turno. No hay gui?os colectivos, el equipo se atasca por el embudo. Con Ra¨²l y Benzema en la periferia del gol, Cristiano y Kak¨¢ siempre miran al frente. Alonso les da frenada y los laterales al menos tienen tiempo de llegar al auxilio y ensanchar el campo en ataque. Sin el donostiarra, no hay otro dictado que el individualismo y una ret¨®rica excesiva. Tampoco el Madrid respira mejor en defensa. A espaldas de Lass y Gago, Viqueira tom¨® el mando. Y no es precisamente un jugador de trazo largo y condiciones atl¨¦ticas. Un remate suyo a la escuadra derecha de Casillas alert¨® al Xerez de que no hab¨ªa coco enfrente. A la muchachada del Cuco Ziganda le falt¨® justo lo que le sobra por los cuatro costados al Madrid: pegada. Su valiente ejercicio final, con un retoque ofensivo tras otro en la alineaci¨®n fue casi conmovedor. Y tambi¨¦n su cruz.
No ser¨¢ la ¨²ltima vez que Pellegrini se vea obligado a prescindir de uno de sus cuatro ap¨®stoles ofensivos en favor de un tercer o cuarto centrocampista. Pese a la fascinaci¨®n que provoca el repaso a su alineaci¨®n titular, el equipo se ancla mejor, por mucho que ello disguste en el palco. Granero y Guti, relevos de Ra¨²l y Kak¨¢, acabaron con el debate sobre la posesi¨®n, inopinadamente equilibrada hasta ese instante. Un cabezazo de Cristiano tras un c¨®rner lanzado por Granero desfond¨® por completo al Xerez, que a¨²n so?aba con una gesta himalayesca cuando faltaba s¨®lo un cuarto de hora. Con el segundo gol de CR y con la pelota cosida por Guti y Granero, el Madrid sac¨® el mazo sin remedio y termin¨® de forma huracanada. Una estruendosa forma de enmascarar el bodrio anterior.
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