Brasil: una fotograf¨ªa pol¨ªtica y estrat¨¦gica
El liderazgo del gigante suramericano se confirma con la elecci¨®n de R¨ªo de Janeiro como sede ol¨ªmpica en 2016. Su futuro depender¨¢ de c¨®mo gestione sus riquezas petrol¨ªferas submarinas y de su desarrollo militar
La imagen id¨ªlica de Brasil como un pa¨ªs "eternamente recostado en una espl¨¦ndida cuna, al son del mar y bajo la luz del cielo profundo..." parece desvanecerse ante sus desaf¨ªos actuales. Gracias a la diplomacia profesional de Itamaraty, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, y a los nuevos derroteros econ¨®micos, federativos y corporativos, la integraci¨®n internacional de Brasil se ampl¨ªa de manera vigorosa dando pasos que desbordan sus fronteras. Hoy Brasil tiene la mayor tasa mundial de competitividad, seg¨²n el Foro Econ¨®mico Mundial, lo que nos est¨¢ llevando a salir de la crisis en mejores condiciones: hemos sido los primeros en obtener la calificaci¨®n de pa¨ªs seguro para la inversi¨®n exterior. Con todo, en clave interna siguen existiendo serios problemas: infraestructuras, seguridad p¨²blica, desigualdades, pasivos medioambientales y una baja institucionalidad pol¨ªtica.
Los costes para explotar el petr¨®leo submarino deben compensarse con beneficios sociales reales
Las inversiones militares pueden desencadenar en Suram¨¦rica una inusual carrera armament¨ªstica
Brasil dispone de muchas reservas de agua (y de energ¨ªa hidroel¨¦ctrica), tendr¨¢ mucho gas y petr¨®leo (los yacimientos marinos depositados bajo una gran capa de sal) y aspira a ser una potencia -con fines pac¨ªficos- en energ¨ªa nuclear. Con unas reservas estimadas en 35 billones de barriles en esos yacimientos marinos, se ha acelerado el debate sobre su competitividad internacional en recursos energ¨¦ticos. Tres modelos est¨¢n en liza: el actual, de concesi¨®n, el del reparto federativo (supone la retirada de los royalties para los mayores productores, como R¨ªo, S?o Paulo y Esp¨ªritu Santo, pero agrada a la mayor¨ªa de la federaci¨®n y tiende a ser la opci¨®n del Gobierno) y la cesi¨®n onerosa, en que la ¨²nica operadora, Petrobr¨¢s -empresa de capital abierto- obtendr¨ªa derechos de explotaci¨®n por cinco billones de barriles. El Congreso est¨¢ discutiendo en la actualidad las distintas opciones con los lobbies que tienen all¨ª mayor presencia.
El tal¨®n de Aquiles de estos yacimientos no es tanto la cuesti¨®n del tipo de modelo cuanto la creaci¨®n de una industria de Investigaci¨®n, Desarrollo e Innovaci¨®n, como hizo Noruega, diferente a la opci¨®n de Indonesia, que apenas explora sus recursos. Si impera la sensatez entre el Gobierno, las instituciones p¨²blicas y privadas, la opci¨®n noruega ser¨¢ considerada la mejor. Si la riqueza no revierte en beneficio social e institucional (seg¨²n un patr¨®n ¨¦tico y de eficacia), acabaremos por compartir la experiencia de muchos pa¨ªses con reservas gigantescas pero un bajo ¨ªndice de desarrollo humano (educaci¨®n, salud, seguridad p¨²blica, etc¨¦tera). Los altos costes de inversi¨®n, producci¨®n y comercializaci¨®n quedar¨¢n compensados ¨²nicamente si el pa¨ªs obtiene los suficientes recursos para desarrollar su tecnolog¨ªa y ampliar los beneficios sociales reales. Se trata de una cuesti¨®n estrat¨¦gica muy seria, que ha de ser bien reflexionada, y de forma democr¨¢tica, para saber decidirse por un camino que, a medio y largo plazo, redunde en beneficio de una gran mayor¨ªa y no s¨®lo en el de determinados sectores de la burocracia estatal y de la corrupci¨®n pol¨ªtica. La nueva iniciativa estatal tendr¨¢ que repartir sus esperadas gigantescas ganancias con el Fondo Social para aplicar inversiones en el desarrollo social, en particular en la educaci¨®n y en programas de reducci¨®n de la pobreza. Por lo que parece, no se trata de demagogia o de propaganda enga?osa: el Gobierno Lula asumir¨¢, conjuntamente con el Congreso -en una ¨¦poca de mala reputaci¨®n-, la responsabilidad de garantizar y representar los intereses de la mayor¨ªa de la naci¨®n. El debate est¨¢ lejos de haberse agotado: cuestiones t¨¦cnicas, constitucionales e ideol¨®gicas se est¨¢n mezclando dentro y fuera del Congreso. Habr¨¢ que ver si, a corto y a medio plazo, esos yacimientos cubiertos de sal son la salvaci¨®n del pa¨ªs o un sue?o que perdurar¨¢... "eternamente recostado en una espl¨¦ndida cuna".
Con la justificaci¨®n de poder as¨ª proteger la Amazonia y la llamada Amazonia Azul (4,5 millones de kil¨®metros cuadrados) del Oc¨¦ano Atl¨¢ntico Sur, donde est¨¢n sumergidos los yacimientos, se va dibujando en el horizonte un nuevo modelo en la pol¨ªtica de Defensa. Su lema es: Brasil debe aumentar su poder defensivo, pues, como ha comentado el presidente Lula: "Brasil es un pa¨ªs de paz, pero debe poder ense?ar los dientes si a alguien se le ocurre enfrentarse con nosotros". Sin duda alguna, las Fuerzas Armadas est¨¢n bastante desabastecidas, pues a pesar de su enorme presupuesto, el 80% de ¨¦ste se destina a cubrir salarios y pensiones militares y poco es lo que queda para las indispensables inversiones necesarias para la propia defensa. El Gobierno Lula ha optado por el fait accompli de su acuerdo estrat¨¦gico con Francia, justificado por la supuesta ganancia de estatus o poder internacional. El paquete, cuyo nudo central consiste en la transferencia de tecnolog¨ªa, supondr¨¢ nuevos submarinos convencionales, uno de propulsi¨®n nuclear (con un presupuesto para 2010 de 870 millones de euros), decenas de cazas de combates y otras decenas de helic¨®pteros. El plazo de producci¨®n... ?se pierde en el horizonte! En el caso de los nuevos aviones caza, no se han tomado en cuenta los informes t¨¦cnicos de la Aeron¨¢utica acerca de las ventajas y desventajas de las ofertas francesa, americana y sueca, sino que el Gobierno Lula ya ha declarado su preferencia por la propuesta francesa.
El Congreso, poco presente en las discusiones sobre la pol¨ªtica de Defensa (no da votos), parece haberse despertado para esta cuesti¨®n (como ocurre en Francia y en Espa?a). Quiere debatir los criterios y los costes: eso es ya por s¨ª mismo de gran utilidad p¨²blica. La cuesti¨®n principal es que hasta hoy no existe en verdad una pol¨ªtica p¨²blica de Defensa, con presupuestos, compras y gastos integrados. La aeron¨¢utica se encarga de los aeropuertos civiles y carece de pol¨ªtica aeroespacial; la marina, m¨¢s equipada tecnol¨®gicamente, tiene abierto un debate sobre su relevancia estrat¨¦gica, dudando entre el poder de grandeza o el poder de funcionalidad disuasoria; el Ej¨¦rcito mantiene, en pleno siglo XXI, su pol¨ªtica de presencia (u ocupaci¨®n) territorial. El gran salto, de aproximadamente 20 o 30 billones de reales (ocho billones de euros), saldr¨¢ del bolsillo del contribuyente para equipar una defensa m¨¢s robusta y poder asumir as¨ª, conjuntamente con la pol¨ªtica exterior y con la participaci¨®n en misiones de paz, la tercera pata de la integraci¨®n internacional de Brasil.
Latinoam¨¦rica, en general, y Am¨¦rica del Sur, en particular, poseen una de las menores tasas de gastos militares del mundo y hasta ahora eso manten¨ªa el equilibrio regional entre los Estados. Nuevos equipamientos tecnol¨®gicamente sofisticados, sin embargo, no significan necesariamente una carrera armament¨ªstica. Pero en el actual escenario de Suram¨¦rica, estos equipamientos tecnol¨®gicamente sofisticados, pero sin objetivos y log¨ªstica bien definidos, corren el riesgo de provocar un clima de carrera armament¨ªstica... Colombia expande su llamado Plan Colombia con nuevas bases militares a disposici¨®n de los servicios de inteligencia y de log¨ªstica de Estados Unidos. Sobre este asunto Brasil exige garant¨ªas acerca de la extraterritorialidad de los posibles trastornos fronterizos en la Amazonia. Venezuela se ha puesto firme en el mercado internacional de armas y cierra acuerdos -no muy claros- con Rusia. Brasil traza su propia alianza estrat¨¦gica con Francia para convertirse en el l¨ªder m¨¢s poderoso de la regi¨®n. Les seguir¨¢ Chile -que todav¨ªa mantiene en vigor la Ley del Cobre de subsidios para la compra de armas-; Ecuador, con un conflicto nunca bien resuelto con Colombia, seguir¨¢ aumentando sus gastos de defensa; la propia Bolivia anuncia compras de armamentos. S¨®lo la empobrecida Argentina se mantiene al margen de este poder de fuego, cuando en el pasado tan bien armada tecnol¨®gicamente estuvo. ?Es que Alemania, Inglaterra y Espa?a van a quedarse fuera de este mercado? Al ser elevadas a la esfera del UNASUR y del Consejo de Defensa Suramericano, las cuestiones de seguridad regional se enmara?an en disputas ideol¨®gicas y celos individuales. El papel de Brasil, como moderador equilibrado de las pasiones, va a tener que confrontarse -y es ¨¦se el coste del liderazgo- con las disputas de sus vecinos andinos y actuar con m¨¢s vigor para aplacar los ¨¢nimos. Su liderazgo est¨¢ en juego... Juego en el que la osada e inusitada acci¨®n diplom¨¢tica en Honduras podr¨¢ ser decisiva -parece haber sido muy bien articulada- para poner a prueba la consistencia de su liderazgo.
Traducci¨®n de Carlos Gumpert.
Cl¨®vis Brigag?o es director del Centro de Estudos das Am¨¦ricas e investigador en la Universidade Candido Mende y en el Nobel Institute.
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