Derechos perdidos y promesas incumplidas
Los ciudadanos gallegos recordamos los compromisos electorales de quien hoy preside la Xunta. Aumentar servicios e inversi¨®n a la vez que rebajar impuestos para que gallegos y gallegas mantuvi¨¦semos, en tiempos de crisis, mayor capacidad de gasto. Sin embargo, el cuento de la lechera termin¨® tras el ¨¦xito electoral. El presidente Feij¨®o, disminuy¨® la capacidad econ¨®mica de las familias al eliminar la gratuidad de los libros de texto, paraliz¨® la inversi¨®n p¨²blica y acaba de anunciar un dr¨¢stico recorte en el presupuesto de 2010. No obstante, a pesar de la ca¨ªda de los ingresos fiscales, Feij¨®o dio luz verde a una modificaci¨®n fiscal que resulta escasa, inoportuna y regresiva. As¨ª remiti¨® al Parlamento el anteproyecto de rebaja de los Impuesto de Transmisiones Patrimoniales Onerosas y de Actos Jur¨ªdicos Documentados para menores de 36 a?os y familias numerosas que adquieran su vivienda habitual.
La Xunta otorga rebajas fiscales al margen de la renta pero desmantela la gratuidad total de los libros
Esta reforma fiscal supone, en la compra de una vivienda nueva de 180.000 euros, un ahorro respecto a la situaci¨®n actual de 810 euros o 1.260 euros, seg¨²n se trate del acceso a la primera vivienda o que la compra se realice disponiendo de antemano de una residencia en propiedad. Esta propuesta es, por tanto, regresiva al beneficiar un 55% m¨¢s a quien ya es propietario que a quien compra su primera vivienda, y exigua si la comparamos con las ayudas de m¨¢s de 2.000 euros a la compra de veh¨ªculos. Tambi¨¦n es inoportuna ya que estimula en menor medida la salida al mercado de vivienda nueva que la adquisici¨®n de vivienda usada que presenta, con esta reforma, un ahorro fiscal de 5.400 euros.
Este beneficio fiscal es independiente de la renta y aumenta en funci¨®n del precio de la vivienda, por lo que pueden resultar beneficiadas familias con ingresos muy superiores a las que hoy se ven obligadas a comprar los libros de sus hijos. Resulta, cuando menos chocante, que familias no tengan derecho a libros gratis por superar los 600 euros mensuales por progenitor, mientras se puede obtener un ahorro fiscal para compra de vivienda usada que puede superar los 5.400 euros independientemente del nivel de ingresos. El resultado de esta reforma fiscal regresiva es una reducci¨®n de ingresos anual de 7 millones de euros que, seg¨²n las estimaciones de la propia Xunta, beneficiar¨¢n a menos de 7.000 familias. Muy lejos del contrato electoral del presidente que compromet¨ªa rebajas fiscales inmediatas de m¨¢s de 100 millones de euros y para m¨¢s de 600.000 beneficiarios directos.
Esta medida pone de manifiesto la doble moral de la Xunta, dispuesta a otorgar rebajas fiscales con independencia del nivel de ingresos, al mismo tiempo que desmantela la gratuidad universal de los libros bajo pretexto de concentrar los recursos p¨²blicos en quien m¨¢s lo necesita. Sin embargo, adem¨¢s de eliminar derechos, la nueva pol¨ªtica educativa demuestra la falsa austeridad del Gobierno y el abandono de las familias ante la crisis. As¨ª, mientras el modelo de gratuidad universal consolida el derecho a la educaci¨®n, fomenta el respeto y cuidado de los bienes p¨²blicos y deja m¨¢s recursos en manos de las familias, el modelo de beneficencia de Feij¨®o es un 25% m¨¢s caro para la Xunta, impone un nuevo impuesto al condenar al 75% de las familias a pagar los libros y, obviamente, no mejora el rendimiento acad¨¦mico.
Ante el escenario de dr¨¢stico recorte presupuestario, es imprescindible garantizar servicios p¨²blicos de calidad, mantener la inversi¨®n productiva y paliar las dificultades por las que atraviesan familias y empresas. El Gobierno debe ayudar a todas las familias de rentas medias y bajas a acceder a una vivienda mejorando la oferta de vivienda protegida, facilitando el acceso y el pago de los pr¨¦stamos hipotecarios o apoyando al alquiler. El presidente Feij¨®o deber¨ªa olvidar la demagogia, reformular esta reforma e implantar de nuevo la gratuidad de los libros de texto de la que se beneficiaban todas las familias de los m¨¢s de 220.000 alumnos gallegos.
La sociedad gallega necesita que la Xunta asuma su responsabilidad de gobierno, rectifique la par¨¢lisis en la que vive instalada y no destruya el pilar de nuestro progreso futuro, la educaci¨®n. El Gobierno gallego debe cambiar de actitud y, por el bien de Galicia, dejar de mirar a la galer¨ªa y empezar a trabajar para la mayor¨ªa.
Mar¨ªa Jos¨¦ Caride es portavoz de Econom¨ªa del PSdeG en el Parlamento
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