Occidente dice basta ya a Ir¨¢n
Los l¨ªderes de EE UU, Francia y Reino Unido amenazan a Teher¨¢n con endurecer las sanciones tras descubrirse la construcci¨®n de una planta nuclear secreta
El pulso entre Ir¨¢n y la comunidad internacional ha alcanzado el punto l¨ªmite. Nunca se ha visto a Ir¨¢n tan vulnerable ni a las grandes potencias tan un¨¢nime y firmemente decididas a emprender acciones en su contra. Ayer, tras conocerse la existencia en ese pa¨ªs de una segunda planta secreta de producci¨®n de material at¨®mico, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido amenazaron al un¨ªsono con duras sanciones contra el r¨¦gimen isl¨¢mico si no acepta de inmediato la inspecci¨®n de sus instalaciones nucleares.
La advertencia, hecha p¨²blica en una comparecencia conjunta de los l¨ªderes de esas tres naciones, cobra todav¨ªa m¨¢s fuerza al haberse producido un d¨ªa despu¨¦s de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara una hist¨®rica resoluci¨®n contra la proliferaci¨®n nuclear y coincidiendo con el arranque en esta capital industrial de Pensilvania de la cumbre del G-20, donde est¨¢n representadas las grandes econom¨ªas desarrolladas y en v¨ªas de desarrollo del todo el mundo. Es, simplemente, la prueba de que Ir¨¢n se ha quedado solo, y que parece, finalmente, abocado a acatar las reglas internacionales o a arriesgarse al aislamiento o a la cat¨¢strofe.
Obama se?ala que la reuni¨®n del 1 de octubre ser¨¢ clave para evitar sanciones
"Todas las opciones deben estar sobre la mesa ahora", dijo Nicolas Sarkozy
"El Gobierno iran¨ª tiene ahora que demostrar con hechos sus intenciones pac¨ªficas o rendir cuentas a la comunidad internacional", advirti¨® el presidente norteamericano, Barack Obama.
M¨¢s duros y directos, el presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, manifest¨® que "todas las opciones deben de estar sobre la mesa" a partir de ahora para responder al comportamiento de Ir¨¢n, mientras que el primer ministro brit¨¢nico, Gordon Brown, anticip¨® que se acerca el momento de "m¨¢s y m¨¢s contundentes sanciones" contra ese pa¨ªs.
"Se trata del m¨¢s urgente desaf¨ªo al que hoy hace frente el mundo", asegur¨® Brown. "Ir¨¢n est¨¢ conduciendo a la comunidad internacional por un camino peligroso", a?adi¨® Sarkozy. Aunque no apareci¨® junto a ellos porque estaba reunida en ese momento con el presidente ruso, la canciller alemana, Angela Merkel, dijo posteriormente que su pa¨ªs manten¨ªa sobre este asunto la misma posici¨®n que sus aliados.
El presidente norteamericano se?al¨® claramente que la reuni¨®n prevista para el pr¨®ximo 1 de octubre en Ginebra entre representantes de Ir¨¢n y de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, China, Rusia, Francia y el Reino Unido), m¨¢s Alemania, ser¨¢ la ¨²ltima oportunidad del r¨¦gimen iran¨ª de evitar medidas de represalia. Para ello, seg¨²n dijo Obama, "tiene que colaborar total y extensamente con el Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA)".
Obama ha dedicado esta semana en Nueva York a una fren¨¦tica actividad de b¨²squeda de la unidad sobre Ir¨¢n, y ha conseguido sumar a ese consenso al pa¨ªs m¨¢s renuente hasta ahora, Rusia, cuyo presidente, Dmitri Medv¨¦dev, admite ya la necesidad de castigar al r¨¦gimen isl¨¢mico. "Cuando se han utilizado todos los instrumentos y no han funcionado, puede llegar a ser necesario el uso de sanciones", admiti¨® Medv¨¦dev el jueves en una conferencia en la Universidad de Pittsburgh.
China parece mantener a¨²n algunas reservas, pero Obama podr¨ªa vencerlas en su visita de noviembre a Pek¨ªn, que coincidir¨¢ con la fecha en que las sanciones deber¨ªan de ser presentadas en el Consejo de Seguridad.
El consenso parece a¨²n m¨¢s factible ahora, despu¨¦s de que la comunidad internacional se haya visto burlada por los planes conducidos por Ir¨¢n de forma secreta. El OEIA confirm¨® ayer que el lunes pasado hab¨ªa recibido una breve nota del Gobierno iran¨ª comunic¨¢ndole la existencia de "una planta piloto" para el enriquecimiento de uranio, sin aportar m¨¢s detalles. Fuentes oficiales norteamericanas aseguraron ayer que el mensaje al OEIA fue enviado despu¨¦s de que las autoridades iran¨ªes descubrieran que esa planta hab¨ªa sido ya detectada por los servicios de espionaje occidentales. No es la primera vez que ocurre algo as¨ª. La existencia de las instalaciones at¨®micas en Natanz tambi¨¦n fue reconocida por el r¨¦gimen despu¨¦s de haber sido descubierta.
El propio Obama estaba informado desde el comienzo de su presidencia de la existencia en la ciudad santa de Qom, pr¨®xima a Teher¨¢n, de una segunda planta que podr¨ªa empezar a enriquecer uranio a partir del pr¨®ximo a?o. Seg¨²n los datos aportados por los servicios estadounidenses, esa instalaci¨®n no dispon¨ªa a¨²n de la capacidad de enriquecimiento de uranio a un nivel suficiente para la fabricaci¨®n de armas at¨®micas. Pero el secreto en el que se conduc¨ªa la investigaci¨®n, al parecer desde hace a?os, es prueba suficiente para los Gobiernos occidentales de que esa era la intenci¨®n ¨²ltima del proyecto.
"El tama?o y la configuraci¨®n de esta planta es inconsistente con un programa pac¨ªfico. Ir¨¢n est¨¢ rompiendo las reglas que todas las naciones tienen que cumplir", afirm¨® ayer el presidente estadounidense.
Las fuentes norteamericanas no han revelado de qu¨¦ forma se produjo el hallazgo de la planta de Qom, aunque los expertos opinan que el Gobierno iran¨ª se ha visto obligado a salir al mercado internacional para conseguir el material necesario para el desarrollo de ese programa.
El presidente iran¨ª, Mahmud Ahmadineyad, no se refiri¨® a ¨¦l en su reciente intervenci¨®n ante la Asamblea General de la ONU, ni el asunto hab¨ªa surgido en ninguno de los contactos mantenidos en el pasado entre representantes iran¨ªes y los negociadores internacionales. Ahmadineyad suspendi¨®, en un primer momento, la conferencia de prensa prevista ayer en Naciones Unidas. Pero, horas despu¨¦s, rectific¨® y volvi¨® a convocar a los periodistas.
Obama record¨® que Ir¨¢n, como el resto de las naciones, tiene derecho al desarrollo de la energ¨ªa nuclear para usos pac¨ªficos -incluso podr¨ªa encontrar la colaboraci¨®n occidental para ello-, pero advirti¨® que ha de hacerlo de forma transparente y en cumplimiento de las leyes internacionales.
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