Nadie quiere el 'Regina'
La subasta del buque del 'narco' Oubi?a se declara desierta a pesar de su bajo precio
El subastador deja el plato fuerte del d¨ªa para el final. El sal¨®n de actos del Hotel Puerta de Tierra, en C¨¢diz, se ha ido desalojando a medida que los pujadores se han hecho con un Toyota Land Cruiser, un BMW, dos Mercedes y varios motores fueraborda de 60 caballos de vapor, las piezas m¨¢s codiciadas en un lote de una veintena de art¨ªculos incautados a los narcotraficantes durante a?os y vendidas hoy al mejor postor. Es jueves, 17 de septiembre. Sobre las 13.30, la mayor¨ªa de las 300 personas que han hecho cola para inscribirse en la subasta se han marchado ya, as¨ª que muy pocos atienden ya al anuncio del subastador. "El siguiente art¨ªculo del lote es el barco Regina Maris", dice el hombre desde el atril. "Su precio de salida es de 60.000 euros". A la una. A las dos. Y a las tres.
El 1 de octubre de 1999 una patrulla abord¨® el barco y encontr¨® 12,5 toneladas de hach¨ªs por valor de 15 millones de euros
Nadie puja por el buque y, sin embargo, todos los presentes en la sala (curiosos, periodistas y el personal de la Delegaci¨®n de Hacienda que preside la subasta) saben que el barco es famoso por haber pertenecido a uno de los capos de la droga m¨¢s conocidos de este pa¨ªs, el narco gallego Laureano Oubi?a Pi?eiro. "Por eso nadie lo quiere, digo yo, porque tiene bicho y es un marr¨®n. A ver si lo van a querer recuperar los malos", sugiere un jubilado que se ha quedado hasta el final de la subasta.
Hace diez a?os, el 1 de octubre de 1999, la patrulla Bravo 1 del Servicio de Vigilancia Aduanera abord¨® el Regina Maris cuando navegaba rumbo a las islas Canarias. El barco pasaba por ser un inocente pesquero de 34 metros de eslora por 7 de manga (un tama?o considerable) que supuestamente faenaba bajo la bandera de Honduras. Su faena consist¨ªa en realidad en cargar droga cerca de Marruecos y marear a la polic¨ªa enmascarando con papeles legales su actividad delictiva. Durante dos a?os, Oubi?a y sus compinches hab¨ªan logrado burlar a las autoridades espa?olas por todo el Atl¨¢ntico, cambiando el nombre del buque tantas veces como hiciera falta: Jaguaron, Witje, Don Andr¨¦s y Regina Maris. Se lo compraron a una entidad holandesa el 14 de marzo de 1997 por 355.000 florines en efectivo (unos 950.000 euros) y le dieron el lucrativo uso que hizo famoso al capo gallego.
Los agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera llevaban tras Oubi?a desde hac¨ªa tiempo. Y ¨¦l detr¨¢s de ellos. Era entonces un viejo conocido de la polic¨ªa y de los magistrados espa?oles. Se hab¨ªa mofado con cierta impunidad de sus medios, hab¨ªa insultado a las Madres contra la Droga y hab¨ªa dejado ver ante la sociedad un car¨¢cter impulsivo y muy pocas ganas de redimirse. Hab¨ªa estado en la c¨¢rcel desde la que hab¨ªa dirigido sus negocios y ten¨ªa hombres en todos los puertos vigilando los movimientos de sus perseguidores. Sus tel¨¦fonos estaban pinchados, pero las conversaciones estaban llenas de se?uelos y pistas falsas. Ante las sospechas de que Oubi?a tuviera informantes en el Servicio de Vigilancia Aduanera, los mandos reclutaron a varios agentes por todo el territorio nacional y abordaron el barco desde una nueva embarcaci¨®n llamada K, utilizada ad hoc para despistar al capo.
As¨ª que ese d¨ªa, el 1 de octubre de 1999, se inicia la Operaci¨®n Ocaso. Una z¨®diac sale del K y aborda al Regina Maris cuando se encontraba en la posici¨®n 35? 16' Norte y 6? 40' Oeste (frente a las costas de Larache), fuera de las aguas jurisdiccionales de Marruecos. Los agentes escalan por la amura de babor, se presentan al capit¨¢n Hendrikus Theodorus Wilhelmus y leen los derechos a la tripulaci¨®n. Los registros dan enseguida con lo que buscaban: 12.559 kilogramos de hach¨ªs en 445 fardos por un valor de 15 millones de euros.
La picaresca de Oubi?a no deja de ser la que utilizan todos los narcos, siempre un paso por delante de las autoridades policiales, siempre con motores m¨¢s potentes, lanchas m¨¢s r¨¢pidas y con la capacidad de librarse de los obst¨¢culos legales que tienen que cumplir sus perseguidores. Como ejemplo, las subastas del material que les decomisa la polic¨ªa. Fuentes de la Delegaci¨®n de Hacienda confirman que personas interpuestas act¨²an en nombre de los narcos en las subastas para llevarse las lanchas y los motores fueraborda que previamente les han intervenido. Uno de sus trucos es inflar las pujas hasta reventarlas. Por ejemplo, se subastan dos potentes motores capaces de hacer volar una z¨®diac. La subasta empieza con un precio de salida x. Pongamos, que salen por un precio de 1.000 euros. Los subasteros suben la puja hasta los 3.000. De repente, uno de ellos eleva la cantidad hasta los 15.000 y se la adjudica. Las normas, aunque var¨ªan en cada caso, obligan a dar un dep¨®sito previo del 20%. Ah¨ª est¨¢ el truco. El ganador no tiene dinero para pagar el resto, pierde esa m¨ªnima cantidad inicial y el presidente de la mesa concede los fueraborda al segundo pujador, un compinche que se los lleva por una cantidad asequible, los 3.000 euros. "S¨ª, eso se hac¨ªa hasta hace poco. Hasta que nos dimos cuenta del truco y cambiamos las normas. Ahora, si alguien lo intenta, no se lo damos al segundo, sino que empezamos de nuevo la subasta desde el precio en que la hab¨ªamos dejado", explica Carlos Cabello Somosierra, jefe de secci¨®n de Patrimonio del Estado, quien asegura que las caras de los drogueros que acuden a las subastas han cambiado ¨²ltimamente: "Antes nos los conoc¨ªamos a todos, pero claro nunca ven¨ªan en nombre de sus jefes".
Ante la falta de inter¨¦s de los asistentes a la subasta, la mesa ofrece una segunda oportunidad y un receso, por si alguien quiere pensarse lo del Regina Maris. La mayor¨ªa de los bienes decomisados han vivido un letargo de a?os en naves industriales. En el caso de los coches, la polic¨ªa los ha abierto sin contemplaciones para encontrar la droga que llevaban oculta entre la maquinaria, ha roto los asientos y los veh¨ªculos, a veces, se entregan sin llaves. Pero el Regina Maris est¨¢ impecable. Tras su decomiso, y a la espera de una sentencia firme sobre la Operaci¨®n Ocaso, la Junta de Andaluc¨ªa se hizo con el barco que utiliz¨® como buque escuela para estudiantes. As¨ª que el Regina Maris estuvo bien mantenido y sus motores siguieron latiendo. La vida de su propietario corri¨® un camino diferente. Oubi?a huy¨® de Espa?a para eludir las condenas que se le acumulaban. Le pillaron en Grecia, en octubre de 2000. Actualmente se encuentra en la prisi¨®n de Topas (Salamanca) cumpliendo la ¨²ltima pena por el asunto del Regina Maris. En una entrevista concedida a la revista Intervi¨² en 2008, se declara arrepentido, dice solidarizarse con todas las madres que perdieron a sus hijos por la droga y recalca que ¨¦l s¨®lo negociaba con hach¨ªs: "Que yo sepa, por consumir hach¨ªs no se ha muerto nadie en ninguna parte".
La subasta contin¨²a tras el receso. El subastador vuelve a preguntar si hay alguien interesado en el buque. Seg¨²n las normas, el precio se reduce hasta los 36.000 euros. "Co?o, es para pens¨¢rselo. Es una ganga", dice el jubilado a su colega. Nadie abre la boca. El Regina sigue atracado en un muelle del Puerto de Santa Mar¨ªa (C¨¢diz) esperando al mejor postor.
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