"Stieg presenci¨® una violaci¨®n y siempre se sinti¨® culpable"
Eva Gabrielsson es una de las mujeres m¨¢s compadecidas del planeta. No s¨®lo por ser la viuda de Stieg Larsson, el autor de la trilog¨ªa Millennium, que muri¨® de un infarto antes de conocer un ¨¦xito del que ella s¨ª est¨¢ siendo testigo. Quiz¨¢ no sepan que la compa?era durante 32 a?os del periodista sueco no ha recibido nada del dinero generado por su imaginaci¨®n. "Los beneficios ya suman 24 millones de euros", escupe Eva, y resulta imposible no solidarizarse con esta mujer adem¨¢s amable y risue?a.
La cita es a las diez en el hotel Hesperia de Madrid. Nos acompa?a Ewa Tures, "periodista de homicidios y colega de Stieg durante once a?os", se presenta, que ejerce de amiga y apoyo. Gabrielsson llena un plato de fruta pelada, sobre todo naranjas ("al menos aqu¨ª saben a algo", sonr¨ªe) y prueba todos los quesos del buffet, especialmente el manchego. Arquitecta de 54 a?os, Eva ha viajado a Madrid a recoger por Stieg el V Premio del Observatorio de la violencia de g¨¦nero por su labor en la erradicaci¨®n del problema. Lo que nos lleva a la primera pregunta: ?De d¨®nde cree que naci¨® su inter¨¦s por el tema? Y el desayuno arranca con una revelaci¨®n sorprendente: "A los 14 a?os, estando de camping, Stieg fue testigo de la violaci¨®n de una chica por parte de sus amigos. D¨ªas m¨¢s tarde se la cruz¨® por la calle y se acerc¨® a pedirle perd¨®n por no haberlo evitado, pero ella le rechaz¨®. Siempre se sinti¨® culpable. Le marc¨® y quiz¨¢ por eso...".
La viuda del autor de 'Millennium' denuncia a quienes trafican con la obra
La siguiente pregunta es obligada: ?Por qu¨¦ no se casaron? Mil veces lo ha repetido y mil m¨¢s lo repetir¨¢: "Stieg escrib¨ªa sobre grupos de extrema derecha, estaba amenazado. No nos casamos por seguridad, para no figurar en ning¨²n registro p¨²blico. Me di cuenta de que eso iba a traer problemas cinco meses tras su muerte. Tuve que mandarle a su padre, con el que apenas ten¨ªa relaci¨®n, un inventario de sus posesiones. Poco m¨¢s tarde me enter¨¦ de que hab¨ªa vendido los derechos cinematogr¨¢ficos de Millennium. As¨ª que me tragu¨¦ el dolor y pospuse mi duelo para enfrentarme al hecho de que estaban traficando con su legado".
Eva no perdona al padre y al hermano de Larsson, beneficiarios de su herencia. "Lo peor fue cuando ofrecieron intercambiar el ordenador de Stieg, que yo tengo, por la mitad de nuestro piso que ellos heredaron y que s¨®lo mide 56,5 metros cuadrados", puntualiza. Tampoco perdona a la editora de Millennium -"la ley es la ley, me dice"-, ni a Expo, la revista que fund¨® Larsson y que recibe financiaci¨®n del padre del escritor. Les reprocha que no hayan alzado la voz en su defensa, como s¨ª lo ha hecho la revista antifascista Searchlight, en la que Larsson colabor¨®, y que anima a participar en el proyecto supporteva.com, que lleva recaudados para Eva 7.000 euros de lectores solidarios.
Gabrielsson, que ha necesitado tratamiento, viaja por el mundo de homenaje en homenaje al que fue su pareja durante tres d¨¦cadas. "?Cu¨¢l ser¨ªa la alternativa? ?Que fueran ellos o su editora? Ni hablar. Yo no tengo nada de lo que avergonzarme. Otros s¨ª". Y por fin llegamos a la ¨²ltima pregunta, la que estar¨¢n esperando los fans ac¨¦rrimos de Millennium, ?Qu¨¦ va a suceder con el borrador de la cuarta entrega, que se encuentra en posesi¨®n de Eva? "No quiero prostituir su legado, ya pensar¨¦ en ello cuando tenga una idea brillante. S¨ª he escrito un libro contando el a?o tras la muerte de Stieg. Sobre unos hombres que tambi¨¦n odian a las mujeres".
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