M¨¢s bandera que protecci¨®n

El llamado blindaje del Concierto Econ¨®mico se ha convertido antes en una bandera pol¨ªtica que en un mecanismo jur¨ªdico de protecci¨®n del instrumento singular que regula las relaciones financieras entre el Pa¨ªs Vasco y el Estado. El Concierto como tal no necesita ninguna cobertura, porque lo ampara la Constituci¨®n. Lo que se pretende con ¨¦l es impedir que puedan recurrirse ante la jurisdicci¨®n ordinaria las normas fiscales que aprueban las Juntas Generales (diputaciones) de los territorios en virtud de la capacidad normativa que concede el Concierto. Como las disposiciones de esas c¨¢maras provinciales, titulares de dicha potestad, no tienen el rango de ley, su control de legalidad corresponde a los tribunales de lo contencioso-administrativo, de forma que pueden ser impugnadas por cualquier persona f¨ªsica o jur¨ªdica.

La conveniencia de restringir esa posibilidad elevando su enjuiciamiento al Tribunal Constitucional se suscit¨® por el rosario de recursos interpuestos desde las comunidades lim¨ªtrofes contra los pol¨¦micos incentivos tributarios a la inversi¨®n (las llamadas vacaciones fiscales) fijados en los a?os noventa, que llevaron a la Comisi¨®n Europea a poner su lupa sobre ellos, y al Tribunal Supremo a derogar en 2005 gran parte de impuesto vasco de sociedades.

Tras el espaldarazo dado por el Tribunal de Justicia de la UE en 2008 a la capacidad vasca de fijar una tributaci¨®n diferenciada para sus empresas, se ha reducido mucho la urgencia de ese blindaje, que podr¨ªa procurarse en Euskadi con f¨®rmulas m¨¢s sencillas. Pero el PNV ha aprovechado su posici¨®n negociadora ante los presupuestos del Estado y la adhesi¨®n general que el Concierto tiene en el Pa¨ªs Vasco para jugar esa carta y forzar las reformas necesarias de las leyes del Tribunal Constitucional y del Poder Judicial.