Las Term¨®pilas y el 11-M
El dramatismo es un cl¨¢sico recurso de los abogados. Recuerdo uno que comparaba el que no le pagaran todos los honorarios que ¨¦l consideraba justos por una causa del turno de oficio a que obligaran a un cirujano a operar con una cuchara en una intervenci¨®n a coraz¨®n abierto.
Ahora, Juan Carlos Rodr¨ªguez Segura, al que el juez y el sentido com¨²n han tirado abajo su intento de resucitar la teor¨ªa de la conspiraci¨®n en el segundo sumario del 11-M, ha llegado a decir, como un mago de la hip¨¦rbole, que no se rendir¨¢ y luchar¨¢ hasta morir, como Le¨®nidas y los 300 en el paso de las Term¨®pilas, recurriendo a peritos extranjeros, informes, estudios... ?como si no se hubiese investigado hasta la extenuaci¨®n!
La 'acorazada conspiranoica' de los atentados cabalga de nuevo
Durante el juicio por los atentados de los trenes de cercan¨ªas de Madrid, este letrado reconoci¨® que no hab¨ªa ninguna prueba de la participaci¨®n de ETA, pero, a pesar de todo, en un acto de fe, dijo: "No les vamos a indultar. Creemos que [ETA] est¨¢ ah¨ª y punto". Majestuosa afirmaci¨®n de gran solidez y rigor. Y, acto seguido, el abogado retir¨® la acusaci¨®n contra uno de los principales implicados, Jamal Zougam, que luego ser¨ªa condenado a 42.922 a?os de prisi¨®n como autor material de la matanza.
No deja de ser curioso que, pese a su aparente discrepancia con la condena de los yihadistas, este campe¨®n de la coherencia no recurriera la sentencia salvo para pedir mayores indemnizaciones para sus clientes.
El caso es que las pruebas periciales y las sentencias de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo establecieron que todo el explosivo intacto recogido en los escenarios del 11-M -mochila de Vallecas, Renault Kangoo, casa de Morata de Taju?a, piso de Legan¨¦s, artefacto del AVE en Mocej¨®n- era dinamita Goma 2 Eco, procedente de Mina Conchita; que lo que estall¨® en los trenes era dinamita, aunque no se le puede poner nombre comercial, y que en 22 de los 23 focos de las explosiones de los trenes se encontr¨® ftalato de dibutilo, un componente exclusivo de la Goma 2 Eco.
Sin embargo, Juan Carlos Rodr¨ªguez Segura y otro pertinaz te¨®rico de la conspiraci¨®n, Jos¨¦ Mar¨ªa de Pablo -el primero que quiso colar en el juicio que en un piso de los yihadistas se hab¨ªa encontrado un temporizador de ETA, en lugar de un programador de lavadoras, por lo que fue reprendido por el tribunal-, han pretendido la reapertura del sumario pidiendo de nuevo pruebas periciales de explosivos.
Y el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco les ha dicho que no, que ya se practicaron esas pruebas, nada menos que con ocho peritos, aunque el resultado no les gustase.
"No se puede practicar cualquier prueba en cualquier orden y en cualquier momento, ni se puede practicar siempre la misma prueba hasta llegar, m¨¢s que al resultado de la justicia material, a que por fin satisfagan los intereses de alguna de las partes personadas", ha dicho el magistrado. Y Rodr¨ªguez Segura, carente de argumentos, ha apelado al esp¨ªritu de los espartanos y a las Term¨®pilas. Un crack.
Paralelamente, su colega De Pablo, lejos de perseguir a los terroristas, se ha enfrascado en un proceso en el que busca la prisi¨®n para dos polic¨ªas de los Tedax que ayudaron a solucionar el caso del 11-M.
Les acusa de ocultar pruebas, de no querer investigar los atentados y de falso testimonio. Una locura. Porque, no s¨¦ si lo saben, pero las investigaciones sobre los detonadores, realizadas en las primeras horas tras los atentados por el equipo de desactivaci¨®n de explosivos (Tedax) y de su entonces jefe, Juan Jes¨²s S¨¢nchez Manzano -nombrado en 2002 por el PP-, as¨ª como de Ana, la jefa de laboratorio, llevaron a Asturias y a Mina Conchita, de donde proced¨ªan tanto los detonadores como la dinamita que estall¨® el 11-M.
La acorazada conspiranoica cabalga de nuevo. Nos har¨ªan un favor si se querellasen contra ellos mismos por fraude procesal pero, conociendo su sentido dram¨¢tico, igual les daba por viajar al desfiladero de las Term¨®pilas para inmolarse a lo bonzo.
?Cu¨¢ndo se dar¨¢n cuenta de que la justicia que nunca tiene fin no es justicia?
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