EE UU urge al G-20 a tomar medidas para equilibrar el crecimiento mundial
Obama se queja de que China, Alemania o Jap¨®n dependan mucho del consumo en su pa¨ªs - "Lo m¨¢s importante es la regulaci¨®n financiera, no otros asuntos", replica Merkel
La mayor crisis econ¨®mica en medio siglo, que empieza a aflojar tras golpear muy duro, fue, antes que nada, financiera. Cuando qued¨® claro que muchos bancos hab¨ªan colocado millones en activos arriesgados y opacos, sin valor tras el desplome inmobiliario, el cr¨¦dito se bati¨® en retirada y caus¨® estragos. En Londres, el G-20 acord¨® sanear la ra¨ªz del problema con la puesta en marcha de una regulaci¨®n mucho m¨¢s estricta. Pero ante la nueva cita del club de los pa¨ªses ricos y emergentes, que comenz¨® ayer en Pittsburgh, EE UU presiona para poner otro protagonista en escena: la excesiva dependencia de otras grandes econom¨ªas, como China, Alemania o Jap¨®n, del voraz consumismo estadounidense.
Algunos pa¨ªses deben introducir est¨ªmulos a la demanda interna
El ajuste pasa, necesariamente, por que se aprecie la moneda china
Hay consenso en que es necesario mantener los est¨ªmulos fiscales
Sarkozy insiste en que se limiten los 'bonus' a banqueros e intermediarios
El agujero financiero pas¨® desapercibido para los supervisores de los mercados hasta que fue demasiado tarde. Pero muchos expertos se?alan que fue la abundancia de dinero barato lo que hizo que el agujero creciera de forma descomunal. Ah¨ª se culpa a unos tipos de inter¨¦s demasiado bajos. Y, sobre todo, al desequilibrio en las pautas de crecimiento: el exceso de reservas de grandes pa¨ªses exportadores o productores de petr¨®leo ha garantizado combustible al endeudamiento estadounidense. Es un an¨¢lisis muy extendido, pero la insistencia de EE UU en que el G-20 debe adoptar ya medidas contra esa nociva relaci¨®n levanta suspicacias. "No hay que buscar temas alternativos, lo importante es la regulaci¨®n de los mercados financieros", advirti¨® ayer la canciller alemana, Angela Merkel.
La cumbre de Pittsburgh, que se puso en marcha a ¨²ltima hora de ayer con una cena oficial, est¨¢ llamada a poner negro sobre blanco el acuerdo adoptado por el G-20 en abril para desarrollar normas que limiten el riesgo excesivo en las inversiones de la banca y dar m¨¢s poder a los supervisores. Merkel, que habl¨® con la prensa en Berl¨ªn antes de partir a EE UU, dej¨® claro que no quiere cortinas de humo. "Pittsburgh ser¨¢ decisivo en determinar si la regulaci¨®n financiera sigue siendo un tema esencial, para nosotros es el m¨¢s importante", insisti¨® la dirigente alemana.
El resultado de la cumbre se conocer¨¢ hoy, apenas dos d¨ªas antes de que Merkel afronte elecciones en su pa¨ªs, donde parte como favorita al frente de la CDU. La cercan¨ªa de los comicios se dej¨® notar en el tono de sus declaraciones -"los pol¨ªticos debemos tener coraje para tomar medidas que no reciban el aplauso inmediato de los banqueros"- y sobre todo en las de su ministro de Econom¨ªa, Peter Steinbrueck, del PSD, el partido que rivaliza por la victoria electoral: "Hay una oposici¨®n creciente a las reformas desde la City de Londres, pero tambi¨¦n desde Wall Street".
La alusi¨®n a Reino Unido no era balad¨ª. Pese a su compromiso, dentro de la UE, a hacer de la reforma financiera el asunto prioritario de la cumbre, el primer ministro brit¨¢nico, Gordon Brown, ha sido uno de los principales valedores de la propuesta estadounidense. "Querr¨ªamos ver a pa¨ªses como China importando m¨¢s de otros pa¨ªses, muchas veces las reservas no se usan de forma constructiva", dijo en Nueva York.
Los socios europeos de Brown ven en ese cambio de prioridades la larga mano de la City londinense. No en vano, el sector financiero brit¨¢nico es equivalente al 15% del PIB nacional, un peso sin parang¨®n en otros pa¨ªses avanzados. Pero las cifras tambi¨¦n dan argumentos para llamar la atenci¨®n sobre los desequilibrios de la econom¨ªa mundial: El consumo privado supone m¨¢s del 70% en EE UU y Reino Unido, cuando en China apenas alcanza el 35%. Los estadounidenses ahorran un 3% de su renta disponible, los chinos casi el 40%. Si eso no cambia, el incentivo a una nueva era de endeudamiento masivo en las dos principales plazas financieras del mundo es indudable.
"Tenemos que poner al mundo en el camino de un crecimiento m¨¢s sostenible, m¨¢s equilibrado", sostuvo el mi¨¦rcoles el secretario del Tesoro de EE UU, Timothy Geithner, como corolario a la propuesta que la delegaci¨®n estadounidense divulg¨® a trav¨¦s de Reuters el lunes pasado. En ella, se insta a que los pa¨ªses coordinen sus pol¨ªticas econ¨®micas y a que los ajustes para elevar el ahorro y reducir la deuda en varios pa¨ªses (EE UU o Reino Unido) se acompasen con est¨ªmulos a la demanda interna en otros (China o Alemania). En el documento, EE UU plantea que los ministros de Econom¨ªa se re¨²nan en noviembre para impulsar un "marco de cooperaci¨®n", sin m¨¢s detalles, y esquiva asuntos peliagudos, como que ese deseado ajuste pasa, casi necesariamente, por que China aprecie su moneda.
Que EE UU llame la atenci¨®n sobre los desequilibrios del crecimiento econ¨®mico no quiere decir, sin embargo, que haya dejado de lado su propia reforma financiera. "El tiempo es ahora el principal enemigo", indic¨® Geithner esta semana ante un comit¨¦ del Congreso para exigir que se agilice la ambiciosa reforma propuesta por la Administraci¨®n Obama, que da amplios poderes de supervisi¨®n a la Reserva Federal.
"Nosotros insistiremos en que haya l¨ªmites a los bonus de traders y banqueros", recalc¨® el presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, en una entrevista con la televisi¨®n de su pa¨ªs como recordatorio de una de las principales desavenencias con EE UU en el frente financiero. En lo que s¨ª parece haber consenso, seg¨²n los borradores manejados hasta ahora, es en la necesidad de mantener los est¨ªmulos fiscales para sostener la econom¨ªa. Una teor¨ªa que casa mal con la pr¨¢ctica de algunos pa¨ªses, como Espa?a, que plantean ya medidas en sentido contrario ante el peso creciente del d¨¦ficit p¨²blico.
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