A 78 revoluciones por minuto
Muchos aficionados coleccionan los discos de pizarra que se o¨ªan en los gram¨®fonos
Carlos se considera s¨®lo un poco friki. Alg¨²n dato suelto de su d¨ªa a d¨ªa no ayuda a cuestionar su condici¨®n de bicho raro. Por ejemplo, este madrile?o de 35 a?os debe ser el ¨²nico individuo sobre la tierra que lleva en su ipod a ?Manolo Caracol y a La Ni?a de los Peines! Se le puede ver en el metro madrile?o, con sus auriculares blancos introducidos en sus o¨ªdos, llevando el comp¨¢s con la mano al ritmo de la hondura de voz de Caracol mientras el de al lado mueve la cabeza con, por ejemplo, los Strokes. Y mucho de friki tiene alguien que conserva en el cuarto de su casa de Arg¨¹elles miles de discos de pizarra. Si en la ¨¦poca del MP3, las descargas digitales (legales o ilegales) y Youtube, un vinilo suena al siglo pasado, cuando alguien habla de disco de pizarra nos lleva directamente a la edad de piedra. Pero ah¨ª est¨¢ Carlos Mart¨ªn, sacando un gran disco de pizarra de la funda de color marr¨®n, coloc¨¢ndolo en el plato y escuchando atentamente. Unos ruidos un poco chicharreros y comienza a sonar Let's twist again, de Chubby Checker, como si el int¨¦rprete negro estuviese tocando en la habitaci¨®n de al lado. Lo que guardan est¨¢s cuatro paredes es un tesoro fonogr¨¢fico de incalculable valor. Un dato: el Centro Andaluz de Flamenco de Jerez, dependiente de la Junta de Andaluc¨ªa, exhibe con orgullo su colecci¨®n de unos 2.500 discos de pizarra de flamenco. Pues bien: la colecci¨®n flamenca de Carlos en este formato a?ejo llega a 5.000 unidades.
Estas piezas fueron precursoras de los vinilos y se usaron hasta los cincuenta
Convendr¨ªa aclarar qu¨¦ es un disco de pizarra. La definici¨®n sencilla: piezas que se utilizaban en los gram¨®fonos, precursores de los vinilos. Son gruesos, giran a 78 revoluciones por minuto (rpm) y est¨¢n hechos de un compuesto de varios materiales, como goma, resina, celuloide, pizarra o capas de papel. Se llamaron coloquialmente de pizarra porque tienen un compuesto terroso y oscuro que se asemeja a los encerados de los colegios. S¨®lo se pueden escuchar canciones de no m¨¢s de cuatro minutos, una por cada cara. "Mi inter¨¦s", explica Carlos, "no s¨®lo es por el af¨¢n coleccionista. Yo soy aficionado a la m¨²sica, sobre todo al flamenco. Cuando empec¨¦ a interesarme me encontr¨¦ con un problema: no hab¨ªa manera de encontrar en vinilo o compacto el material que yo quer¨ªa". La primera grabaci¨®n en pizarra en Espa?a data de 1899 y llega hasta finales de los a?os cincuenta. Por lo tanto, buena parte de los g¨¦neros nacieron y se desarrollaron en estas placas y a 78 rpm: el jazz, el blues, el flamenco, por supuesto los g¨¦neros l¨ªricos y hasta el rock and roll. De hecho, las primeras canciones de Elvis Presley con la compa?¨ªa Sun Records se publicaron en pizarra.
El programa Melod¨ªas pizarras, que s¨®lo pincha estas placas (se puede hacer en un plato de vinilo normal con una aguja especial), cumple justo un a?o en antena en Radio 3. Los hermanos Pizarro (nombre ficticio), Longino y Mariano, est¨¢n al mando. "Nos hemos dado cuenta de que la gente se cre¨ªa que la m¨²sica hab¨ªa empezado en los a?os 50 con el rock and roll. Y no es as¨ª", se?ala. Los amantes de estos discos hablan de sonoridad, por supuesto. "Es el sonido original, sin intermediarios, sin mesas de mezclas, sin trampas. Los m¨²sicos se acercaban a un micr¨®fono o bocina y cantaban. El del viol¨ªn, cuando acaba su parte, se separaba y ya est¨¢. Eso es lo aut¨¦ntico", argumentan los Pizarro.
Conseguir estas joyas musicales tiene mucho de aventura. Lo m¨¢s practico es acudir al Rastro madrile?o. All¨ª, enterrados entre cachivaches, se encuentran piezas de distintos precios, desde dos hasta 1.000 euros. "No existe un mercado establecido, con sus tiendas y distribuidores. Las remesas llegan cuando alguien fallece y sus herederos no saben qu¨¦ hacer con el material", comenta Carlos Mart¨ªn, que adem¨¢s de acumular una suprema colecci¨®n de flamenco se dedica profesionalmente a la compra y venta en carlosmb.com. "Estaba estudiando Derecho cuando empec¨¦ mi colecci¨®n. Entonces me di cuenta de que hab¨ªa mucha demanda, pero no exist¨ªan canales. As¨ª que dej¨¦ la carrera en tercero y me volqu¨¦ en ello", se?ala Carlos, que guarda en un almac¨¦n de la periferia de Madrid hasta 30.000 ejemplares. El madrile?o Arturo Gil, 73 a?os, es otro gran aficionado: "Tengo unos 12.000, sobre todo de g¨¦nero l¨ªrico: ¨®pera, zarzuela, revista... Me gusta husmear en anticuarios de Madrid, sobre todo del Rastro. A veces se localiza buen material". Todos afirman no ser puristas ni talibanes musicales. S¨®lo son amantes de la m¨²sica. Como dicen los conductores de Melod¨ªas pizarras, "lo antiguo es mejor y m¨¢s divertido".
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