Una novela-disco y... pel¨ªcula

Mathias Malzieu (Montpellier, 1974), es un tipo particular; pelirrojo y de peque?a estatura, propietario de una mirada clara, casi ingenua. M¨²sico, compositor, cineasta..., su novela La mec¨¢nica del coraz¨®n (Reservoir Books) se ha convertido en un fen¨®meno editorial en Francia, donde ha superado la cifra de los 150.000 ejemplares vendidos. Este relato g¨®tico, en el que unos ven reflejos de Tim Burton y otros de Lewis Carroll, pero a cuya originalidad le sobran las referencias, tiene tambi¨¦n la forma de un ¨¢lbum del grupo que lidera, Dionisos, en el que cada canci¨®n es un cap¨ªtulo; y est¨¢ a punto de ser una pel¨ªcula de animaci¨®n realizada con Luc Besson. De momento, reci¨¦n llegado a las estanter¨ªas espa?olas promete convertirse en uno de los libros m¨¢s cautivadores de la temporada.

"Me gusta conectar lo imaginario y lo real. Entre el adulto y el ni?o"

El libro ha superado la cifra de los 150.000 ejemplares vendidos

Con abuelo andaluz, no es extra?o que Malzieu acabara enamor¨¢ndose de Olivia Ruiz, una de las mujeres m¨¢s interesantes de la actual canci¨®n francesa, tambi¨¦n descendiente de espa?oles, a la que, naturalmente, produjo su ¨²ltimo ¨¢lbum Cali. La mec¨¢nica del coraz¨®n que corrobora esta querencia por el otro lado de los Pirineos. El protagonista, Jack, un adolescente nacido "la noche m¨¢s fr¨ªa de la historia" en Edimburgo, al que una maga-comadrona le coloca en el pecho un reloj de cuco para reparar su coraz¨®n maltrecho, se lanza a un viaje hacia el sur, hasta llegar a Granada, en pos de Miss Acacia, una bailarina y cantante miope de la que est¨¢ locamente enamorado. "Un viaje inici¨¢tico", en opini¨®n de su autor, "aunque en realidad, incluso si la acci¨®n no se mueve, todos mis libros son viajes inici¨¢ticos y todos van del fr¨ªo al calor".

Sus personajes se mueven en un mundo m¨¢gico y fant¨¢stico que, sin embargo Malzieu consigue que aceptemos, desde la primera p¨¢gina, no solo como posible, sino tambi¨¦n como real. "Es precisamente esto lo que me fascina, este ejercicio de equilibro para conectar lo imaginario y lo real, entre el primer y el segundo grado, entre el adulto y el ni?o. Quedarse en uno u otro lado es frustrante. Lo que me gusta, no solo en mis libros, tambi¨¦n en mi m¨²sica e incluso en la gente que me rodea, es permanecer en la pasarela entre las dos orillas, mantener el equilibrio entre ambos y poder entrar y salir de un lado y otro".

Tal vez por eso le fastidian los "artistas" que est¨¢n siempre en el borde del delirio. Prefiere a los que "consiguen trascender y volver a tierra, salir y entrar, porque son quienes realmente conducen sus vidas y sus relaciones con los dem¨¢s". Y sugiere como modelo a Charlie Chaplin. "El gran dictador tiene exactamente esta combinaci¨®n, aborda una cuesti¨®n pol¨ªtica pero en su interior hay una enorme dosis de poes¨ªa, de delirio", explica. "La escena famosa en la que el micr¨®fono sigue sus movimientos o cuando juega con la bola del mundo, es eso, pero Chaplin permanece conectado todo el tiempo a su historia. Este es mi modelo".

Se mueve en todas las disciplinas: canta, act¨²a, compone, escribe, hace cine y parece gestionar sin problemas estos constantes viajes entre mundos tan diversos. "Art¨ªsticamente es muy simple, exige trabajo", zanja, "pero es posible porque las conexiones son muy naturales; me apasiona por igual el cine que la literatura. Adoro a gente como Tarantino o Jarmusch porque otorgan a la m¨²sica un papel de narrador omnisciente, como suced¨ªa con las pel¨ªculas de Sergio Leone y la m¨²sica de Ennio Morricone. Para ellos la m¨²sica es un personaje. Por eso siempre he intentado meter cine en mis canciones". Le halaga que le comparen con Tim Burton -"soy un fan suyo", reconoce-, pero reivindica un mundo propio, aunque espera con ansia el estreno de la versi¨®n de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas.

?Y la literatura? Porque su escritura no es la de un aficionado, sino la de un escritor. "Los libros son mis compa?eros, son un regalo", asegura, "pero mi cultura literaria nace de hacer espeleolog¨ªa en las librer¨ªas, lo que no quiere decir que haya le¨ªdo todos los cl¨¢sicos; tengo una cultura general correcta, pero no exhaustiva, aunque hay tantas cosas que me gustan que me alimento con pasi¨®n".

A Malzieu le gusta compartir su mundo con los que ¨¦l llama sus "primos telep¨¢ticos", que leen sus libros, escuchan sus discos o van a sus conciertos. Gente desconocida "con quienes se producen conexiones intensas". Y se pone a s¨ª mismo como ejemplo de esta actitud. "Tengo relaciones muy intensas con gente a la que no tengo el deseo de conocer. Hace poco fui a ver a Nick Cave, a quien admiro. Vi el concierto pero no le fui a saludar; no sent¨ª la necesidad de acercarme solo para decirle que me gustaba su m¨²sica y que yo tambi¨¦n era un m¨²sico, s¨¦ lo que es un concierto y lo que es encontrarte a otro tipo m¨¢s que no conoces, en realidad era otro primo que lanz¨® su mensaje, su botella al mar y que yo recog¨ª".