?Me dar¨ªa su voto por favor?
El cuartel general del COI se convierte en un hervidero de 'lobbistas'
A las cuatro y media de la tarde, hab¨ªa tachado 16 nombres en su lista: 16 posibilidades para Madrid 2016. Recostado en un sill¨®n de cuero, gesto cansado, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, miraba de reojo el canal a trav¨¦s de la cristalera de la cafeter¨ªa del hotel Marriott de Copenhague, el cuartel general del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI). Repasaba el fren¨¦tico d¨ªa de lobbying: "Me he dedicado a los miembros de las ¨¢reas que yo domino, ?frica, Oriente Pr¨®ximo, Panam¨¢, Cuba, Uruguay, M¨¦xico... Les he recordado nuestras relaciones privilegiadas".
Un ejemplo del juego diplom¨¢tico en estado puro, al m¨¢s alto nivel, que se despliega estos d¨ªas en la capital danesa.
En el caso espa?ol, el de ayer fue un sprint final en el que la mayor¨ªa de los miembros del COI con derecho a voto fueron tocados en un solo d¨ªa por autoridades y deportistas. Estos ¨²ltimos, aplicados a quienes conocen por su especialidad; los dem¨¢s, dedicados a quienes pueden influir en raz¨®n de sus afinidades o por el mero encargo de la candidatura. Todos dirigidos por el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, seg¨²n explicaba el ministro.
Mientras Moratinos desped¨ªa a un hombre de avanzada edad, su ¨²ltima visita del d¨ªa, el uruguayo Julio C¨¦sar Maglione, presidente de la Federaci¨®n Internacional de Nataci¨®n, unos pisos m¨¢s arriba el Rey se aplicaba a lo mismo en una habitaci¨®n, y el presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero intentaba seducir al ex mediofondista marroqu¨ª Hicham El Guerrouj, buen amigo de Ferm¨ªn Cacho. Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, ella s¨ª instalada en el recibidor de hotel, era recibida con una ligera reverencia por el taekwondista Dae Sung Moon. Lobbying puro, en el sentido de que la estancia acristalada, vigilada por polic¨ªas con perro, era el escenario de un juego de cortejo en el que nunca se sabe qui¨¦n sucumbir¨¢ a la seducci¨®n y apretar¨¢ hoy el bot¨®n que cambie el destino de una ciudad. "Esto se parece mucho a un prost¨ªbulo", confiaba un miembro de la delegaci¨®n espa?ola, "se colocan en una barra y t¨² los vas eligiendo".
Aguirre, mirando el espect¨¢culo, rememoraba el episodio en el que el Conde de Romanones, hist¨®rico cacique, apalabr¨® voto a voto su elecci¨®n para la Real Academia cuando era presidente del Gobierno. "Al enterarse de que no hab¨ªa conseguido ni un voto, fue cuando dijo lo de "Joder, qu¨¦ tropa". Pues eso. Una expresi¨®n, por cierto, revivida por el presidente de su partido, Mariano Rajoy, al que se esperaba anoche en Copenhague, en referencia a ella misma y al alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, en pugna por el poder en Madrid.
Pero ayer todo eran se?ales de cohesi¨®n, de ol¨ªmpico esfuerzo: las cuatro autoridades, desde el Rey y la Reina -recibidos a primera hora junto a Juan Antonio Samaranch por el presidente del COI, Jacques Rogge-, hasta el alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, aplicados a la tarea; desde Pilar de Borb¨®n, ex asamble¨ªsta del COI, que aseguraba no recordar a cu¨¢ntos ex compa?eros hab¨ªa visitado, hasta Miguel Indur¨¢in, pedaleando por la ma?ana por la ciudad con deportistas de las otras candidaturas.
El cometido de Aguirre, ("yo estoy aqu¨ª para lo que me manden", dec¨ªa), hab¨ªa sido tocar al austr¨ªaco Leo Wallner, que ha dimitido recientemente como presidente del comit¨¦ ol¨ªmpico de su pa¨ªs por un esc¨¢ndalo financiero, a la corredora polaca Irena Szewinska y al pr¨ªncipe malaisio Tunku Imram: "A ¨¦se le tenemos ganado", dec¨ªa. No as¨ª al austriaco, partidario de los Juegos roten de continente.
Pero qui¨¦n sabe. Qui¨¦n sabe, piensan muchos.
Mientras tanto, ayer el vest¨ªbulo del Marriott ol¨ªa a colonia cara y lat¨ªa con demasiadas esperanzas. "Ma?ana ser¨¢ un d¨ªa emocionante", le dijo un t¨ªmido Ra¨²l, reci¨¦n llegado en un avi¨®n privado junto a Florentino P¨¦rez, al presidente. "Lo ser¨¢", respondi¨® ¨¦ste.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.