Peque?os libros gordos
No todos los cl¨¢sicos tienen que encantarnos y no todos los libros supuestamente menores son malos. Es m¨¢s, a veces un libro francamente simpl¨®n y comercial nos puede gustar hasta el delirio. ?sa es la maravillosa magia de la lectura, que hace que el lector complete de alg¨²n modo la obra que lee con su imaginaci¨®n, su sensibilidad y su circunstancia. Y, as¨ª, a todos nos ha sucedido alguna vez que un texto de indiscutido prestigio se nos antoj¨® un enorme pesti?o, o que una novelita ampliamente denostada nos proporcion¨® unas horas felices. Incluso conozco gente que se averg¨¹enza de decir que disfrut¨® con seg¨²n qu¨¦ libros. Ocultan los t¨ªtulos como quien oculta a un amante socialmente abominable.
No ser¨¦ yo quien denueste los 'best sellers', porque a veces se necesita la pura distracci¨®n, pero tambi¨¦n porque algunos est¨¢n muy bien escritos y dan algo m¨¢s
Claro que esos libros en la frontera de lo puramente comercial, las obras llamadas de entretenimiento, casi nunca suelen ser novelitas. Quiero decir que, por lo general, son vol¨²menes muy gruesos. De centenares y centenares de p¨¢ginas. Lo cual forma parte de la estrategia de mercado de los best sellers. Ya se sabe que best seller quiere decir m¨¢s vendido, pero en realidad es un g¨¦nero literario, como las novelas rom¨¢nticas, o policiacas, o de terror. Es un texto escrito con la ¨²nica intenci¨®n de vender en abundancia, y hay que decir que muchos no lo consiguen. O sea: hay muchos best sellers que no venden un pimiento. En cualquier caso, las reglas del g¨¦nero son simples: primero, un bestsellerista de pro siempre escribe la misma novela, con peque?as variaciones de trama pero id¨¦ntica estructura, ritmo e ingredientes; y, segundo, escribe libros gordos. Porque la clave de su ¨¦xito est¨¢ en que el comprador sepa perfectamente lo que va a encontrar antes de leer el libro, y en que sienta que por su dinero recibe un buen pedazo, una raci¨®n generosa. Nada de sorpresas desagradables, nada de ese temblor, esa revelaci¨®n y esa inquietud que a veces produce la literatura. Medio kilo de lo mismo, por favor.
Lo cual tampoco est¨¢ mal. No ser¨¦ yo quien denueste los best sellers, en primer lugar porque a veces se necesita la pura distracci¨®n, pero tambi¨¦n porque algunos est¨¢n muy bien escritos y dan algo m¨¢s. O t¨² lees en ellos algo m¨¢s. De manera que hoy voy a hablar de una de esas obras, de El nombre del viento, de Patrick Rothfuss. Me lo regal¨® hace unos cuantos meses una amiga, buen¨ªsima lectora, y en honor de ella persever¨¦ m¨¢s all¨¢ de las cien primeras p¨¢ginas, que me gustaron muy poco (el librote tiene 878). Es una obra de g¨¦nero fant¨¢stico, uno de esos libros de literatura m¨¢s o menos juvenil que ahora est¨¢n leyendo tantos adultos, con un mundo poblado de seres imaginarios, terrores imprecisos, turbulentos peligros. Cuenta la historia de Kvothe, un pelirrojo singular que estudia en una universidad de alquimistas o magos o algo parecido. Kvothe est¨¢ marcado por el destino, naturalmente: sus dotes digamos brujeriles son portentosas, superiores a las de todos los dem¨¢s. Adem¨¢s, como no pod¨ªa ser menos, el chico est¨¢ perseguido por las fuerzas oscuras. Supongo que todo esto les sonar¨¢. Hay mil y un antecedentes de esta estructura, pero el m¨¢s evidente es Harry Potter, con unas cuantas gotitas de Tolkien. El nombre del viento, t¨ªtulo rampl¨®n, es la primera y exitosa novela de este escritor, un profesor de universidad de Wisconsin (EE UU) que, a juzgar por la foto de la solapa, con una luz estrat¨¦gicamente colocada bajo la barba, tiene aspecto de enano nibelungo forjador de sortijas: vamos, que yo dir¨ªa que Rothfuss es un friki, uno de esos seres pel¨ªn estrafalarios que se saben El se?or de los anillos de memoria.
Esto en cuanto a la parte negativa. Pero El nombre del viento tiene algo m¨¢s, algo que me hizo terminar el librote y disfrutar de muchas de sus p¨¢ginas. En primer lugar, est¨¢ bellamente escrito; cuando no se pierde en una mara?a de palabras inventadas, hay im¨¢genes certeras y frases poderosas. Los personajes est¨¢n bien observados, los movimientos del coraz¨®n son convincentes, Kvothe tiene el acierto de ser pobre como las ratas y de saber transmitir lo que es ser pobre, la intriga te engancha, la historia te hace a veces pensar y a veces sentir. En la solapa comparan a Rothfuss con Ursula K. Le Guin; pues no, mire, ni siquiera roza la altura literaria de esa gran escritora fant¨¢stica. Pero te termina interesando. La novela tiene muchas cosas en contra, y la principal es la falta de originalidad, la fuerte sensaci¨®n de d¨¦j¨¤ vu; pero poco a poco, a medida que te va atrapando el cuento, va emergiendo una voz propia narrativa por debajo de toda la farfolla convencional. No olvidemos que se trata de una primera novela. Al parecer Rothfuss est¨¢ escribiendo ya la continuaci¨®n. Puede que sea mucho mejor. O puede que no, puede que sea un libro a¨²n m¨¢s gordo pero m¨¢s peque?o. Nunca se sabe c¨®mo puede afectarle el ¨¦xito a un autor.
Pero, si mencionamos El nombre del viento, entonces no podemos dejar de hablar de la obra de J. K. Rowling. No aspiro a descubrir ahora las bondades de Harry Potter: ser¨ªa como inventar la gaseosa. Pero s¨ª quisiera recomend¨¢rselo a todos aquellos que, sin conocerlo, lo desde?an como lectura infantil. Yo ca¨ª presa de la fascinaci¨®n Potter y me le¨ª los siete vol¨²menes, con el m¨¦rito a?adido (o quiz¨¢ el agravante) de no tener hijos, lo que quiere decir que me los tragu¨¦ voluntariamente. Y no pude por menos de apreciar, con rendida admiraci¨®n, la originalidad de la obra, la s¨®lida escritura, el agudo sentido del humor, la fina capacidad de observaci¨®n de los personajes y la riqu¨ªsima coherencia del mundo potteriano. Las novelas de Harry Potter son una fiesta (sobre todo la tercera, El prisionero de Azkab¨¢n, y la cuarta, El c¨¢liz de fuego; las dos primeras son m¨¢s infantiles y las tres ¨²ltimas demasiado g¨®ticas) y la Rowling es un pedazo de escritora. En este caso no estamos hablando de peque?os libros gordos, sino de grandes libros que algunos creen peque?os. -
El nombre del viento. Patrick Rothfuss, Plaza & Jan¨¦s, 2009. 880 p¨¢ginas. 22,90 euros. Harry Potter y el prisionero de Azkab¨¢n. J. K. Rowling. Salamandra, 2000. 380 p¨¢ginas. 17 euros. Harry Potter y el c¨¢liz de fuego. J. K. Rowling. Salamandra, 2001. 640 p¨¢ginas. 22 euros.
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