"La etiqueta 'down' es pesada"
Sus profesores de instituto llegaron a votar si le aceptaban. Ahora es universitario, protagonista de 'Yo tambi¨¦n' y desea ser orientador social
La primera sorpresa al sentarse a hablar con Pablo Pineda es ver la seguridad y el aplomo con que se expresa. Tiene en su forma de hablar gestos de erudito en plena disertaci¨®n, adquiridos probablemente tras a?os de pronunciar conferencias a diestro y siniestro. Pablo se recuesta sobre el sof¨¢ azul de su casa en M¨¢laga, donde vive con sus padres, habla y mira al cielo. Apoya su antebrazo sobre la cabeza y expresa sus convicciones, gust¨¢ndose. La segunda sorpresa es su sentido del humor, lo r¨¢pido que es. "Menos mal que todav¨ªa no me he puesto a mirar en Internet la lista de actores que se han llevado la Concha de Plata, imag¨ªnate ?ver mi nombre en esa lista, mejor que no lo vea!", bromea.
"El mundo 'down' est¨¢ ah¨ª, pero te falta algo. Y en el mundo de los 'normales', enseguida te dicen: 'Por aqu¨ª, no"
Cualquiera que hable con Pineda ver¨¢ derrumbados en tres minutos todos los t¨®picos y prejuicios en torno a la capacidad de una persona con s¨ªndrome de Down.
El caso del flamante ganador de la Concha de Plata al mejor actor es, todo hay que decirlo, at¨ªpico. Mar¨ªa Teresa, su madre, que lo tuvo a sus 40 a?os -"yo ya no esperaba tener m¨¢s hijos", confiesa sentada en el comedor-, tuvo muy claro desde un principio que deb¨ªa educar a su hijo como a sus tres hermanos. Con la misma obligaci¨®n de hacerse la cama, estudiar y esforzarse. Mar¨ªa Teresa no tard¨® en darse cuenta de las capacidades de su hijo. "Desde muy peque?ito ten¨ªa un sentido del humor peculiar", cuenta ella. "Hac¨ªa chistes con nosotros y ya era capaz de re¨ªrse de s¨ª mismo. Para ese tipo de humor tienes que darle la vuelta a las situaciones".
As¨ª que Pablo estudi¨® y estudi¨®, sus padres lucharon porque fuera al colegio y al instituto en tiempos en que ver a un down en clase era algo extraordinario; se sac¨® su diplomatura de Magisterio, empez¨® la carrera de Psicopedagog¨ªa -de la que le quedan cuatro asignaturas-, se convirti¨® en el primer universitario down de Europa; y poco tard¨® en convertirse en voz, y m¨¢s a¨²n, referencia, de los espa?oles con el cromosoma 21 alterado.
No contento con eso, se anim¨® a embarcarse en una pel¨ªcula, Yo tambi¨¦n, inspirada en su vida, en la que compone un trabajo sorprendente. S¨®lo le quedaba ya llevarse la Concha de Plata al mejor actor. Pues aqu¨ª la tiene, reluciente, con su nombre grabado, reposando sobre una mesa de m¨¢rmol. "Hay que pensar que entre los nominados estaban ?Ricardo Dar¨ªn y Robert Duvall! Cuando me llamaron para decirme que hab¨ªa ganado el premio, me puse a llorar como una magdalena y pens¨¦: ?San Sebasti¨¢n se ha vuelto loco! ?Si acabo de empezar, si soy el triunfito del cine!", exclama entre risas.
Yo tambi¨¦n es una pel¨ªcula que, huyendo de la sensibler¨ªa y el paternalismo de tantas otras de su especie, cuenta la historia de un chico down muy listo que entra a trabajar en una oficina y se enamora de su compa?era, una mujer sexualmente activa, pero incapaz de enamorarse. Pablo Pineda dice que es muy dif¨ªcil una relaci¨®n entre un chico down y una chica que no lo es. "Yo intento que ese tipo de relaci¨®n sea posible y quiero que lo sea. Pero no es f¨¢cil. Y no es culpa de los down, yo pienso que podemos amar. El problema es de las chicas, que nos ven como el eterno amigo, pero no quieren comprometerse a nada. No s¨¦ si por el miedo al qu¨¦ dir¨¢n, como pasaba en su momento con los negros. 'Pap¨¢, mira, que tengo un novio con s¨ªndrome de Down'. Complicado, ?no? Es curioso, porque parece que la gente considerara que los down no tenemos necesidades sexuales, las chicas nos ven como asexuados. Pero cuando dos down est¨¢n juntos, parece que somos los salidos".
La vida de Pablo Pineda, de 35 a?os, no es una vida corriente. Ha trabajado como orientador social en el Ayuntamiento de M¨¢laga. Le citan para dar conferencias y sensibilizar a la gente en torno a los prejuicios y el paternalismo que nuestra sociedad derrocha hacia los down. Ha ganado un premio de interpretaci¨®n. Y todo eso, tras a?os duros, los de la adolescencia, en que tuvo que ganarse a sus compa?eros de clase para que lo admitieran.
Se enter¨® de su condici¨®n de down a los siete a?os, cuando un profesor se lo explic¨®. Sus padres no le hab¨ªan dicho nada. Sus profesores de instituto llegaron a votar si deb¨ªan o no aceptarlo como alumno. Se los fue ganando uno a uno. No se cortaba un pelo, levantaba el dedo en clase, preguntaba. Y claro, no hac¨ªa preguntas tontas, con lo cual iba derribando t¨®picos y abriendo o cerrando bocas, seg¨²n se mire.
Su padre, jefe de sala del Teatro Cervantes, y su madre le iniciaron en la lectura. Le pon¨ªan a Beethoven, le obligaban a que se esforzase. Cuanto m¨¢s le ense?aban, menos le costaba a ¨¦l aprender. Cuanto m¨¢s confiaban en ¨¦l, m¨¢s autoestima le insuflaban. Todo un ¨¦xito basado en huir de la sobreprotecci¨®n, la que lleva a considerar a un down como alguien que no se puede valer por s¨ª mismo. Hay downs y downs, eso tambi¨¦n est¨¢ claro.
A Pineda le educaron para que fuera aut¨®nomo, y lo consiguieron. Se ha ido de viaje a Puerto Rico solo. Est¨¢ estudiando unas oposiciones para obtener plaza de funcionario en el Ayuntamiento de M¨¢laga, en el ¨¢rea de Bienestar Social. Es gran admirador de Nelson Mandela -"simboliza el no conformarse con lo que hay"-. Y afirma que siempre ha sido progresista. De la gesti¨®n de Rodr¨ªguez Zapatero ante la crisis dice: "El hombre hace lo que buenamente puede. Recibe presiones por todos los lados".
-La lucha contra el paternalismo y los prejuicios de la gente es de lo m¨¢s duro, ?no?
-S¨ª, y el tener que demostrar cada d¨ªa que puedes, que eres competente. Pero, claro, ?qu¨¦ haces cuando alguien bienintencionado te coge de la mano para ayudarte a cruzar la calle? Pues uno intenta ser lo m¨¢s educado posible. Romper esas barreras es dif¨ªcil.
-?En qu¨¦ falla esta sociedad en su trato con los down?
-Yo siempre digo a los padres que saquen a sus hijos a la calle, que no les sobreprotejan. La sobreprotecci¨®n es perniciosa. El ni?o tiene que saber lo que hay, tiene que luchar, y sufrir; no se le puede meter en una urna de cristal.
-Habla usted con mucha seguridad y aplomo. ?Siempre ha sido as¨ª o es fruto de su experiencia como conferenciante?
-Son ideas que siempre he tenido muy claras desde ni?o. Tambi¨¦n me ha ayudado estudiar Magisterio y Psicopedagog¨ªa, la carrera te da una visi¨®n de las cosas. Esa convicci¨®n la tengo porque he vivido, porque he tenido experiencias y porque he estudiado.
Pablo es un hombre en tierra de nadie, como el personaje que interpreta en la pel¨ªcula. Rara avis entre sus amigos down, pero marcado por esa etiqueta entre los normales: "La etiqueta de down es pesada, es absorbente. A m¨ª me pasa como a mi personaje, estoy en esa especie de tierra de nadie, en medio de los dos frentes. Es curioso c¨®mo los down s¨ª sienten que soy su amigo cuando me ven, aunque no me conozcan de nada. Y los normales me ven como down. Estoy entre dos tierras, como dice la canci¨®n. Es duro. Se tiene un sentimiento de soledad, de soledad acompa?ada. Est¨¢s en medio y no sabes para d¨®nde ir. El mundo down est¨¢ ah¨ª, pero te falta algo. Y en el mundo de los normales enseguida te dicen: 'Mira, por aqu¨ª no".
Pasada la vor¨¢gine de la pel¨ªcula, que se estrena el 16 de octubre, Pineda espera recuperar su vida de opositor a plaza de funcionario. Levantarse a las 8.30, preparar el desayuno, ponerse a estudiar, comer, dormir la siesta...
-?Y no se plantea hacer m¨¢s pel¨ªculas?
-Hacer una pel¨ªcula est¨¢ bien, pero es que yo... como que no me veo como artista. Me veo m¨¢s de orientador en temas sociales. Creo que as¨ª puedo aportar m¨¢s a la sociedad.

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