60 a?os no es nada
Sesenta a?os son s¨®lo una brizna de historia, pero para China han supuesto un inmenso salto desde una sociedad campesina a la tercera econom¨ªa del mundo, a una naci¨®n orgullosa respetada globalmente, con clases medias que compran en Ikea y un sistema que en 30 a?os ha conseguido sacar a 300 millones de habitantes de la pobreza. Una pol¨ªtica exterior global que se proyecta en ?frica, Latinoam¨¦rica y Oriente Medio, sedienta de materias primas. Un pa¨ªs indispensable para afrontar el cambio clim¨¢tico -es al tiempo el primer contaminador de la atm¨®sfera- o detener a los ayatol¨¢s de Ir¨¢n. Pero viendo las im¨¢genes de la colosal celebraci¨®n del aniversario del nacimiento de la China comunista, el salto no es tan manifiesto. Desde el mismo lugar en el que Mao proclam¨®, el 1 de octubre de 1949, el nacimiento de la Rep¨²blica Popular China: "El pueblo chino se ha levantado", su sucesor, Hu Jintao, con un traje de cuello Mao de dise?o, presid¨ªa un desfile de masas y cacharrer¨ªa militar, s¨®lo de fabricaci¨®n china, con una coreograf¨ªa r¨¦plica de los mejores a?os de la URSS de Stalin. Hab¨ªa sido prohibido en todo Pek¨ªn el vuelo de cometas y la poblaci¨®n ten¨ªa ¨®rdenes estrictas de no asomarse a las ventanas. Un mill¨®n de voluntarios estaban encargados de asegurar la estabilidad social del acontecimiento y de informar de comportamientos sospechosos. Control total: hasta las nubes hab¨ªan sido bombardeadas horas antes para anticipar la lluvia y conseguir un d¨ªa radiante. Aunque 1949 y 2009 separan a dos mundos, el dirigismo estatal y el orden son todav¨ªa en China valores superiores a las libertades y al individuo. La ceremonia proyect¨® una imagen de poder en ascenso, orgullo nacional, una enorme fuerza controlada.
El jueves no se celebraba en la gigantesca explanada de Tiananmen a la China de Mao, sino a la China del peque?o timonel, Deng Xiaoping. La historia de la Rep¨²blica Popular tiene dos cap¨ªtulos claramente diferenciados. Los primeros 30 a?os son de Mao: el sagaz l¨ªder campesino vencedor de una guerra civil devuelve la dignidad y la integridad territorial a China. Copia el modelo sovi¨¦tico y pone en marcha una brutal operaci¨®n de ingenier¨ªa social, con el Gran Salto Adelante. Una tremenda hambruna y millones de muertos pusieron t¨¦rmino a esta locura. En 1966, el Gran timonel desat¨® la Revoluci¨®n Cultural, una org¨ªa de terror para restaurar la pureza de su revoluci¨®n. A Deng, acusado de "burgu¨¦s y reaccionario", le cost¨® el exilio interior, y su hijo mayor, Deng Pufang, qued¨® parapl¨¦jico tras ser torturado. El resistente Deng hace la autocr¨ªtica, vuelve rehabilitado a Pek¨ªn y, en 1979, abre las compuertas al pragmatismo, dejando que los hechos, no la ideolog¨ªa, sean el principio rector del sistema. All¨ª pronuncia su famosa frase: "No importa si es un gato negro o un gato blanco. Siempre que sepa cazar ratones ser¨¢ un buen gato". Deng daba paso al socialismo con caracter¨ªsticas chinas que ha permitido multiplicar por 14 el crecimiento de la econom¨ªa en 30 a?os. China contin¨²a sin embargo siendo un pa¨ªs pobre. Un estudio del FMI se?ala que, en t¨¦rminos de Producto interior bruto per c¨¢pita, no est¨¢ todav¨ªa entre los primeros 100 pa¨ªses del mundo: se sit¨²a por detr¨¢s de Cabo Verde y por encima de Irak. Pero al tiempo es el taller mundial: fabrica las dos terceras partes de todas las fotocopiadoras y zapatos, el 30% de los ordenadores personales, el 60% de los m¨®viles, y el 75% de los juguetes. China ha salido antes de la recesi¨®n, tirando de otras naciones y consolidando as¨ª su peculiar sistema h¨ªbrido: un cuasi capitalismo de Estado con un autoritarismo semidemocr¨¢tico, en palabras del profesor David Shambaugh, en la revista Time.
Responder a la cuesti¨®n de ?ad¨®nde va China? es uno de los ejercicios m¨¢s apasionantes de este comienzo de siglo. Estamos, 60 a?os despu¨¦s de su nacimiento, ante un pa¨ªs, una sociedad, no comunista dirigida por un partido comunista. Gran pirueta hist¨®rica. La legitimidad del PCCh se ha sostenido en su capacidad de ofrecer prosperidad econ¨®mica, manejando los desequilibrios campo/ciudad, ya existen las clases sociales, y abriendo con extremada cautela la v¨¢lvula de las libertades. Todo ello sin perder su monopolio del poder. Topa con muchos problemas: la degradaci¨®n del medioambiente, la corrupci¨®n, la integraci¨®n de los otros: disidentes urbanos, musulmanes de Xinjiang, tibetanos. El ¨¦xito del modelo ha provocado una nueva revoluci¨®n, la de las expectativas crecientes. Si es capaz de continuar aliment¨¢ndolas, 60 a?os puede que no sean nada.
fgbasterra@gmail.com
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