"Dije no a Dior para trabajar en Espa?a"
Elio Berhanyer recibe un emotivo homenaje por su 80 cumplea?os y 25 en Cibeles
Ante la mirada atenta de Esperanza Aguirre y Pitita Ridruejo, Elio Berhanyer (C¨®rdoba, 1929) celebr¨® una doble efem¨¦ride (su 80 cumplea?os y 25 de Cibeles) devolviendo a la pasarela a todas sus musas: Judit Masc¨®, Nieves ?lvarez, Helena Barquilla, Tammy, Esmeralda Mart¨ªn, Irene de la Iglesia, Natalia L¨®pez, M¨®nica Boada y Regina Tarnow. Un emotivo homenaje al m¨ªtico dise?ador (y a la propia pasarela) que termin¨® en ovaci¨®n cerrada. Para Berhanyer, Medalla de Oro de las Bellas Artes y el dise?ador m¨¢s longevo en activo, el de ayer no era un desfile m¨¢s.
Con 27 a?os pas¨® de ser un sastre autodidacta a la alta costura. "Hab¨ªa dise?ado el vestuario de bastantes obras de teatro, cuando la directora de la peluquer¨ªa Elisabeth Arden me pidi¨® que hiciera tres vestidos para pasarlos mientras las se?oras se peinaban. La hermana de Arden, que iba a controlar el negocio, los vio y se enamor¨®. ?Me pag¨® 50.000 pesetas por cada uno! y me pidi¨® que creara una colecci¨®n para la boutique de Nueva York".
A Berhanyer, honoris causa por la Universidad de Harvard, le ofrecieron ser el dise?ador de Dior y, aunque parezca mentira, lo rechaz¨®. "Me llamaron cuando Yves Saint-Laurent dijo que lo dejaba. Pero, al rev¨¦s que hoy, cuando un dise?ador trabajaba para una gran casa no se le conoc¨ªa, y pens¨¦: 'Ahora que empiezo a tener fama, ?voy a dise?ar para otro y que mi trabajo salga bajo el nombre de Dior?'. Tambi¨¦n lo rechac¨¦ porque pens¨¦ que Espa?a, con Balenciaga y Pertegaz, iba a ser el tercer pa¨ªs m¨¢s importante en el mundo de la moda despu¨¦s Francia e Italia".
No fue as¨ª. Cuenta que, en 1974, los impuestos obligaron a cerrar el taller de alta costura a Pertegaz, Pedro Rodr¨ªguez y Balenciaga. "Fui el ¨²nico que segu¨ª y me pas¨¦ al pr¨ºt ¨¤ porter. Si no nos hubiesen apretado fiscalmente, seguir¨ªamos y qui¨¦n sabe d¨®nde estar¨ªamos. Pero, el Gobierno nunca ha entendido cosas como que la segunda fuente de ingresos de Italia es la moda".
Vestido con su inseparable bata blanca, recuerda la forma peculiar en que conoci¨® a Balenciaga. "Vio una chaqueta que hice para una clienta suya y quiso conocerme esa misma tarde. Yo estaba en el cine, y mand¨® a buscarme por todos los de Madrid hasta que dio conmigo".
Siguiendo con los recuerdos (y con otro cigarro: "esto me va a matar") habla de la reina Sof¨ªa a quien visti¨® durante 12 a?os. "No era muy dura. Una vez vino a probarse a casa y el ni?o se col¨® en el taller. Una costurera lo vio y no se le ocurri¨® otra cosa que llev¨¢rselo a comprar a la mercer¨ªa sin saber qui¨¦n era. Tuve que prolongar la prueba para dar tiempo a buscarlo y que la Reina no se enterase". ?Piensa colgar la bata? "Me gustar¨ªa morirme dise?ando, pero con esta crisis...".
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