"Que Turqu¨ªa se occidentalice es bueno para el sexo"
El escritor Orhan Pamuk lleva casi una d¨¦cada entregado a un doble sue?o: escribir una novela rom¨¢ntica al estilo de las grandes obras de Tolstoi, Jane Austen o incluso Garc¨ªa Marquez y transformar el contenido de esa novela en un museo absolutamente real. La primera parte, el libro, se materializ¨® hace un a?o en Turqu¨ªa bajo el t¨ªtulo El museo de la inocencia (Mondadori) y hoy llega a las librer¨ªas espa?olas (en traducci¨®n de Rafael Carpintero). Tiene toda la carga dram¨¢tica de una historia dedicada al amor tr¨¢gico entre Kemal, joven de la burgues¨ªa turca, y F¨¹sun, una pariente lejana y pobre de la que se enamora irremediablemente. Ese amor clandestino apenas dura dos meses pero se transforma en una obsesi¨®n de d¨¦cadas.
El narrador publica 'El museo de la inocencia', una novela rom¨¢ntica
"Fracas¨¦ como pintor y tengo la envidia de la realidad de los novelistas"
El museo hom¨®nimo al libro se inaugurar¨¢ en Estambul el a?o pr¨®ximo y en ¨¦l los admiradores de este autor de 57 a?os, galardonado en 2006 con el premio Nobel de Literatura, descubrir¨¢n los artefactos imaginados por Pamuk. Con ellos, Kemal trata de recordar cada instante de su amor por F¨¹sun. Y ahora saltan desde la fantas¨ªa a la realidad para darle vida f¨ªsica a este amor torturado que transcurre con todos los cambios de la sociedad turca de las ¨²ltimas tres d¨¦cadas como tel¨®n de fondo. "Los conceb¨ª al mismo tiempo", dice el escritor. "El punto de partida era la historia de un hombre que colecciona los objetos que pertenecieron a una mujer pero luego fue creciendo. El libro funciona casi como un cat¨¢logo del museo pero son dos entidades completamente separadas".
Sentado en una silenciosa mansi¨®n de la Universidad de Harvard, en Cambridge (Boston), donde imparte clases magistrales, Pamuk, alto, corpulento y de voz ¨¢spera, se resiste a hablar del museo durante gran parte de la entrevista pero finalmente se lanza a explicar detalles que en parte tambi¨¦n arrojan luz sobre su propia personalidad: "A¨²n no s¨¦ realmente por qu¨¦ quer¨ªa hacerlo. Quiz¨¢s el no haber triunfado como artista hace treinta a?os tenga alguna relaci¨®n, quiz¨¢s sea esa 'envidia de la realidad' que tenemos todos los novelistas, pero sobre todo tambi¨¦n creo que quer¨ªa divertirme". Si se le insin¨²a que el museo suena a obra de arte en s¨ª misma responde: "Esa definici¨®n me asusta. Quiero ser modesto. Adem¨¢s creo que si nadie viene a visitarlo tampoco ser¨¢ un fracaso. Tendr¨¢ significados diferentes seg¨²n si se ha le¨ªdo el libro o no".
Pamuk creci¨® pensando en ser pintor, pero a los 23 a?os dio un giro radical a su vida y se puso a escribir. Se convirti¨® en el m¨¢s admirado de los autores de su pa¨ªs. Sus opiniones sobre la falta de libertad de expresi¨®n en Turqu¨ªa y sus cr¨ªticas a un pasado oscuro que oficialmente se niega a reconocer actos como el genocidio armenio le han convertido en el objetivo del integrismo isl¨¢mico y tambi¨¦n de su propio Gobierno, que ha llegado a sentarle en el banquillo por "insultar a Turqu¨ªa".
Aun as¨ª, Pamuk sigue considerando que su casa est¨¢ en Estambul, la ciudad en la que transcurren la mayor¨ªa de sus novelas y que en cierto modo tambi¨¦n es protagonista de El museo de la inocencia. Tambi¨¦n lo ser¨¢ del edificio hom¨®nimo, que reunir¨¢ no s¨®lo el pendiente de F¨¹sun imaginado por Pamuk -¨¦se que Kemal usa para pensar en ella- sino tambi¨¦n fotograf¨ªas, monedas e incluso sonidos del Estambul de los a?os setenta y ochenta. La creaci¨®n de algunos objetos imaginarios ser¨¢ encargada directamente a artistas. Otros los har¨¢ el propio Pamuk, como los cuadros que pinta su protagonista femenina. Y habr¨¢ incluso arte conceptual: Kemal colecciona hasta las colillas de su amada, que tambi¨¦n estar¨¢n en el museo colgadas junto a frases del escritor. "Me gusta mirar a mi pa¨ªs utilizando diferentes recursos. En El libro negro lo hice a trav¨¦s de la ciudad; en Me llamo Rojo, a trav¨¦s de la representaci¨®n del arte; y en Nieve, por la v¨ªa de la pol¨ªtica. En El museo de la inocencia quer¨ªa analizar la sociedad a trav¨¦s del amor. Un amor en una sociedad reprimida, donde la comunicaci¨®n entre amantes est¨¢ muy limitada y donde el romance tiene un fuerte componente de flagelaci¨®n, arrepentimiento, y las cosas peque?as pesan".
As¨ª, detalles de otra ¨¦poca como la importancia de la virginidad se muestran en un libro que explora la represi¨®n de la mujer en su pa¨ªs y retrata a la sociedad sin juzgarla. "Afortunadamente", afirma el novelista, "creo que hay muchas cosas que est¨¢n cambiando en Turqu¨ªa. La occidentalizaci¨®n es buena para el sexo, y supongo que eso tambi¨¦n es buena para el amor. En mi parte del mundo la mayor¨ªa de los hombres no saben nada sobre las mujeres. Creen conocerlas en funci¨®n ¨²nicamente de sus propias necesidades. Pero ¨¦se es el gran dilema de este libro, porque el narrador es un hombre, alguien que se arrepiente de haber maltratado a su amor, como el Oneguin de Puskin, pero lo descubre cuando ya es tarde. ?Podemos confiar en ese narrador?", inquiere ir¨®nico un autor que tambi¨¦n aparece como tal dentro del relato.
Pamuk habla con especial cari?o de esta novela, que comenz¨® a escribir mucho antes de recibir el Nobel: "Este libro me ha acompa?ado en momentos importantes y otros muy dif¨ªciles. Me ha hecho feliz, me ha ayudado a sobrevivir y gracias a ella soy mejor persona".
Boston
![El escritor Orhan Pamuk.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/2ZT6ODCW22SF7JR3AMMCCGXUJQ.jpg?auth=c6623102eecd28da06575fee06919d45841a79205541792744edfdcfc41b21df&width=414)
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