Estrellas del cielo literario para celebrar 40 a?os de Anagrama

?Qu¨¦ es m¨¢s f¨¢cil, negociar un contrato de edici¨®n con el superagente Andrew Wylie o poner coto a los que quieren ser invitados a la fiesta de sus 40 a?os? Jorge Herralde, ufano, rodeado de una inmensa representaci¨®n de sus escritores y colegas extranjeros (13 y 26, respectivamente), contesta: "Esto segundo, pero eso se lo he dejado a Lali [Lali Gubern, su esposa], que lo solventa en un plis plas". Seis horas antes del evento, el m¨®vil de Gubern vibraba con peticiones imposibles: "Es pariente de los Sert". "?Y qu¨¦ le has dicho?", pregunta Herralde. "Pues que no, si ya no cabe nadie m¨¢s", zanjaba el car¨¢cter de Gubern. Unas 500 personas, la cr¨¨me de la intelectualidad literaria de Espa?a y de buena parte de Francia, Italia, Reino Unido y Alemania, acabaron formando parte de la selecta masa que abarrotaba ayer el c¨®ctel con el que Herralde celebr¨® la ocasi¨®n.

Tiempo le costar¨¢ a Barcelona repetir tanta densidad de beautiful people de la intelligentsia. Quiz¨¢ el secreto estuvo, como Herralde dijo, en que no hab¨ªa de por medio "ni congresos ni apocal¨ªpticos discursos sobre el libro electr¨®nico". El particular ba?o de ¨¦lites permiti¨® ver en carne y hueso a miles de hojas le¨ªdas y convertir el local en un Parnaso en la Tierra: el franc¨¦s Jean Echenoz no se separaba, copa de cava rosado en mano, de su exquisito editor italiano Roberto Calasso, al que no conoc¨ªa. ?ste defin¨ªa a Herralde: "Es un esp¨¦cimen en v¨ªas de extinci¨®n, editor de raza al viejo estilo, que puede mantener su independencia al ser su propio due?o". Para Ian McEwan, que en petit comit¨¦ confesaba que acababa de entregar nueva novela, Herralde es: "El m¨¢s internacional que tiene la cultura espa?ola; sus libros est¨¢n hasta en la Patagonia".

Entre apretujones infinitos, Antonio Tabucchi, Yasmina Reza, Inge Feltrinelli, Dominique Bourgois, Claudio Magris; editores de Seuil, Fischer o Mondadori; responsables de pol¨ªtica cultural, libreros, gente del cine o la arquitectura arroparon a Herralde y su equipo hasta las dos de la madrugada. Era la fiesta de los 40 a?os de esa gran "peste amarilla", como la calific¨® el taimado Jos¨¦ Manuel Lara en referencia a su serie emblem¨¢tica.