El G-20 insta a la banca a devolver las primas en caso de tener p¨¦rdidas
Los contratos blindados de los altos ejecutivos tendr¨¢n que ser revisados
La cumbre del G-20 en Pittsburgh estaba llamada a acordar las normas que dieran la vuelta al disparatado modelo de retribuciones imperante en los ¨²ltimos a?os en el sector financiero. Un modelo que premi¨® con compensaciones multimillonarias a ejecutivos que acababan de dejar bancos quebrados. No se lleg¨® a un acuerdo para limitar los bonus, pero la bater¨ªa de recomendaciones que plantea el Consejo de Estabilidad Financiera, asumidas por el club de pa¨ªses ricos y emergentes, s¨ª da otras herramientas para estrechar la vigilancia. Entre ellas, la opci¨®n de obligar a los altos directivos a devolver parte de la retribuci¨®n variable si una entidad entra en p¨¦rdidas.
"Ha habido demasiados casos en los que, tras unos resultados horribles, se han pagado cuantiosos bonus. Estas normas se han dise?ado para que eso no vuelva a ocurrir", indic¨® el presidente del Consejo de Estabilidad, Mario Draghi, al t¨¦rmino de la cumbre de Pittsburgh. El organismo que aglutina a bancos centrales, representantes de los gobiernos del G-20 y agencias internacionales de supervisi¨®n insta a una aplicaci¨®n "urgente" de las conclusiones de su informe, que deber¨ªan estar operativas el pr¨®ximo a?o.
Las entidades diferir¨¢n al menos tres a?os parte de las pagas variables
- De bonus a malus. El Consejo de Estabilidad indica que si las entidades tienen p¨¦rdidas, eso "deber¨ªa llevar a una contracci¨®n considerable del total de la compensaci¨®n variable", para lo que se podr¨¢ reducir tanto el pago previsto en ese ejercicio, como "pagos de cantidades previamente cobradas" por los ejecutivos, a trav¨¦s de cl¨¢usulas de "malus o de devoluci¨®n".
- M¨¢s del 50%, en acciones. Se establece que entre el 40% y el 60% de la remuneraci¨®n de los ejecutivos (m¨¢s del 60% en el caso de los m¨¢s altos directivos) se ligue al comportamiento de la empresa. M¨¢s de la mitad de esa remuneraci¨®n variable tendr¨¢ que satisfacerse en acciones. Los ejecutivos no podr¨¢n vender las acciones durante un periodo determinado para incentivarles a perseguir el buen funcionamiento de la entidad a medio plazo.
- Pagos diferidos. El pago de la compensaci¨®n variable por la buena marcha de la entidad en un ejercicio siempre se har¨¢ de forma gradual y el periodo m¨ªnimo de tres a?os. Si la evoluci¨®n de la empresa en alguno de esos ejercicios es negativa (ya sea en resultados o en su situaci¨®n financiera), la entidad podr¨¢ cancelar el pago en dinero l¨ªquido que le quede pendiente.
- Blindajes a examen. Las entidades financieras deber¨¢n revisar las cl¨¢usulas que garantizan una compensaci¨®n a los directivos cuando deciden abandonar la empresa. "Cualquier pago deber¨ªa estar relacionado con la evoluci¨®n de la empresa y dise?ado de manera que no premie los errores".
- Bonus garantizados prohibidos. La pr¨¢ctica de garantizar al ejecutivo el cobro de un bonus durante uno o m¨¢s a?os independientemente de los resultados de la empresa queda prohibida.
- M¨¢s informaci¨®n. Las entidades deber¨¢n hacer p¨²blica de forma anual una relaci¨®n mucho m¨¢s detallada de c¨®mo retribuyen a cada directivo.
- Mecanismo de correcci¨®n. Los supervisores podr¨¢n poner l¨ªmites a la cantidad total de la compensaci¨®n variable a percibir en caso de considerar que la entidad financiera no tenga capital suficiente o exigirle que lo aumente.
Bronca en el fort¨ªn bancario
A los supervisores les queda por delante un trabajo duro. Y lo que ocurre en Suiza es una buena muestra. El pa¨ªs banquero por excelencia, que no est¨¢ representado en el G-20, pero s¨ª en el Consejo de Estabilidad Financiera, lleva los deberes adelantados. El Gobierno helv¨¦tico, tras tener que recapitalizar el banco UBS con m¨¢s de 4.000 millones de euros y asumir un fondo con los activos t¨®xicos de la entidad, orden¨® al organismo supervisor nacional que pusiera en marcha nuevas reglas sobre las retribuciones. Y las alegaciones a la propuesta del supervisor, publicadas la semana pasada, revelan la oposici¨®n frontal del sector.
"Un cambio de normas tan acelerado y profundo puede llevar a serios problemas fiscales y laborales", advierte la aseguradora Swiss Re. "No se puede pretender que todas las entidades sigan un ¨²nico modelo retributivo, es demasiado detallado", a?ade Credit Suisse. La patronal bancaria suiza sostiene que el supervisor ha ido "demasiado lejos". "Las nuevas reglas ocasionar¨¢n graves desventajas por no coordinarse con otros centros financieros internacionales", arguye la agrupaci¨®n de aseguradoras.
En realidad, lo que el supervisor suizo plantea se ajusta como un guante a lo que el Consejo de Estabilidad Financiera quiere que se aplique en todo el G-20 en 2010. Los supervisores (entre ellos, el Banco de Espa?a) deben adoptar primero esas directrices -cada pa¨ªs decidir¨¢ si es necesario promulgar una ley -. Luego, definir cu¨¢les son las entidades a las que se les aplicar¨¢ -como m¨ªnimo, a las determinantes en cada mercado-. Y, despu¨¦s, darles tiempo para que las asuman y verificar que se cumplen. Un camino que, como ocurre ya en Suiza, se llenar¨¢ de curvas por la presi¨®n del sector.
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