Tirados sin taxi en Barajas

Lo que deb¨ªa ser un paro de dos horas sin incidentes termin¨® con furgonetas de transporte da?adas, alg¨²n coche con las lunas rotas y carreras por las terminales del aeropuerto de Barajas. Unos 1.500 taxistas se concentraron en la T-1 y la T-4 para pedir medidas contra el intrusismo, pero el paro degener¨® en altercados con los supuestos conductores piratas y con los polic¨ªas. Tambi¨¦n hubo discusiones internas con los dirigentes de las agrupaciones del sector, a los que algunos acusaron de ser los causantes del deterioro que sufren.

La zona de llegadas de la T-4 se qued¨® sin taxis unos minutos antes de las diez de la ma?ana. Los paros afectaron a centenares de pasajeros, que se trasladaron en los transportes alternativos, el metro y los autobuses de la EMT. Los conductores dejaron los coches en los aparcamientos que hay junto a las terminales y fueron caminando hasta la zona donde los veh¨ªculos recogen a los pasajeros.

Desde el primer momento los ¨¢nimos estuvieron caldeados. Al poco de empezar la concentraci¨®n, los manifestantes increparon a los autocares de una empresa que supuestamente lleva pasajeros a la estaci¨®n de M¨¦ndez ?lvaro sin tener licencia para ello. Los agentes antidisturbios tuvieron que cerrar los accesos a la zona de autocares para evitar problemas. A los pocos minutos, algunos conductores se dirigieron a la cabecera de la marcha y empezaron a increpar a los dirigentes. "Todo esto ha sido por vuestra culpa. ?Sinverg¨¹enzas!", les gritaban. Algunas personas salieron en su defensa. Hubo empujones, insultos y amenazas de pelea. La polic¨ªa tuvo que sacar a los alborotadores. "Estoy a favor de la manifestaci¨®n, pero en contra de los dirigentes del taxi, que no han hecho nada durante a?os", protest¨® Francisco Moral, un corpulento taxista al que se llev¨® la polic¨ªa para evitar m¨¢s altercados.

Algunos taxistas decidieron romper la concentraci¨®n y subieron a la zona de salidas, donde estaban trabajando furgonetas y particulares "de forma ilegal", dec¨ªan. Los m¨¢s exaltados rompieron retrovisores y algunos limpiaparabrisas de las furgonetas de empresas particulares. A los antidisturbios les pill¨® sin efectivos, lo que motiv¨® que alg¨²n taxista con pasajeros que no secundaba el paro pasara apuros al ser atacado por sus compa?eros.

La Guardia Civil de Tr¨¢fico cort¨® los accesos de la T-4 y desvi¨® todo el tr¨¢fico por la zona del aparcamiento. En la T-1, una veintena de conductores hicieron una sentada en una de las salidas durante varios minutos hasta que los desaloj¨® la polic¨ªa. Los taxistas que decidieron trabajar dejaban a los pasajeros en las proximidades. Algunos tuvieron que caminar m¨¢s de un kil¨®metro.Muchos pasajeros iban cargados con varias maletas. "Es la ¨²nica forma de no perder el vuelo", protestaba alguno. La concentraci¨®n coincidi¨® con la salida de parte de la delegaci¨®n de Madrid 2016 a Copenhague, lo que fue aprovechado por los profesionales para armar m¨¢s bronca. La Guardia Civil se encarg¨® de regular el tr¨¢fico, mientras agentes antidisturbios vigilaban a los manifestantes. Eso no evit¨® que alg¨²n taxi quedara con las lunas rotas.

Los concentrados tambi¨¦n denunciaron a los intrusos, alguno de los cuales fue parado por la Polic¨ªa Municipal y denunciado por no tener tarjeta de transporte de personas. Eso le puede acarrear hasta 3.000 euros de multa, como fue el caso de Oliver, de 25 a?os y trabajador de la empresa AeroCity, que fue parado a la entrada del aparcamiento de la T-4.

"Es una verg¨¹enza que llevemos tantos a?os as¨ª y que nadie tome cartas en el asunto. El alcalde ha hecho o¨ªdos sordos a este problema", se quejaba un afectado. El destacamento de Barajas de la Polic¨ªa Municipal ha hecho 441 controles a veh¨ªculos en el periodo enero-septiembre. Se pusieron 227 denuncias, seg¨²n una portavoz municipal. S¨®lo 61 estaban relacionadas con el "intrusismo".

Un conductor fue acusado por la Guardia Civil justo cuando lanzaba una piedra a un compa?ero. "Ha sido un calent¨®n y porque se ha bajado a increparnos", asegur¨® el taxista Jos¨¦ Bellisca. Ayer estaba a la espera de saber si su compa?ero lo denunciar¨ªa. "No creo que sea tan tonto, porque si no no tendr¨¢ sitio donde meterse", a?adi¨®. Otro, Fernando P¨¦rez, dudaba si denunciar al polic¨ªa que, contaba, le dio una patada en la espalda "s¨®lo por parar a un pirata".

A las doce del mediod¨ªa los taxistas subieron a sus veh¨ªculos para volver a recoger viajeros. La protesta hab¨ªa terminado. "Esto habr¨ªa que hacerlo todos los d¨ªas", reflexionaba uno antes de encender el motor.