Obama llama al orden al jefe militar en Afganist¨¢n
El general McChrystal es convocado en Copenhague por el presidente tras su insistencia en enviar m¨¢s tropas
Barack Obama sostuvo ayer en Copenhague una inesperada entrevista con el jefe militar en Afganist¨¢n, el general Stanley McChrystal, que intent¨® ser un gesto de autoridad del presidente en un momento de incertidumbre sobre la estrategia a seguir en aquel conflicto. McChrystal, que se encontraba en Londres para pronunciar una conferencia, fue convocado a la capital danesa, donde Obama pas¨® apenas cuatro horas para promocionar la candidatura ol¨ªmpica de Chicago. Ambos conversaron durante una media hora a bordo del Air Force One.
Con esta entrevista, formalmente destinada a discutir algunos aspectos del conflicto en Afganist¨¢n, la Casa Blanca trata, al mismo tiempo, de contener las cr¨ªticas por la escasa atenci¨®n dedicada a McChrystal y de llamar discretamente al orden al general, que no ha cesado en las ¨²ltimas semanas de hacer declaraciones que acababan resultando embarazosas para el presidente.
Nombrado en junio para suplir de forma un tanto abrupta al general David McKiernan, McCrystal parec¨ªa ser el hombre encargado por Obama para dirigir en Afganist¨¢n el modelo de guerra que el presidente pretend¨ªa. Poco despu¨¦s, EE UU lanz¨® una ofensiva en el sur que parec¨ªa corresponder con ese modelo. Pero, a partir de ah¨ª, las cosas no avanzaron convincentemente en el campo de batalla y se complicaron extraordinariamente en el terreno pol¨ªtico con el esc¨¢ndalo de las elecciones presidenciales.
Objetivos limitados
Llegaron las dudas a la Casa Blanca y Obama decidi¨® darse un tiempo para replantear la estrategia. McChrystal entr¨® entonces en escena con la solicitud de m¨¢s tropas y se filtr¨® un documento suyo en el que advert¨ªa del desastre que podr¨ªa producirse en Afganist¨¢n si el presidente no autorizaba ese incremento. Esta misma semana, el general declar¨® que la limitaci¨®n de los objetivos en esa guerra -algo que la Casa Blanca est¨¢ considerado- ser¨ªa un error.
La oposici¨®n ha tomado nota de estas discrepancias y ha pedido la comparecencia en el Congreso de McChrystal, al que s¨²bitamente ha convertido en su h¨¦roe. "Ya que el presidente no quiere escucharle, nosotros lo haremos", dec¨ªa el martes un miembro de la comisi¨®n de Asuntos Militares de la C¨¢mara de Representantes.
Los republicanos aluden al hecho de que, desde su nombramiento, Obama ha recibido a McChrystal tan s¨®lo en una ocasi¨®n. La Casa Blanca ha respondido que el general ha participado v¨ªa sat¨¦lite en varias reuniones celebradas hasta ahora y que el presidente, como siempre, habla con los militares por la v¨ªa jer¨¢rquica. Es decir, que Obama est¨¢ permanentemente en contacto con McChrystal a trav¨¦s del secretario de Defensa, Robert Gates, y del jefe del Estado Mayor, el almirante Mike Mullen. Un episodio de discrepancias entre el presidente (y comandante en jefe) y uno de los militares m¨¢s respetados del pa¨ªs -que evoca el hist¨®rico conflicto entre el general Douglas MacArthur y el presidente Harry Truman-, siempre merece atenci¨®n y preocupaci¨®n. Por eso Obama recibi¨® ayer a McChrystal.
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